cap 2

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Ana

— que crees carnal — dice Cruz a Paco — mis pinturas llegaron a las finales

— de verdad

— simon — responde Cruz sonriendo

— vas a ganar men, estoy seguro

cuando voy a tener mi placaso? - dice Miklo viendo la mano de Cruz

— cuando te lo ganes güero — Miklo rueda los ojos — esto es cosa seria, si se arma un desmadre te regresas con tu padre

— ya deja al pobre vato, luego te tocará Miklo, y bien de dónde se conocen? — pregunta Cruz

— ambos trabajamos para mí padre

— y que hacías antes Ana? — pregunta Paco

— estaba en prisión — respondo casi susurrando

— que pudo hacer una niña como tú para estar en prisión — responde incrédulo Paco

— cómo dices — volteo a verlo a los ojos

— Ana no... — comienza a decir Miklo

— tu cierra la boca — digo sin quitar la mirada de los ojos de Paco — estás cuestionando de lo que soy capaz?, quieres saber pues está bien mate a una persona, siendo precisa a mi padrastro y lo volvería a hacer porque ese animal no merecía vivir

Paco desvía la mirada, su gesto cambio y se creó un silencio incómodo « no pensaba quedarme callada »

— bueno hay que devolver este carro — dice Cruz

— me parece bien — contesta Miklo

Miklo toma mi mano y me lleva al carro, se que no me va a reclamar nada pero no le gusto como actúe, apenas y podía dedicarme una mirada de regreso
Estamos tapando el carro cuando Paco dice

— vengan — susurra mientras se asoma

— que paso? — dice Cruz

— mira quienes están afuera, en nuestro callejón — apretó la mandíbula

— son tres puntos — responde Cruz

— traes navaja — pregunta Paco un poco alterado

— chale no! Solo la verga y los tragos — contesta este

— tenemos que hacer algo — le dice Miklo a Paco

— tenemos que hacer algo?, Pues has algo gallo, no que quieres tu placaso — insinúa Paco a Miklo

Volteo a ver a Miklo, está tratando de decidir

— lo sabía, amarillo — tenía una expresión de burla en la cara

— a la mierda — digo saliendo con cuidado de que no me vean

Alcanzó a ver qué están grafiteando algo en la pared, y siento que alguien me va siguiendo. De reojo veo a Miklo, tomo dos tubos que están tirados y le doy uno a Miklo

- cuando diga ya — le susurró a Miklo — estoy nerviosa, pero no tengo miedo — ya!

Bum!! El cristal de atrás se rompe en mil pedazos y Miklo y yo nos hacemos para  atrás

— son mejores los vatos locos — grita Miklo

— que pasa!? - gritan desde adentro del auto

— váyanse a la verga — grita Paco desde atrás de nosotros

Empieza a ir de reversa el auto, pero Paco toma un tambo y lo avienta al frente para que no puedan continuar

— porque nos quieren chingar la ranfla babosos - grita un hombre saliendo del carro

— vivían los vatos locos — grita Paco

— Spider pintas nuestro callejón y te pinto las nalgas puto — grita cruz con una risa

— vámonos — grita Miklo toma mi mano y me jala

Continuamos corriendo hasta llegar a casa, «FUE INCREÍBLE»

— estuvo suave como se los chingaron — dice Paco, sus ojos brillaron de emoción

— creo que se ganaron su lugar en los vatos locos — dice Cruz retomando el aire

— espera que? — pregunto, mientras me quiero la chamarra de cuero dejando ver un top negro y mis dos collares — yo también

Paco se me queda viendo por un instante

— pues claro tu fuiste la de la idea — exclama Miklo cargando me por la cintura — me parece que eres la primer mujer que entra

— espera Miklo,  falta que ella acepte —  indico Cruz

— pues... Emm... — cruce mirada con Paco y después mire a Miklo que tenía una mirada alegre — claro está bien

— bueno el sábado les toca su placaso, me voy a dormir — dice Cruz mirando a Miklo y luego a mi — aguas con que no se te escape Miklo e Paco

— cállate — dice Miklo mientras le lanza una almohada del sillón

— voy a mi habitación a sacar almohadas y cobijas para Miklo y yo, sígueme te mostraré en dónde vas a dormir

Lo sigo mientras Miklo sigue con la mirada a Paco con desconfianza

— aquí es, solo me llevaré esto, — voltea a ver la cama — mi mamá ahi te dejo ropa, si quieres puedes tomar de la mía, no tengo problema

— gracias

— bueno, ya te dejo descansar güerita — sale de la habitación cerrándola puerta tras el

Me pongo la pijama que me dejó la señora Dolores, le quitó mis collares y acomodo en una silla que hay a un lado mi ropa que traía. Me acuesto en la cama «despues de todo no todo salió tan mal» . No tardó mucho en quedarme dormida

Al la mañana siguiente el día paso normal

— Ana, ten es para que te compres algo formal para el sábado — me extendió la mano con dinero

— claro

— que te acompañe Paco y Miklo, también se tiene que comprar algo formal

— ahora soy niñera — susurra Paco y Cruzito ahoga una risa

Un rato más tarde fuimos a comprar la ropa, me compré un vestido bonito no pasó nada interesante además de eso

Miklo

No podía dormir

-— que tienes? — dice Paco

— nada importante, solo estoy pensando

— pensando en que — dice volteando a mirarme desde el otro sillón — o en quien, en la güerita verdad? — me lanza una almohada

— no, bueno si — respondo devolviéndole la almohada — y si nos  metemos en problemas, ella no tiene a dónde ir

— crees que ella se iría si te pasará algo a ti — dice Paco — ella no te dejaría, se ve lo unidos que son

«de verdad»

— te pusiste celoso verdad?

— que dices?

— cuando fui por las cobijas y eso, pensaste que le iba a decirle algo

— pues la verdad si — respondo rápido — se cómo eres, no me gustaría que la dejaras como a las otras

— tampoco se ve que sea una santa Miklo — dice Paco — aparte es muy fresa para mí, no estaría con ella ni aunque me pagarán

— aunque no lo creas ella si es “santa” ella estuvo desde los 15 en prisión y nunca a tenido pareja

— na me estás mintiendo

— te lo juro

— no se le nota, es muy como nosotros, el sábado van a estar todos, vamos a ver cómo se toman la noticia de que va a entrar una mujer a los hombres VL

ojalá no la tomen mal — digo mirando al techo — bueno hasta mañana carnal

UN AMOR DISTINTO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora