capitulo cinco: sempiterno.

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Lisa había llorado las últimas tres noches

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Lisa había llorado las últimas tres noches.

Sus lamentos podían escucharse a través de la puerta de su habitación, también una que otra queja.

JooHyun se encargaba de llevarle el desayuno, la comida y por ende la cena. La pelinegra se rehusaba a comer en el comedor con Rosé, no después de todo lo que le había soltado.

Aún no se lo creía, le atemorizaba estar con personas que parecían servir fielmente al mismo demonio, era espantoso.

Se encargaba de hacer una oración al despertar y antes de dormir, pedía por su vida, pedía perdón por si había hecho algo mal o por si su fé había caído. También pidió perdón por las almas de la aparente mansión dónde ahora estaba.

Incluso antes de comer hacia la oración por los mismos alimentos, pidiendo que estos no estuvieran contaminados y que no fuesen mortales para su vida.

Lisa se negaba a salir de la habitación, se mantenía encerrada todo el día.

JooHyun intentaba hablar un poco con ella, pero la pelinegra le daba respuestas tajantes que la mujer solo podía guardar silencio.

Ahora ni siquiera le dirigía mirada alguna.

Rosé tampoco se había aparecido por ahí, había ido a su habitación dos veces y Lisa la rechazó las dos veces, negándose a siquiera verla en pintura.

Los pensamientos de la chica estaban estancados. Ciertamente era tratada bien, no le hacía falta ni ropa ni comida, contaba con una buena cama para ella solita, y no se le obligaba a hacer nada, ni siquiera la castigaban o le pegaban como tanto temía.

Claro estaba que Lisa había sido criada así, había vivido en una familia cristiana y por más buena que fuera, tenían pensamientos que rechazaban cualquier contacto mundano o que no fuera devoto a Dios.

Su padre le decía que las almas que caían en la tentación sufrirían eternamente, sin alcanzar la paz o el descanso eterno.

A la pequeña Lisa le contaban demasiadas cosas.

Cómo que las almas que iban al infierno eran azotadas y tiradas a ríos y lagos de fuego, que tenían una condena que cumplir y que ahí, morían lentamente por segunda vez.

Las personas que iban ahí eran malas, que habían caído en la drogadicción, que habían prostituido sus cuerpos, que habían cometido adulterio o que habían mentido.

Y para una pequeñita a la que le enseñaron tales cosas era horroroso. Teniendo que refugiarse en los brazos de su madre, orando hasta caer dormida.

No era culpa de Lisa.

Y a Rosé le costaría llegar hasta la Tailandesa, calar dentro de ella y hacerla ver que todo estaría bien, que en realidad todo era parte de un plan mayor.

Que desde pequeña había anhelado sus caricias, que había soñado con ella y preguntado hasta cuándo la podría conocer.

Y que ahora que la conocía, se quería enterrar en ella, en sus delgados brazos e inhalar el perfume de su cuello.

born for evil ଓ chaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora