Capitulo 4

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El sonido del despertador sacó a Nunew de su sueño y suspirando se dio la vuelta para apagarlo; maldiciendo a Tutor y su inspiración fotográfica. Una buena ducha despejo cualquier vestigio de sueño de su rostro y un vaso de jugo de naranja lo lleno de energía. Era demasiado pronto para desayunar, así que solo tomó café.

Vestido con un informal pantalón de mezclilla,una camiseta a juego y sus convers, salió del departamento. Unos minutos más tárde se dirigía en su automóvil hacia la playa; lo temprano de la hora y la soledad de las calles que recorría lo hicieron perderse en sus pensamientos. Zee un hombre atractivo, empresario exitoso y un artista reconocido; no había duda de que sus habilidades se extendían a la cama…o donde fuera que mantuviera relaciones sexuales.

Así es como quería llamarlo; no amor, amor era una palabra que no tenía nada que ver con dos personas compartiendo una cama, disfrutando del cuerpo del otro sin confianza ni compromiso alguno.

La idea de Pruk como amante despertó en él sensaciones que creía olvidadas, encendió la radio del auto para disipar esos pensamientos.

Al llegar a la playa donde realizarían la sesión fotográfica había tres automóviles y una furgoneta tras el BMW de Tutor. Las luces estaban ya preparadas, la tienda montada y mientras se acercaba, pudo oír las voces del staff.

—Buenos días–saludo Nunew 
—Justo a tiempo–respondió Tutor al verlo–bueno tienes diez minutos usaras el mismo vestuario de ayer al igual que el mismo estilo de peinado.

El cielo estaba comenzando a iluminarse, cuando Nunew se colocó a un metro del agua para las fotografías. La arena húmeda brillaba como el metal ante sus ojos, las sombras iban disolviéndose poco a poco, como si un artista estuviera pintando el color del cielo.

—Venga; hay que darse prisa, no tenemos mucho tiempo–advirtió Tutor tomando su cámara– ¿listo Nunew?

—Cuando tú digas–dijo sonriéndole

Tutor comenzó a disparar, pidiéndole que se moviera de un lado a otro.

—Le venta un poco más la cabeza, así no te muevas, ahora mírame, sonríe; eso es muy bien– decía el fotógrafo–Perfecto, ahora quiero que sonrías más, no, no te rías; así excelente, muy bien muévete a la derecha, si ahora a tu izquierda–seguía diciendo Tutor mientras se movía de un lado al otro–tenemos que hacerlo rápido, está empezando a amanecer –dijo mirando al cielo durante un segundo, cinco minutos más tarde cerro el lente de la cámara—Ya está; muchas gracias a todos.

Iba a ser un día agitado; esperaba Nunew mientras se quitaba el vestuario y volvía a ponerse su ropa. Después del almuerzo tenía que ir a otro desfile y por la noche había quedado con su padre en ir a cenar a su casa. Con movimientos rápidos se acomodó el cabello y volvió a ponerse los convers.

—Quieres que tomemos un café–preguntó Tutor cuando Nunew salía de la tienda.

—Claro–acepto el modelo.

Caminaron juntos hasta sus autos donde guardaron sus cosas; después cruzaron el muelle hasta una cafetería cercana.

—¿Café solo? – preguntó el fotógrafo 

—Sí; gracias–respondió Nunew–¿iras al desfile del Hilton?

—Me temo que si–respondió el fotógrafo mientras ponía crema en su café.

—Otra vez tendrás a esas chicas haciendo fila para salir en tus fotografías ¿No?—bromeo el modelo

—Me hacen muchos regalos, una de ellas me ofreció una vez un fin de semana en una isla privada–comentó el fotógrafo 

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