El 𝐀𝐌𝐎𝐑 fue creado para las personas valientes.
Porque debes tener valentía para aprender a luchar no solo contra tus propios demonios, sino también contra los de la persona a la que amas, especialmente cuando esa persona es, literalmente, uno...
Los amaneceres dejaron de ser mis favoritos, porque las estrellas más bonitas estaban en tus ojos.
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||POV(____)||
Al cabo de unas cuantas horas desperté. Ya había oscurecido.
Me di cuenta de que estaba en una cama medica, muy cómoda por cierto, estaba cubierta de una sabana calida. Comencé a reincorporarme en esta cama y un dolor muy fuerte en mi pierna comenzó a aparecer, cosa que me hizo detenerme. Quité la sabana que me cubría y pude darme cuenta de que mi pierna estaba completamente vendada.
─Parece que ya despertaste─ pude escuchar una voz al lado de mi.
Giré mi cabeza a la derecha y me encontré con la mirada preocupada de Genya. Él estaba sentado en una silla de madera al lado de mi cama, me miraba con un poco de confusión, pero sobre todo preocupación.
─¿Me rompí la pierna, no?─ pregunté, a lo que Genya asintió. ─¿Qué fue lo que pasó cuando caí al barranco?
─Algunos kakushi fueron a recogerte cuando caíste, quedaste inconsciente por algunas horas─ respondió él. ─Se dieron cuenta de que la mayor lesión que habías recibido tras el impacto fue en tu pierna, así que te auxiliaron inmediatamente en la finca de Tomioka─ agregó.
Seguía muy confundida, y tenía muchas preguntas. ─¿Inosuke esta bien? ¿Qué hay de Shinobu? ¿Esta enojada? ¿Qué más pasó?─ pregunté.
─El chico esta bien...─ contestó Genya. ─La señorita Kocho no esta enfadada, pero quiere una explicación para mañana, al parecer ella se quedara por un tiempo en la finca de la señorita Mitsuri. Pudieron apagar el incendio, pero la finca quedó hecha cenizas completamente, mañana comenzaran a limpiar los escombros que sobraron y empezaran a hacer una reconstrucción.
─¿Dónde estamos ahora?─ pregunté.
─En tu finca.
─¿Desde cuándo tengo camas medicas?─ dije con confusión.
─(____)─ Genya pronunció con seriedad mi nombre. ─No vuelvas a hacer eso...─ respondió, bajando su mirada.
Sonreí levemente. ─Tranquilo, nunca más volveré a incendiar una finca─ dije bromeando.
─No vuelvas a arriesgarte de esa forma, fue peligroso─ dijo él. ─No quiero que te pase nada.
