A dos jóvenes rubios los despertaron los sirvientes por una reunión que el mayor tenía con un extrovertido joven, pero talentoso.
Arthur se arregló rápidamente y bajó a desayunar en el gran comedor, en el que siempre se encontraba la mujer hermosa que era su progenitora. La Beta sonrió al ver como su último Alpha se acercaba, ya que siempre tenía la caballerosidad de, por lo menos, saludar a su madre a la hora del desayuno.
Brittania era una hermosa Beta, ya con sus años, no era eternamente joven, con rubios cabellos, cejas no muy grandes como las de sus hijos, ojos verde como los de Arthur y piel de porcelana. Cuando ella era joven no podía estar un momento sola, y sus sirvientes tenían que ser Betas mujeres u Omegas, por el miedo de sus padres, los abuelos de Arthur, a que quisieran cometer una crueldad con ella.-Buenos días, Arthur- Saludó educadamente la mujer mientras su hijo se acercaba a recibir el beso en la mejilla de su madre.
-Buenos días, madre- Correspondió el saludo el rubio, mientras se sentaba a su lado en la mesa.
Los conocidos del joven heredero de una de las tantas empresas de la familia Kirkland se sorprendían al verlo junto a su madre, ya que él no era mucho de cercanía, amabilidad, era el típico inglés, frío y respetuoso, pero al estar con la mujer su tensión se iba y entablaba una conversación de lo que sea sin ningún tipo de incomodidad ni faltas de respeto.
Y todo era porque cuando los herederos Kirkland eran niños, molestaban a Arthur, y su padre casi nunca estaba para hacer algo, su madre era la única persona en quien podía confiar en esos difíciles momentos, ya que sentía que no era querido por sus hermanos.
Al pasar algunos años, y tener 10 años Arthur, en una noche de los últimos días de Diciembre se hizo un anuncio, ese era que tendrían un nuevo hermano.
Arthur se emocionó, pero de inmediato miró a sus hermanos, buscando maldad en sus rostros. Los otros ya estaban planeando como molestar al nuevo descendiente de la familia Kirkland, así que Arthur decidió protegerlo desde pequeño.
Pasaron los meses, no los 9, pero ya estaban seguros del genero del bebé, era un saludable niño, algo que se adaptaba al plan hecho por Scott Kirkland, el mayor de todos los hermanos.
Al nacer el pequeño, se comprobó que estuviera vivo, y después se lo llevaron para examinar que no tenía ningún problema. No fue así, no tenía nada. A los pocos días dejaron a Brittania y al bebé, que fue llamado Peter, ir a su hogar. Al llegar, los mayores ya se estaban preparando, pero Arthur lo defendió todo lo que pudo durante mucho tiempo, y por eso Peter era su pequeña adoración.
Scott paró con su plan cuando se anunció que el menor de los hermanos era Omega, y empezó a protegerlo junto a Arthur, ningún Alpha había visto al niño exceptuando a los Kirkland y Berwald.-Hijo, me deprime haberme enterado por Scott y no de ti- Comentó la mujer mientras bebía un té que el Alpha le había entregado.
-¿A qué te refieres, madre?- Cuestionó ya que no tenía idea de que estaba hablando la mujer.
-Me refiero al Omega, ¿cómo se llamaba? ... Ah si, Alfred- Contestó la rubia hacia la pregunta de Kirkland.
Arthur se quedó estático en su lugar, ya que no planeaba contarle a su madre aún, más bien cuando fuera oficial el matrimonio entre él y el ojiazul. Al recordar al joven le vino a la mente la foto que los progenitores del Omega le habían entregado, una donde el chico se veía especialmente feliz, era cuando se graduaba de la preparatoria, el año pasado. El Alpha de ojos rojos le había dicho que sus hijos eran algo... especiales por sus deseos. Ellos querían estudiar más allá del bachillerato, querían poder mantenerse a si mismos y no depender de un Alpha y solo servir como máquina de bebés. Esa declaración había sorprendido al Alpha, ya que no era muy común que los Omegas sintieran esa necesidad.
-Arthur, Arthur- Lo llamaba su madre ya que se había hundido en sus pensamientos sobre el muchacho.
-Perdona, madre, estaba pensando en algo- Se disculpó el ojiverde.
