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Desearía poder decir que mi corazón no latió con fuerza al verlo allí de pie frente a mí. Me odié completamente por ello. Por suerte, mis viejas costumbres arraigadas hicieron posible ocultar cualquier emoción de mi rostro. Me armé de valor y comencé a recoger mis cosas mientras me ponía de pie, la mirada que le di a Yaku fue como si jamás lo hubiese conocido, y que no valía la pena hacerlo.

—Ten más cuidado. — dije con tono monótono. El muy bastardo solo se quedaba callado y mantenía sus ojos en mí.

Llené mis pulmones de aire, evidenciando lo irritada que estaba. Intenté rodear su cuerpo para seguir mi camino, pero dio un paso al costado. Su cuerpo cubrió todo mi campo visual.

Fue como si una sensación extraña me recorriera por completo. Hace años que no estábamos tan cerca, hace años que no cruzábamos mirada alguna. Hace años que él y yo no teníamos nada que ver, pero con todo lo que estaba pasando podía sentir como ese hilo desgastado caía y era reemplazado por un nuevo y más fuerte, que comenzaba a tejer los lazos de nuestra vida juntos nuevamente.

Estaba dispuesta a quemar ese hilo yo misma.

Di un paso atrás para alejar su cuerpo del mío, pero cuando iba a hablar finalmente dos jóvenes aparecieron de golpe junto a él. Uno se colgó de su espalda y el otro sacudió sus hombros con una risa. En cuanto se dieron cuenta que estaba frente a ellos, se enderezaron con cuidado.

—¿No vas a presentarnos? — preguntó uno de ellos con una sonrisa astuta.

Que esperado.

—No — dijo Yaku. Su voz había cambiado un poco, pero no lo suficiente como para decir que no reconocería su voz estando de espaldas —. No sé quién es, ¿qué es lo que quieren?

No sé quién es.

No.

sé.

quién.

es.

¿Este bastardo realmente estaba negándome a mí? ¿Negando que alguna vez nos habíamos conocido? ¿A mí? ¿Qué era la mejor bailarina de este maldito lugar? ¿Un simple y común jugador de vóleibol?

—Tenemos que ir a ver el gimnasio — respondió el otro, para luego posar sus ojos en mí —, deberías ir, irán los de fotografía, música...-

—Una fiesta de jardín de niños — susurré, pero no lo suficientemente bajo. Los tres posaron sus ojos en mí, por lo que solo suspiré y di una sonrisa tensa —. No me gustan los gimnasios, pero gracias.

Cuando intenté irme una última vez, esa voz molesta voz no me dejó.

—Es una bailarina — fingió susurrar Yaku, pero eso obvio que no se molestó en bajar la voz lo suficiente —, se cree demasiado como para relacionarse con nosotros.

La brutalidad no era lo mío, la crueldad tampoco, pero cielos, él realmente estaba presionando todos los botones correctos para sacar el lado más desalmado que no sabía que tenía. Me giré una vez más, sus ojos y los míos volvieron a conectar. Es como si después de mucho tiempo sin verse no pudieran estar sin encontrarse otra vez.

—¿Cuándo has visto un cisne en medio de un montón de cerdos? — sonreí ligeramente, viendo como el rostro de sus dos amigos se transformaba en uno ofendido mientras que él suyo se consumía en enojo. Él comenzó esto —. Es una lástima que la AIDE se haya conformado bajando tanto su nivel solo por un poco de billetes.

—Es gracioso escuchar eso, he oído que eres becada.

Una sonrisa sin gracia tiró de mis labios —: Vaya, no sabía que eras mi fan. ¿Te gustaría un autógrafo?

𝐀𝐍𝐓𝐈 𝐑𝐎𝐌𝐀𝐍𝐓𝐈𝐂 ❯❯ Yaku MorisukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora