EL POETA

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Anoche tuve un sueño muy extraño. Estaba en un corredor enorme en forma de cilindro y recubierto por acero, tuberías oxidadas y demás anomalías estructurales cúbicas. Parecía una especie de drenaje que emanaba un olor peculiar, y se sabe que no puedes oler en un sueño, entonces este aspecto me hizo entender la rareza de aquella pesadilla. La luz era verdosa y discreta, mantenía la visibilidad tan pobre que sólo me permitía mirar un objeto extraño debajo del rayo de luz que viene de entre unas rejas en la parte superior del cilindro.

Como una plasta viscosa se retorcía sobre sí mismo con espasmos que me causaban nervios e inquietud; a la lejanía parecía un corazón palpitante que se arrastraba por el piso, venía directo a mí. Su sola presencia en la misma habitación que yo me causaba un dolor desgarrador en el alma despertaba la más desastrosa angustia y nervios ansiosos me impedían respirar. De pronto un recuerdo vino a mi memoria, la recordé a ella, a mi antiguo amor ya olvidado, no obstante, mis sentimientos surgieron de entre las cenizas como si hubieran salido de un baúl de recuerdos aplastantes y... Dios mío, toda la historia que viví con ella de pronto llegó a mis ojos como un sueño lúcido... su piel, sus besos, su abrazo y el calor de su suspiro en mi cuello, todo eso arribó con nostalgia y dolor... arrepentimiento... ¿qué hubiera pasado si...? «Ya te había olvidado ¿¡Qué haces aquí!?»

Y la sensación más horrible de una persona que resurge de entre el polvo de la muerte y el olvido... sufrimiento, un corazón roto... traición y mentiras... odio. Un corazón roto.

No pude evitar romperme por completo. El corazón me observaba sin ojos, solo se retorcía en su lugar esperándome. Comencé a llorar, me tumbé de rodillas al piso y sostengo con firmeza mi pecho... siento que arde, y mis ojos sangran... mis lágrimas caen una a una deformadas en un lírico de odio y dolor, se vuelven una metáfora, una representación del reflejo en mi alma... dolor, mentiras, traición... ya no lo soporto.

Aquella plasta se desliza lentamente hasta llegar a mis rodillas, hasta llegar bajo mis lágrimas para bañarse con ellas, para mofarse de mí, para hidratarse con mi sufrimiento de recuerdos podridos.

Entonces algo comienza a surgir de ese corazón, un engendro tan vil y asqueroso que mi cerebro no lo puede procesar, me estoy enfermando de locura y horror.

Nació una criatura de piel gris y arrugada, un hombre y una mujer pegados por la espalda como siameses y con cuatro largos brazos carnosos. El hombre tiene un aspecto demoníaco o... ni siquiera puedo decirlo, no es la palabra correcta ni mucho menos la más cercana para describir lo que penetra por mis ojos hasta mi razón. En cambio, la mujer, tiene una boca y una nariz preciosas, pero sus ojos están cortados, aplastados y cosidos para no ver. Se arrastra sin piernas, con una deformidad de carne y cartílago sin forma coherente a mis ojos, sin respetar lo natural e ignorando incluso pesadillezco de un humano, es algo incluso peor y no soy capaz de narrarlo con palabras o emociones.

Simplemente está ahí mirándome fijamente... la mujer sin ojos parece conocerme, me juzga en silencio, juzga mi amor, mi dolor... el hombre abre la boca dejando apreciar una mandíbula desgarrada y sostenida por alguna clase de acero con clavos. Entonces comienzo a correr, a huir y no estoy seguro de si es de esa criatura o de mi propio dolor... ella, mi amor se aparece frente a mí mientras corro y... Dios ¿por qué duele tanto?

No dejo de llorar. La respiración se me vuelve imposible y me ahogo en mi rabia y angustia... la veo, la veo en brazos de otro hombre, la veo en sus besos y palabras de amor que antes eran mías ¡deja de torturarme así! ¡FRAGMENTOS DE UN CORAZÓN ROTO! déjame huir del dolor, ya había muerto, ya era una cicatriz ¡líbrame del dolor, te lo ruego, Dios, ¡líbrame del dolor!

La mujer alcanza una voz humana, solo para hablarme... me comenzó a recitar tan bellas poesías:

"En mi tumba estelar, a donde subí contigo; ahora puedo ver que sin mí también puedes brillar, estoy feliz por eso, sin embargo, mi tumba se sella cuando me convierto en nada, antes fui tu todo, tu estrella y ahora soy polvo, soy nada a tus ojos. Soy feliz en el olvido porque puedo ver que brillas sin mí, ahora debo buscar mi propio camino fuera de mi tumba de polvo"

No tiene sentido...

El hombre también hablaba:

"Te regalé todo de mí. Fuiste dueña de mis emociones y mis pensamientos. Me esforcé con la última gota de sangre que mi pecho bombeaba por ti, y te volviste como todas aquellas que tomaron mi corazón y lo cortaron, quemaron, escupieron... y está bien, quizás alguien más puede darte lo que yo no pude, y entonces se llega la hora en que deba volver a la espesa negrura con llanto en los ojos con los párpados cerrados mientras tu olor va al cielo, y la muerte de mi corazón aquí reposa, en restos pútridos aguarda soñando en su muerte"

¿Por qué duele tanto? ¡Dios! ¡Cállense! Ella me amaba...

«No, jamás te amó»

«Todo fue falso»

Fueron palabras que yo mismo una vez me dije, era mi propia pesadilla y un reflejo del dolor que sentí y pensé curar, ahora me ha alcanzado una vez más...

Mi corazón... duele demasiado... duele tanto que... no puedo mantenerlo conmigo quisiera... sacarlo de mi pecho ¡aléjate de mí! Maldito poeta

Quizás con este trozo de hierro pueda... sacarlo y ya no sentir nada ¡sí! Haré eso, estaré bien sin corazón, así no habrá más dolor en mi... en mi... pecho.

La sangre caía como lágrimas de dolor. El hombre murió con su corazón en mano y la criatura lo tomó y lo agregó a su colección de corazones que compartía uno con otro, amor-dolor, el poeta... la encarnación del dolor de un corazón roto, un monstruo de muchos nombres y sin embargo solo un propósito.

Una tercera persona sin sexo surgió del cúmulo de carne que sustituía sus piernas. Se alimentó del dolor en sus memorias y con él tejía nuevos versos, nuevas poesías. El recipiente vacío que quedó tendido en las rejillas de la alcantarilla fue devorado por las ratas. 

"El Mensajero" Antología de Terror y FantasíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora