El 𝐀𝐌𝐎𝐑 fue creado para las personas valientes.
Porque debes tener valentía para aprender a luchar no solo contra tus propios demonios, sino también contra los de la persona a la que amas, especialmente cuando esa persona es, literalmente, uno...
Basta un solo acercamiento para darme cuenta de que estoy comenzando a enamorarme...
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||POV(____)||
La mañana siguiente llegó. No podía levantarme de la cama, así que los kakushi me han estado trayendo medicamentos y comida, además de que me han estado informando de algunos anuncios que ha estado diciendo el patrón. Sanemi vino a verme, pero en realidad solo lo hizo para regañarme mientras me gritaba lo estúpida que fui al hacer tal tontería.
Shinobu también vino a verme, seguida de Mitsuri. Ambas me trajeron unos cuantos postres, lo cual agradecí, pues mi boca necesitaba probar algo dulce. Las dos me dijeron que cuando me recuperara por completo, podría ayudar con la reparación de la mansión mariposa. Me sentí feliz al ver que Shinobu no estaba enfadada. Mitsuri se fue al cabo de unos minutos, y me quedé a solas con Shinobu, quien comenzó a contarme lo emocionada que estaba por quedarse en la finca de Mitsuri. Luego de unos minutos de charlas sobre los posibles gustos de Shinobu, ella se fue, pues tuvo que ir a atender algunos asuntos con ciertos cazadores.
Suspiré con pesar al ver que me encontraba sola de nuevo. Estaba sentada en aquella cama en la que había despertado. Todos mis intentos de levantarme han sido inútiles, pues mi cuerpo no responde como debería, me siento débil. Todo me duele demasiado como para moverme. Maldita sea Mis pensamientos comenzaron a abrumarme de nuevo. Pero esta vez eran pensamientos de inseguridad...
─Si tan solo fuera igual de fuerte que Rengoku o Tomioka...─ pensé.
Sacudí mi cabeza negando aquellos pensamientos en un intento de desaparecerlos por completo de mi mente. Sin embargo, lo que conseguí fue un fuerte dolor por todo mi craneo. Llevé mis manos a mi cabeza, dando leves masajes y dando cierta presión en esta para calmar el dolor mientras cerraba mis ojos con fuerza, sin embargo, este se incrementaba cada vez más y se hacía aun más fuerte. No era un dolor normal.
Abrí mis ojos un poco y miré hacia adelante, aun masajeando aquella zona de mi cabeza. Lo que vi me dejó helada. Frente a mi se encontraba aquel cazador que había aparecido en mis sueños. El dolor de cabeza se esfumó al verlo, y había sido reemplazado por la intimidante aura que transmitía aquel hombre. Era incluso más intimidante que Muzan... Estaba de pie frente a mi, su rostro era inexpresivo, sin embargo sus ojos demostraban cierta molestia, me fulminaba con la mirada. Sus ojos brillantes no se apartaban de mi ni un segundo, lo cual era más intimidante que antes. Tragué saliva en seco al sentir la intensidad de su mirada hasta que de pronto se esfumó como si fuera polvo.
