Capítulo 1

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Carla y yo hemos sido amigas desde siempre, nos lo contamos todo; pero, a pesar de eso, somos muy distintas en cuanto a la personalidad, como polos opuestos. El caso es que después de leer la nota en la que mi ex me había dejado plantada por otra, lo que menos me apetecía era salir de fiesta y menos al Pinks, el local menos indicado para unas chicas de 17 años; alcohol, sexo y drogas es todo lo que hay allí. Estaba a punto de enviarle el típico mensaje de: "Lo siento, tengo que estudiar" a Carla cuando veo a mi hermana mayor, Vanesa, en la puerta;

-Deberías ir, despéjate un poco la mente anda.

-Te lo ha contado mamá verdad?

-No, pero tienes los ojos rojos, hay pañuelos con mocos a tu alrededor y tienes una cara de muerta que flipas.

-Gracias eh?- me limito a contestar.

-Venga vete- para mi hermana siempre ha sido todo muy fácil, es guapa, tiene talento y es la primera en todo, cada fin de semana se trae a un chico distinto a casa para enrollarse en su habitación, mientras que yo con suerte encuentro uno cada año- te ayudo a preparate.

Pensé que como no tenía nada mejor que hacer... Qué podría perder?

-Venga vale.

Mi hermana comenzó a maquillarme, peinarme y escoger modelito para que arrasase esa noche. Yo personalmente me sentía indiferente con todo eso, Marco me había roto el corazón después de casi un año y estaba a punto de salir de fiesta; no estaba en mis mejores circunstancias.

-Ya estás!- me miro al espejo y en mi rostro se dibuja una expresión de sorpresa, estoy radiante.

-Gracias, ya puedo irme, estarás por allí?- no se ni para que formulo la pregunta porque sé la respuesta.

-Lo dudabas? Quiero ver que tíos hay esta semana- río, mi hermana siempre ha sido así y siempre lo será, no la veo madurando. Bajo las escaleras y mi madre me mira pero simplemente se limita a asentir, solo 3 horas de llorera y ahora como nueva para salir; reconozco que sigue sin apetecerme mucho pero así me despejo un poco. Salgo y ya me están esperando Carla y Betty (otra de mis mejores amigas)

-Uau Valeria, veo que estás genial, ya me he enterado de lo tuyo y Marco; no pensé que estuvieses tan bien- sonrío cuando sé que quiero llorar por dentro pero solo he venido a divertirme. Aparcamos el coche y entramos por la entrada trasera, donde no piden carnet, solo un poco más de dinero. Cuando entro por la puerta está todo lleno de gente y nos dirigimos a un pequeño grupo de gente donde hay ojos que me miran y me doy cuenta de que está allí...


No comimos perdicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora