𝐀𝐍𝐓𝐈 𝐑𝐎𝐌𝐀𝐍𝐓𝐈𝐂 ❯❯ Yaku Morisuke

III

DIECISÉIS AÑOS

Mi corazón latió fuertemente cuando él besó mi mejilla antes de irse. Yaku se había instalado lenta y sutilmente en lo más profundo de mi corazón de una forma completamente distinta a cuando teníamos ocho años. De una forma que no debería haber sucedido. Muchas veces intenté convencerme que no era una buena idea. Que somos mejores amigos, y que eso está muy bien, porque al menos estamos juntos. Yo no debería confesarle estúpidamente que estoy enamorada de él.

Pero a veces yo... tengo la impresión de que sentimos lo mismo.

Últimamente hemos estado muy unidos porque sus padres habían estado atravesando un proceso de divorcio y él no la estaba pasando muy bien. Cuando estamos juntos y me abraza, sus manos se deslizan un segundo hacia mi cintura y luego vuelven a mi espalda, como si fuese un impulso que no pudiera controlar. Cuando estamos hablando y sus ojos se desvían a mi boca como si esta lo llamara y me hiciera perder el foco de la conversación solo de los nervios.

Y, cielos, esa costumbre de decir cosas que puedo malinterpretar.

A veces sus compañeros de equipo suelen molestarnos, no es la gran cosa, el problema es cuando uno de ellos me dice cosas como: "Mashiro-san, deberías dejarte crecer el cabello. Podría hasta enamorarme de ti si tuvieras el pelo largo" y él respondía: "Ella es perfecta con el cabello corto. Mejor cierra la boca antes de que te obligue, Kuroo." Una amenaza bastante seria para alguien que quedó estancado en su altura de los doce, cuando era considerado de los más altos.

Ahora hasta yo le gano por dos centímetros.

Es por eso que creo que tal vez yo podía gustarle de la misma manera.

Me armaré de valor para confesarme mañana después de la escuela, de todas formas, me había pedido irnos juntos porque me tenía una sorpresa. Estoy algo emocionada.

—¿Realmente lo harás? ¿Confesarte?

—Si no sigues diciéndole todas esas cosas — le doy un empujón —. Debes detenerte, lo digo en serio, Kuroo.

Él sonrió un poco, ligeramente divertido —: Oh vamos, solo estoy probando nuestra teoría y cada vez creo que tengo más razón.

—No digas esas cosas, me entusiasmas.

—Le gustas, es obvio.

Los latidos de mi corazón se incrementaron.

—Lo sabremos mañana después de clases.

—¿Quién lo diría? Después de haber sido una mocosa insoportable y solitaria, finalmente adquiriste algo de carácter.

Siempre he tenido carácter, eso lo sabemos. Lo que me había faltado desde era niña había sido valentía. Me encerraba en mi burbuja repitiendo mil veces que los odiaba a todos y que no necesitaba a nadie. No fue hasta que conocí a Yaku que me di cuenta que solo tenía miedo, tenía miedo de intentar agradarle a la gente y fallar en el intento. Él realmente me ayudó a superar todo eso. Por esa y más razones es que estoy enamorada de él.

Cielos, no puedo creer que realmente se lo diré.

¿Cómo reaccionará?

¿Me abrazará y me besará?

¿Se reirá nervioso y se sonrojará?

De solo pensar en las posibilidades se me revolvía el estómago. Apenas si pude dormir durante la noche, solo podía pensar en el día siguiente después de la escuela. ¿Qué sorpresa me tendría? ¿Y si...? Oh, ¿no sería hermoso que él también quisiera declararse? Sería capaz de llorar ahí mismo. Esto realmente era amor.