7. Un viaje musical...

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De aquí veinte minutos me vienen a buscar y yo aun no he procesado que me voy de acampada con unas personas que he conocido hace dos días.

Quien tenga miedo a morir que no nazca.

Sabía que tampoco hacía falta mucho equipaje, ya que estaríamos poco tiempo ahí, así que me había preparado simplemente una mochila. Eso sí, me había comprado unos paquetes de regalices rojas para picar de vez en cuando.

Las regalices son las mejores chuches del mundo.

Había estado pensando en el viaje de ida, pero sabía que si seguía dándole vueltas al final iba a echarme para atrás, y no quería que la presencia de Asher me impidiera hacer cosas que realmente deseaba hacer.

De todos modos, un trayecto en coche no podía ser tan malo. Simplemente tendría que aguantar estar con él unas dos horas. Puedo distraerme hablando con Miles o escuchando música.

Quiero hacerlo.

El único problema es que no sé si realmente puedo.

—¡Lia, baja! Ash... Ash está aquí. Dice que Miles está fuera esperándoos.

¿Ash? ¿Cómo que ASH? ¿Que no le queda claro que no quiero mantener contacto con él?

—¡Ya voy, mamá!

Cojo mi mochila, mi móvil y una chaqueta fina que me pongo mientras bajo las escaleras poco a poco.

No quiero verle. No quiero verle. No quiero verle.

—¿Cómo has estado, cielo? —veo como mi madre le da un pequeño abrazo a Ash y él le sonríe amablemente —Hace mucho que no nos vemos. Saluda a tu madre de mi parte. Dile que cuando quiera puede pasarse a tomar unas pastas. Y... —interrumpo a mi madre tosiendo falsamente. Ella se gira y me mira con perdón.

Traidora.

—Ya estoy aquí —Ash me dirige la mirada, pero yo hago como que no me doy cuenta y me centro en mi madre —. Hasta dentro de dos días mamá. A ver si vuelvo viva —bromeo y mi madre me da un pequeño golpe en el brazo antes de abrazarme y despedirse de mí.

Salgo de casa con Ash detrás y, por suerte, no me dirige la palabra. Parece ser que mi discurso no fue en vano.

—Clelia... —creo que he asumido demasiado pronto.

—¡Clelia! ¿Qué tal? —por poco le doy todos mis paquetes de regalices a Miles. Me ha salvado de una conversación que no quería tener.

—¡Miles! Muy bien, ¿y tú?—río y le choco el puño. El sonríe divertido y asiente.

—Todo bien —nos guía hasta donde está su coche y saca las llaves de su bolsillo para abrir las puertas—. Ash va detrás, porque no le gusta ir de copiloto. ¿Te pones delante o atrás con él?

Ash me mira, expectante a mi respuesta. Yo simplemente sonrío y me saco la mochila.

—Voy de copiloto. Que Ash vaya con mi mochila detrás. —le lanzo la mochila a Ash y él la atrapa rápidamente. Me mira confundido y yo simplemente le guiño un ojo. Él se sorprende, pero lo disimula. Miles se ríe de la situación y da un pequeño aplauso antes de abrirme la puerta. Entro casi lanzándome al sillón y exhalo pesadamente por la boca.

¿Acabo de guiñarle un ojo a Asher? ¿Qué diablos me pasa?

Miles y Asher entran poco después al coche. Miles pone la radio antes de arrancar e inmediatamente suena Set fire to the rain de Adele.

Esa era la canción favorita de Asher.

Todos los recuerdos me inundan de golpe y siento la necesidad de girarme y cantarle la canción en la cara.

En vez de eso, opto por mirar por el retrovisor y, desgraciadamente, hago contacto visual directo con Ash, que ya me estaba mirando. Aparto la mirada, nerviosa, e intento no prestarle atención. ¿Le habrán venido también a la cabeza las miles de tardes que pasábamos cantando esa canción de vuelta a casa del instituto?

Si no es así, ¿por qué me estaba mirando?

