cap 15

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Miklo

«Ahora ya no importará si salgo de aquí... Ella va estar con Paco». Tiro lo que hay en mi cama

- maldita sea - siento la desesperación y el enojo - aunque Paco no me aria esto verdad? Paco no se iría con esa... Esa maldita

- que tres Miklo?

- nada Magic, un problema por ahí - aprieto los puños obligandome a no seguir tirando cosas

- que problema carnal?

No le puedo contar sobre Ana... Es la hija del jefe y el no quiere que nadie sepa...

- nada, ya no importa - arrugó el seño - venías a decirme algo?

- arregla tus asuntos Miklo al jefe no le sirves así - se deja caer sobre mi cama - el jefe quiere hablar contigo, no me dijo sobre que

- está bien - respondo con un suspiro

Voy caminando si levantar la mirada, ciertamente ahora pensando, Paco tal vez solo la esté usando no?, Seguro es solo eso, nadie busca a alguien como Ana para algo serio

- me dijo Magic que me buscaba - me quedo parado afuera de su celda

- pásate, que piensas hacer cuando salgas de aquí, y antes de que digas cualquier cosa ten en cuenta que es tu futuro

- no lo sé, Ana ya no a recibido mis 2 últimas cartas y ahora está saliendo con mi primo, con Ana yo ya no cuento

- hiciste lo correcto al terminar con ella, ella tiene todo el derecho de seguir con su vida - me voltea a ver - no es tu culpa ni la de ella pero sus vidas siguen adelante

- si... Lo entiendo, tal vez me meta a trabajar de algo, no se - hago una pausa - por qué le interesa saber eso, digo, todavía me faltan unos años aquí

- solamente es una pregunta, ojalá que no cambies de opinión nunca

- claro - respondo viendo afuera - puedo irme?

- adelante

Me regreso a mi celda, Montana a sido para mí como mi padre, ahora siento un poco de culpa por cómo hablo sobre su hija chale.
Las noches aquí son muy silenciosas, nadie sale de aquí y nadie anda por ahí solo algún guardia. No puedo dormir, no dejo de pensar en que a Ana no le importo meterse con mi propio primo...
Bueno también la deje de manera muy fea pero no fue mi culpa, era necesario

Ana

- buenos días! - grita alguien entrando al cuento - muy bonitos que se ven pero necesito que Ana me acompañe a entregar más pinturas

Es Cruz, me tallo los ojos, quito la mano de Paco que está sobre mi cintura

- un poco de privacidad Cruz - susurra Paco jalandome de regreso

- me la tengo que llevar, ni modo - Cruz me jala del brazo

- me la traes rápido

- también es mi amiga vato - me voltea a ver - y ese milagro que ninguno de los dos está en poca ropa?

- también nos gusta dormir - respondo poniéndome de pie

Tomo mi ropa y le la llevo al baño para poder cambiarme a gusto, no me gusta levantarme temprano la verdad.
Me pongo mi ropa y me pongo mis tenis, salgo del baño, la señora Dolores y el señor Mano están desayunando, Cruz está esperando en la sala

- cuántas pinturas son? - pregunto sentándome a su lado

- solo cuatro

- que no tenían que ser seis? - pregunto viendo las pinturas de la bolsa

UN AMOR DISTINTO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora