Lo que siguió a aquella noche fatal lo sabe usted tan bien como yo, pero lo que no sabe, lo que no puede sospechar es lo que he sufrido desde nuestra separación.
Me enteré de que su padre se lo había llevado consigo, pero me figuraba que no podría vivir mucho tiempo lejos de mí, y, el día en que me encontré con usted en los Campos Elíseos, me emocioné, pero no me sorprendí.
Comenzó entonces aquella serie de días, cada uno de los cuales me traía un nuevo insulto suyo, insulto que recibía casi con alegría, pues, aparte de que era la prueba de que me seguía queriendo, me parecía que cuanto más me persiguiera más me engrandecería a sus ojos el día en que supiera la verdad.
No se extrañe de este martirio gozoso, Armand; el amor que usted sintió por mí abrió mi corazón a nobles entusiasmos.
Sin embargo, no fui tan fuerte enseguida.
Entre la realización del sacrificio que hice por usted y su vuelta pasó un tiempo bastante largo, durante el cual necesité recurrir a medios físicos para no.volverme loca y para aturdirme en la vida a que me había lanzado. ¿No le dijo Prudence que iba a todas las fiestas, a todos los bailes, a todas las orgías?
Tenía una especie de esperanza de matarme rápidamente a fuerza de excesos, y creo que esa esperanza no tardará en realizarse. Mi salud se alteró necesariamente cada vez más, y el día en que envié a la señora Duvernoy a pedirle clemencia estaba agotada de cuerpo y de alma.
No le recordaré, Armand, de qué forma recompensó usted la última prueba de amor que le di, y por medio de qué ultraje arrojó de París a la mujer que, moribunda, no pudo resistirse a su voz cuando le pidió una noche de amor, y que, como una insensata, creyó por un instante que podría volver a unir el pasado y el presente. Tenía usted derecho a hacer lo que hizo, Armand: ¡no siempre me han pagado mis noches tan caras!
¡Entonces lo abandoné todo! Olympe me reemplazó al lado del señor de N…, y me han dicho que se encargó de comunicarle el motivo de mi marcha.
El conde de G… estaba en Londres. Es uno de esos hombres que, no dando a los amores que tienen con las chicas como yo más que la importancia justa para que sea un pasatiempo agradable, siguen siendo amigos de las mujeres que tuvieron, y no tienen odio, pues nunca tuvieron celos; en fin, es uno de esos grandes señores que sólo nos abren un lado de su corazón, pero nos abren los dos lados de su bolsa. enseguida pensé en él. Fui a buscarlo. Me recibió de maravilla, pero era allí amante de una mujer del gran mundo y tenía miedo de comprometerse acercándose a mí. Me presentó a sus amigos, que me ofrecieron una cena, tras la cual me fui con uno de ellos.
¿Qué quería usted que hiciera, amigo mío? ¿Matarme? Hubiera sido cargar su vida, que debe ser feliz, con un remordimiento inútil; y además, ¿a qué matarse cuando está uno tan cerca de morir?
Pasé al estado de cuerpo sin alma, de cosa sin pensamiento; viví durante algún tiempo con aquella vida automática; luego volví a París y pregunté por usted; me enteré entonces de que se había ido a un largo viaje. Ya nada me sostenía. Mi existencia volvió a convertirse en lo que era dos años antes de que lo conociera. Intenté atraerme al duque, pero había herido harto rudamente a aquel hombre, y los ancianos no son pacientes, sin duda porque se daba cuenta de que no son eternos. La enfermedad se apoderaba de mí de día en día, estaba pálida, estaba triste, estaba más delgada todavía. Los hombres que compran el amor examinan la mercancía antes de tomarla. Había en París mujeres con mejor salud y más carnes que yo; me olvidaron un poco. Este ha sido el pasado hasta ayer.
Ahora estoy enferma de verdad. He escrito al duque pidiéndole dinero, pues no lo tengo, y los acreedores han vuelto y me traen sus facturas con un encarnizamiento despiadado. ¿Me contestará el duque? ¡Si estuviera usted en París, Armand! Vendría a verme y sus visitas me consolarían.
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La Dama de las Camelias (Alexandre Dumas, hijo)
Ficção HistóricaLa dama de las camelias, publicada por primera vez en 1848, es una novela firmada por Alexandre Dumas, hijo. Dramaturgo: Alexandre Dumas Personajes: Margarita Gautier, Armand Duval, Padre de Armando, El Conde. Género: Novela rosa Primera representac...