....

POV. Asher

Sé que se ha acordado.

Se ha acordado de que mi canción favorita es esa. Seguramente cientos de memorias han aparecido repentinamente en su mente al escuchar las primeras notas, igual que me han aparecido a mí.

Aunque se pasa todo el tiempo insistiendo en que ya no quiere ser mi amiga y que no le importa mi vida, se ha acordado de ese pequeño detalle.

Después de hacer contacto visual, Lia aparta la mirada como si mis ojos quemaran. Poco después hago lo mismo. No quiero que me vuelva a pillar observándola. Podría pensar cosas que no son, y solo la estaba mirando porque me había distraído.

Aunque quiero recuperar su amistad, no me gustaría que recuperara sus sentimientos por mí. Menos si le llega a hacer sufrir de la misma manera en la que lo ha hecho ya.

Menos si yo no correspondo sus sentimientos. Clelia se merece a una persona que la ame completamente, en todos los aspectos, y yo no soy esa persona. No soy la persona que ella necesita.

Y nunca voy a poder serlo.

...

POV. Clelia

—Lleváis media hora en completo silencio. Bueno, si no contamos que la radio sigue sonando y parece que Adele está de moda hoy. Solo han sonado canciones suyas —Miles apaga la radio y palmea el volante con las manos —. Hablad u os hecho del coche. No es broma.

Dejo el móvil en mi bolsillo, me incorporo en el asiento y hago un intento de conversación.

—¿Cuál es tú cantante favorito, Miles?

Miles chasquea la lengua y niega, divertido.

—¿De verdad? Parece que has buscado las preguntas en internet —estoy apunto de contestarle pero él continua hablando —. Sinceramente no tengo ningún cantante favorito. Escucho de todo. Estoy abierto a todos los géneros musicales. No me gusta cerrarme y no darle una oportunidad a lo demás.

Ash ríe y yo simplemente no puedo callarme.

—Eso está genial, Miles. La gente debería aprender de ti, no cerrarse a los demás y siempre tratar de no dejar de lado a nada —acabo la oración algo tensa, pero no llego a alzar la voz.

—Ya, bueno... —Miles me mira de reojo al notar el resentimiento en mi voz, pero Ash le interrumpe.

—Está bien no cerrarse a lo otro, pero a veces puedes quedarte estancado en un género musical y no hay nada malo en eso. Por ejemplo, todos nos obsesionamos con un cantante en algún momento.

—Chicos...

—Una cosa es obsesionarse con un cantante pero aun así escuchar otros autores y otra muy distinta es dejar de escuchar a todos tus antiguos cantantes favoritos y empezar a sólo escuchar a uno. Si vas a nombrar a un cantante tu cantante favorito, no puedes dejar de escucharle definitivamente solo porque otro cantante te parece más atractivo —a este punto estoy bastante alterada y he levantado algo la voz.

—Me da a mí que ya no estáis hablando de música...

—¡Si yo he nombrado a esa persona mi cantante favorita es porque sé que, aun escuchando a otra cantante, puedo tener la certeza de que si llega a suceder algún problema podemos hablarlo y solucionarlo y que ella no elegirá huir como una maldita cobarde a otra ciudad sin explicarme absolutamente nada! —Ash me saca absolutamente de quicio con su comentario y exploto totalmente.

—¡Tal vez, si hubieras sido un mejor amigo y no me hubieras ignorado durante todo un jodido año, no habría huido a otra ciudad para olvidarte a ti y a tu mediocre concepto de amistad!

Después de mis palabras, el coche queda en un sepulcral silencio. Miles carraspea, incomodo, y vuelve a encender la radio. Adele vuelve a sonar, pero cambia rápido de canal. Ash decide callarse, se pone los auriculares y se hace el dormido en el asiento trasero. Yo simplemente me quedo callada, mirando por la ventana. Casi sin querer, una lágrima resbala por mi mejilla.

¿Por qué me es tan difícil superarlo?

Pedazos de corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora