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El ruido de los niños, el rechinar de los columpios, los profesores hablando discretamente en una esquina... Si, el patio escolar de aquella primaria de South Park, el único testigo de innumerables historias, innumerables despedidas, llantos, risas, amistades rotas y por hacer, el único confidente de secretos que si supieras que alguien lo puede saber jamás dirías.

Así como vió a muchas parejas romper, insultarse o revelarse incontables cosas de mal gusto, ahora veía a una más unida que nunca. Una joven pareja que se declaraba su amor con el único recurso de la mirada y se escribían cartas que solo el corazón leía. La muestra clara de lo incierto que podía ser el destino, dos cerebros que empezaron odiandose el uno a el otro y por azares del destino, dos corazones que terminaron amándose de la forma más pura que habían experimentado.

Así es, la pareja que un tiempo fue la más querida de la escuela, Tweek y Craig, dos polos opuestos que encontraron esto divertido y al final, fueron honestos el uno con el otro, aceptándose tal y como eran. Ahora, está unión se veía representada en dos jóvenes de 13 años sentados el uno al lado del otro en el recreo, el rubio tomaba café de su termo habitual y el azabache escribía en su libreta.

Tweek se inclinó sobre si mismo para ver lo que escribía el contrario

- ngh... ¿Aún no la terminas? - curioseó con su voz agitada como siempre-

- No, realmente acaba de aterrizar, no tengo demasiadas ideas -suspiró el contrario-

El rubio iba a continuar la conversación cuando el timbre lo sobresalto, haciendo que diera un pequeño grito y acelerando mucho sus Tics. El más alto cerró su libreta con resignación y la guardó en su mochila, se levantó y tomó la mano del contrario para calmarlo, ambos caminaron una vez más dentro de la escuela y el resto del horario fue igual.

Al terminar, caminaron tranquilamente, o al menos en lo que podían definir así, ambos fueron a la casa de Craig para terminar la historia con la ayuda del rubio.

En compañía mutua, mientras estaban en el cuarto de Craig imaginando todas las posibilidades para "Spaceman Craig y su leal corsel Stripes", la historia el empezaron y planeaban terminar juntos.
Entre risas se les fue la tarde y, mientras veían como el sol se escondía y las estrellas comenzaban a pintar el cielo, de pronto, algo estaba mal, Tweek agachó la cabeza y miró de reojo a Craig

- le ofrecieron a mi papá un trabajo en New York. -dijo por sorpresa, dejando a Craig completamente paralizado por un segundo-

- es como que... ¿Tú papá se va a ir?

- ... No es seguro, está bien

De inmediato Craig sintió el golpe que no queria sentir y comprendió lo que pasaba, pero no mostraba eso, mantenía su rostro monótono de siempre y parecía aburrido, puso su mano en el hombro de Tweek y le dedicó su mejor sonrisa para confortarlo.
Tweek se quedó en casa de Craig, solo disfrutando de su presencia, en su mochila llevaba su pijama y no era problema para él quedarse a dormir. Cuando se estaba cambiando en el baño, dió un vistazo al espejo y se horrorizo, ¿Ese era él? ¿Era tan malo?, Vió su camisa mal abotonada y su cabello revuelto y descuidado, sus notables ojeras asomando debajo de sus cansados ojos y... No sé vio a él.
Comenzó a temblar otra vez violentamente y se acercó al cajón enfrente del espejo, sin apartar su vista sacó unas tijeras y las acercó a uno de los mechones rebeldes de su cabello, hubiera salido bien, de no ser por qué su garganta lo traicionó y comenzó a soltar sollozos sin saberlo. Fué suficiente para disparar todas las alarmas en el que se encontraba aún en el cuarto, abrió sin pensarlo la puerta del baño y vio a Tweek llorando y sosteniendo las tijeras, de inmediato agarró su muñeca y lo miró con desdén.

Ambos durmieron juntos, Tweek se acurrucó con miedo en el pecho de Craig, quien trataba de procesar todo lo que pasaba ahora, sus pensamientos de pronto se cortaron con el hilo de voz de un colapsado Tweek

- ¿Por qué?... ¿P-Por qué me sigues amando? ¿Por qu-que me sigues...soportando? -preguntaba con la mirada perdida y oculta-

- Descansa... Amor - lo tranquilizó Craig, abrazándolo y cerrando los ojos-

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Volvemos a la primera situación, la mañana siguiente en el recreo, ninguno de los dos se atrevía a tocar el tema por miedo a lo que podría pasar, pero al mismo tiempo, ambos se apoyan

- Te amo, amo tus defectos, amo tu personalidad, amo a este Tweek y no lo cambiaré por nada -rió el azabache de repente

-el rubio río nerviosamente, estaba recostado en el hombro del mayor con una taza de café en sus manos, la soltó para liberar los pedazos de vidrio en el suelo- yo no.


::::::::::::::: Cómo La Última Vez ::::::::::::::

Cómo La Última Vez / CREEKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora