𝐋𝐈𝐎𝐍 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 | Epigraph

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Desde que era niño siempre supe que mi existencia era un error.

Mi ser, era una mancha en la baronía Brownless.

Mi padre, Linius Brownless había abandonado a mi madre, apenas ella le reveló su embarazo.

Mi madre, Cynthia Cromwell era una prostituta ingenua que creyó en las palabras del hombre que amaba, mamá verdaderamente creyó que Linius la sacaría de aquel viejo burdel y viviríamos una vida ensueño.

Me crie en ese burdel, rodeado de toallas rosas y olor a lubricante, con el vulgar sonido de las pieles chocando y los gemidos arrullándome como una canción de cuna, no odie la forma en la que crecí, nunca conocí nada mejor ni peor que ese lugar, esas paredes delgadas, ese edificio pecaminoso fue mi hogar, esas mujeres que vendían su cuerpo día a día, aquellas señaladas como unas cualesquiera, eran a las que llame mi familia, y los clientes ocasionales que me saludaban al entrar, revolvían mi cabello o que me regalaban algunos dulces o monedas eran mis tíos.

Mamá siempre me contó maravillas de mi padre.

"Tu padre es un hombre que nos ama, mi León"

"Tu padre es el amor de mi vida"

"En cualquier momento tu padre vendrá por nosotros y viviremos una vida llena de felicidad"

"Te ama tanto que incluso tienes el nombre que deseo darle a su primogénito"

Nunca odie ni ame a mi padre, era un hombre que no conocía, una figura ausente a la que mi madre se aseguró que no odiara, intento que lo amara, pero nunca pude, ¿Cómo podría amar a alguien cuyo nombre y rostro desconocía? ¿Cómo podría amar a un fantasma que vivía en la mente de mi madre?

Pronto a la ecuación llego Sir Arthur, era un viejo hombre que pasaba cada día frente al burdel, el anciano era un cascarrabias, cada día lo saludaba y cada día recibía un gruñido mal humorado en respuesta, pero era divertido, era mi amigo —aun si para él era como un molesto mosquito— pero a medida que el tiempo pasaba, Sir Arthur fue ablandándose, comenzo a devolver los saludos, y un dia hizo la pregunta que cambio el rumbo de mi destino.

—¿Qué haces todos los días aquí?

—Mi mamá y mis tías están trabajando.

Sir Arthur hizo una mueca, miro a su izquierda y luego a la derecha, asomo la cabeza por la puerta del edificio, el único presente era el encargado quien siempre fumaba, y quien siempre me mandaba fuera del edificio cuando lo hacía.

—¿Te quedas aquí hasta que terminen?

Asentí, me quedaba ahí afuera hasta que mamá o algunas de las tías terminaran su trabajo, ellas me harían compañía hasta que otro cliente llegara y tuvieran que irse, o hasta que la cajetilla del encargado se terminara y me volviera a dejar entrar.

—¿Qué te parece si me acompañas? —el viejo hombre rasco su barba —siempre voy al mercado y necesito a alguien que me ayude.

No dude en asentir, no debía temer, era bueno leyendo a las personas, el anciano barbón no tenía intenciones malas conmigo, lo sabía.

—¡¿Acompañarlo?!

El viejo pareció arrepentirse de sus palabras, pero aun así asintió —toma tus cosas, vámonos.

Reí, porque todo en él era divertido, me despedí de Max el encargado, quien me dijo que para el anochecer debía estar en casa y corrí tras él, tome su mano justo como lo hacía con las tías y mamá, pero él la alejó de un manotazo.

—¡No hagas eso! —gruño irritado haciéndome reír.

Sin querer, Max y sus cigarros me empujaron a Sir Arthur, el hombre que me convirtió en una bestia. 

En un despiadado León que cazaría a aquellos que habían despertado su ira. 

𝐋𝐈𝐎𝐍 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓  ━━━━━━ Cale Henituse x Male readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora