Capítulo VII

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- "¿Qué es ese ruido extraño que haces?".

Sasuke observa a Sakura duchándose en el cubículo. Había palabras que salían de su boca, pero sonaban unidas. El tono no era desagradable, sino extraño.

- "Tarareando y cantando" - contestó ella. Ella se volvió para mirarle. - "¿No cantan los Tonans?".

- "Nunca he oído a nadie cantar o tararear".

- "¿Ni siquiera tu madre?".

Sasuke lo pensó mucho.

- "No. En ninguna parte de mi historia recuerdo sonidos como esos. Hazlos de nuevo".

Sasuke se cruzó de brazos y se apoyó en el cubículo, con la cabeza ladeada y el oído afinado para escuchar. Sakura comenzó con las palabras, palabras que conocía, pero encadenadas juntas para hacer una historia con una melodía. Había líneas que ella repetía y pronto Sasuke las repitió con ella. Sakura le sonreía.

- "Deberías cantar más a menudo".

Salió de la ducha cuando la puerta se abrió a su orden, tal como Sasuke la programó recientemente. Una gran toalla caliente estaba colgada de una silla y él se la dio. La toalla la envolvió, la secó y pronto se estaba vistiendo. Cuando terminó, se acercó a él y le abrazó por la mitad; su barbilla descansaba sobre su pecho, le miró fijamente. Suficiente de su carne desnuda estaba contra su piel, diciéndole que estaba hambrienta y cansada. No necesitaba palabras. Desde la unión de la pareja, su escudo y Sasuke llegaron a un acuerdo. Se le permitió ser un mal guerrero y matar, o querer matar, pero siempre tenía que ser amable con Sakura. Podría vivir con eso. Ella se movió para presionar su mejilla contra él y su estómago rugió. Con un suave empujón, Sasuke la apartó de él y fue a replicar algo de comida. En los últimos tres días, había llegado a comprender su pasión por el chocolate.

Puso el plato humeante de comida en sus manos, junto con una taza de chocolate caliente. Con las manos sobre los hombros, la giró.

- "Ve a comer y luego acuéstate. Sé que estás cansada, lo percibo".

- "Por supuesto que lo haces" - murmuró mientras se alejaba.

Sasuke sabía que ellos tenían un vínculo fuerte; teniendo él más de mil años de edad, pensó que podría serlo. Su inocencia ayudaba a la conexión al entregar la máxima confianza. Muchos guerreros de la clase de su padre sintieron la necesidad de aparearse después de cumplir mil años. La mayoría luchó contra el impulso. Una compañera les hacía vulnerables; si Sakura moría después de haberse apareado con ella, él moriría. El tipo de Tonan de su padre era reacio a ceder un trozo de escudo; el egoísmo estaba matando a su raza. Sasuke fue a comprobar la configuración de la consola. Quería dormir con Sakura en unos edredones, la cama era demasiado estrecha. Sus pesadillas podían ser aliviadas con un toque, pero él deseaba poder entrar en sus sueños y ver lo que implicaban. Su compañera de vínculo había sido testigo de una horrible experiencia que cambió su vida. Sabía que tenía que ver con la muerte de su padre.

Girando, Sasuke se detuvo en seco cuando captó un movimiento por el rabillo del ojo. Sus sentidos fueron invadidos después. Maldita sea. Con el corazón palpitando, miró hacia la consola. Una nave nodriza Tonan se interponía en su camino. Si intentaba huir, volaría por los aires, Sakura moriría. Los Tonans decidirían entonces si lo llevaban o no a bordo mientras quedaba suspendido en el espacio. Si elegían dejarlo, flotaría durante un mes antes de que su escudo se agotara. Tendría un mes para agonizar por la muerte de su compañera de vínculo. La idea era exasperante y, por primera vez en su vida, odiaba a otros Tonans además de a su padre biológico.

- "Sakura, no te muevas. No salgas, tenemos compañía, mala compañía" - gritó Sasuke.

La nave Tonan envió una pequeña explosión para que Sasuke supiera que era mejor que abriera las comunicaciones. Respirando hondo, apretó el botón. No estaba protegido, cuando vieran que no había ninguna cola.... Su comandante tenía los brazos cruzados y los pies cruzados, mirándole con ira.

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