No comimos perdices

Capítulo 3

-Una cerveza- le digo al de la barra

-Vaya vaya hermanita, si que has crecido si...- río y veo como Samuel me recorre y me penetra con la mirada, no sé que me pasa, pero me gusta, ni Marco me miraba así.

-No puede ser!! Máquina estás aquí!!- mi hermano ha encontrado a más gente conocida; allá a donde vamos siempre es leyenda- Oye chavales, voy a mirar la nueva moto del Rata, ahora vuelvo - ME HA DEJADO SOLA CON SAMUEL?!?!? A ver, no me gusta, pero no está mal.. Y yo acabo de salir de una relación y...

-Te gustan las estrellas?- pregunta

-Eh? Ah, claro, cuando me aburro,abro mi ventana del techo y las miro

-Perfecto, sígueme- me coge de la mano, y cuando me doy cuenta hemos atravesado todo el local y estamos subiendo unas pequeñas escaleras , las cuales parecen la salida de incendios y por las cuales llegamos a la azotea

-Uau- respondo; absolutamente todo el cielo está brillando, está lleno de pequeños rayos fulminantes, lleno de pequeñas perlas relucientes, lleno de diminutos círculos resplandecientes, lleno de estrellas.

-Así que te gusta mirarlas eh?

-Sí, me encanta, siento como si toda mi vida careciera de sentido, como si nada de lo que hicieras importase y como si el ser recordado no fuese importante; en resumen, son preciosas

-Como tú, y lo sé, lo sé; es la típica frase que dicen todos; la típica frase de historia que llegado a este punto ya se sabe como va a acabar pero... Es verdad, no puedo negarlo; eres preciosa- Me agarra de la cintura y acerca sus labios a los míos, lo agarro por el cuello y pego nuestros rostros; siento como sus manos se van deslizando hasta mis muslos; los cuales pasan a enroscarse en su cintura; gimo, me encanta como besa, nadie me había besado así nunca; pega mi espalda a una pequeña caseta que hay allí y sigue besándome, lentamente y después rápidamente, alternando; vuelvo a gemir, cosa en la que él me sigue; enserio, fue alucinante... Es posible que haya vuelto a encontrar el amor?