-Más bien en alguien- Después de su comentario la mujer dejó salir una risa armoniosa que el recién llegado escuchó.
-¿En quién está pensando Arthur, Mum?- Preguntó inocente Peter llendo directo a darle un beso en la mejilla a su madre.
-En nadie, cariño, en nadie- La mujer seguía riendo por el ligero, pero muy ligero sonrojo de su hijo al ser descubierto pensando en el de mechón antigravedad.
El desayuno continuó normal, con preguntas sobre como les había ido el día anterior, Peter contó su anécdota sobre los Omegas conocidos, la mujer se mostró encantada y cuando el niño no volteaba, le mandó una mirada a Arthur, que decía un claro "Usa a tu hermano para conocer al muchacho, y te mato".
Una criada se acercó a los Kirkland y les anunció que el joven Bonnefoy y su hermana Yvette habían llegado a ver al joven Kirkland, Arthur se disculpó con su madre y hermano y se retiró hacia el gran salón que tenían, en el que se encontraban Yvette y Francis.
-Buenos días, joven Kirkland- Saludó educadamente la menor de los Bonnefoy.
-Buenos días, Ivette- Respondió Arthur mientras se acercaba a la pareja de hermanos.
Francis tenía un brillo en sus ojos al ver a Kirkland, seguramente porque había planeado algo nuevo para molestarlo.
Arthur los invitó a sentarse, ofreció una bebida para sus invitados, Yvette decidió que le aceptaría un té, mientras que el otro Alpha pidió una copa del más fino vino, no sin antes ganarse un insulto despectivo del menor.-Hermano, -llamó la atención de los hombres la joven rubia, ajustando sus gafas- He oído que la menor de los Wang, Mei Mei, tiene un diseñador para si misma.
Francis arqueó una ceja, mientras Arthur veía inquisidoramente a la joven, buscando la razón de su comentario.
La muchacha suspiró por la ignorancia de los enemigos a muerte y prosiguió.-Lo digo porque me parecería interesante el tener ese diseñador para nuestras madres y para mí.- Explicó la menor y acto seguido bebbió de su té como la señorita que era.
-¿Se puede saber quien es él?- Preguntó Bonnefoy al tiempo que Arthur reflexionaba sobre lo dicho por la única mujer de la sala.
-Su nombre es Feliks Lukaswieck, un hombre polaco Omega- Otro sorbo a su té fue dado por la joven, finalizó su tarea y depositó la taza en la mesa que tenía en frente.
-¿Para qué un diseñador, si tienes a tu hermano mayor?- Cuestionó con tono herido el de ojos azules y barba mientras mordía un pañuelo de seda rosa.
-Calma, Drama Queen, seguramente la mujer quiere alguien calificado, he oído que es normal a su edad- Espetó Arthur con su típico tono de odio hacia el otro Alpha.
-En realidad, -intervino Brittania mientras se acercaba hacia los tres jovenes- es la persona con la que tienes una reunión, hijo.
Y de pronto, apareció un joven de cabellera rubia lisa, ojos verdes con un extraño brillo infantil, junto a un hombre alto, rubio cenizo, ojos morados y sonrisa dulce y tétrica a la vez.
-Hola, como que, yo soy Feliks y él es mi primo Ivan Braginski.- Saludó el menos alto con un tono agudo de voz.
-.-.-.-.-.-.-.-
*Muerta* Examenes~ ╮(─▽─)╭
Esa es mi razón. Me acabo de dar cuenta que se me olvidó una pareja ಠ_ಠ.
Spamano
Listo, me siento feliz. Denme consejos para el nombre de los padres de Alfie y Mattie porque si saldrán en más episodios ಥ⌣ಥ. ¿Qué más? Ah si, espero que les haya gustado el capítulo de hoy y espero que no haya puesto mal el apellido de Feliks, ¡adiós!
ESTÁS LEYENDO
Por Conveniencia [HIATUS]
FanfictionLa civilización ha evolucionado de manera que la reproducción sea más fácil, por decirlo de alguna manera. Pero el pensamiento que se tenía hace muchos años ha vuelto. El ser más fuerte debe cuidar del más débil. Se crean matrimonios por convenienc...