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Z U M B I D O

El constante zumbido se convertía en un dolor agudo y persistente que oscurecía mis pensamientos.

El constante zumbido se convertía en un dolor agudo y persistente que oscurecía mis pensamientos

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||POV (____)||

Pasaron algunas semanas desde aquella noche en la casa abandonada.
Los días se fueron con una rapidez extraña, como si el tiempo hubiera decidido avanzar sin detenerse para tomar aliento.
Cada amanecer traía consigo un recordatorio del "pacto" que habíamos hecho Muzan y yo.
Mis pensamientos estaban tan absortos en ese compromiso que las preocupaciones que solían agobiarme se desvanecieron. Ni siquiera recordaba las dudas y temores que antes me acosaban constantemente.

El día de hoy me encontraba sentada en el suelo de la sala donde solíamos tener reuniones de pilares. La habitación, grande y austera, estaba iluminada por la tenue luz que se filtraba a través de las ventanas altas, proyectando sombras alargadas en las paredes. Los tatamis bajo mis piernas emitían un crujido suave con cada pequeño movimiento que hacía. El espacio, estaba vibrante con las voces de los demás pilares.

Aun sentada, cerré los ojos y dejé que las voces de mis compañeros llenaran el espacio.

─He oído rumores de actividad demoníaca cerca de las aldeas─ informó Giyuu.

Mitsuri siguió: ─Hay que asegurarnos de la protección de todos.

Obanai tenía una voz más severa esta vez. ─Y debemos mantenernos en contacto constante.

Luego Shinobu dio una idea. ─¿Qué tal si organizamos rondas de patrullas cortas pero frecuentes como antes? Así siempre habrá alguien vigilando.

Mitsuri, con una voz entusiasmada dijo: ─Es una buena idea. Además, podríamos rotar las patrullas para que todos tengamos tiempo de descansar y recuperarnos.

─Por supuesto, pero debemos considerar la opinión del patrón en primer lugar─ dijo Uzui.

De repente, un dolor agudo me atravesó los oídos, interrumpiendo la conversación e hizo que abriera los ojos.
Las voces de mis compañeros se convirtieron en un zumbido distante, como si estuvieran a kilómetros de distancia. Intenté enfocarme, pero la presión en mis oídos era insoportable.
Una sensación cálida comenzó a escurrirse por mi cuello. Llevé una mano a mi oído y, al mirarla, vi sangre. La sorpresa me dejó paralizada por un instante.

Shinobu se percató de la situación, se acercó a mi y me dijo en voz baja que me pusiera de pie. ─Tranquila, vamos a mi finca.

Me ayudó a pararme, su preocupación evidente en cada movimiento.

Shinobu miró a los demás y les dijo: ─Volveremos en un rato, ustedes prosigan.

Al parecer los otros no se percataron de la situación, pues solo nos miraron con confusión y asintieron.
De igual forma estaba bien que no supieran lo que estaba pasando, pues no quería preocupar a nadie.

A medida que avanzábamos, la sangre continuaba fluyendo, dejando un rastro tras de mí. Cada paso era un esfuerzo, el dolor y la confusión nublando mis pensamientos. La preocupación de Shinobu era palpable, su agarre firme mientras me guiaba hacia su finca.

Mientras caminábamos, me preguntaba qué podía haber causado este repentino sangrado. El dolor en mis oídos seguía martillando, pero el apoyo de Shinobu me ayudaba a seguir adelante.

Llegamos a la enfermería, y Shinobu me ayudó a recostarme en una camilla. La habitación giraba a mi alrededor, y el zumbido en mis oídos se hacía cada vez más insoportable. Se acercó a mí y, sin perder tiempo, comenzó a examinar mis oídos.

Con voz suave pero firme me dijo: ─Tranquila, voy a revisar qué está pasando.

Sentí un escalofrío recorrerme mientras Shinobu limpiaba la sangre y examinaba mis oídos con cuidado. Su expresión se tornó aún más seria, algo que me preocupó. Ella, siempre tan tranquila y controlada, ahora parecía realmente nerviosa.

Susurró para sí misma ─Esto no es normal...

─¿Qué me pasa?

─¿Sentiste algo extraño antes de que empezaras a sangrar?─ me preguntó

Negué con la cabeza. ─Solo estaba escuchando a los demás, y de repente comenzó el dolor.

─Necesitaré hacer más pruebas para entender mejor. Por ahora, voy a detener la hemorragia y aliviar el dolor.

Shinobu trabajaba con rapidez y precisión. Sentí una leve mejoría cuando aplicó un ungüento y colocó un vendaje sobre mis oídos.

Shinobu, con una sonrisa tranquilizadora me dijo: ─Esto debería ayudar a detener el sangrado y reducir el dolor.

Asentí con una leve preocupación todavía. ─Gracias.

Me recosté en la camilla mientras Shinobu guardaba las cosas que había utilizado, cerrando los ojos mientras el dolor comenzaba a disminuir. La preocupación seguía rondando mi mente, pero la presencia y la habilidad de Shinobu me daban algo de consuelo. Por ahora, solo podía esperar y confiar en que encontraríamos la causa de este extraño incidente.

 Por ahora, solo podía esperar y confiar en que encontraríamos la causa de este extraño incidente

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Gracias por leer.

𝐀𝐃𝐕𝐄𝐍𝐓𝐔𝐑𝐄 | MuzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora