99 días sin ti | MiChaeng. [Adaptación]

Epílogo.

Algunos dicen que el amor es el sentimiento más fuerte que una persona puede sentir. 

Él toma control de todas las fibras de su ser, tejiendo su camino a través de su alma y comienza a matarla de adentro hacia afuera. Él deteriora su sentido común, dirigiéndote a hacer cosas estúpidas, todo en nombre del amor.  

Eso es en teoría. 

Cuando encontraron en cuerpo frío e inmóvil de Chaeyoung sobre el edredón de Mina, usando ropa vieja de ella, era la única explicación por el momento. 

Todo había sido por amor.

En el momento en que llegaron los paramédicos ya era muy tarde, ella se había ido. Twice había perdido un miembro más, las chicas perdieron una amiga más. Todas se quedaron ahí, llorando abrazadas por la pérdida de otra de sus mejores amigas. 

Chaeyoung las observó con una sonrisa, una triste que se extendía por sus labios mientras era testigo de cómo sacaban su cuerpo de la cama, fuera del apartamento. Ella vio cómo las miembros caían al suelo, llorando desconsoladas desde lo más profundo de su ser. Ella no podía hacer nada, no podía ayudar, quería abrazarlas pero sabía que no era posible. 

Comenzaron a culparse, diciendo que no estuvieron ahí lo suficiente para ella, que sólo hicieron que Chaeyoung las viera con frustración. 

Pero ahora ella estaba feliz y quería que ellas también lo estuvieran por ella. 

Chaeyoung sintió una mano tomar su hombro y se volvió para enfrentar un par de ojos cafés. Ella le sonrió a la chica que tenía al frente, que también estaba sonriendo ampliamente. Lágrimas brotaban de los ojos de ambas chicas cuando ella se volvió para enfrentar a sus mejores amigas, a quienes les había hecho tanto mal en su lucha por amor. 

"¿Estás lista?", preguntó Mina, llamando la atención de la menor, quien estaba de espaldas a ella. Chaeyoung asintió y se dejó guiar por la japonesa, llevándola lejos a su nueva vida. 

"Te amo." Susurró Chaeyoung, inclinándose para besar a Mina.

"Yo también te amo." 

Entonces, las dos caminaron adentrándose en la luz, de la mano, cantando en voz baja junto a los ángeles llamándolas por sus nombres y cantando en una armonía perfecta una canción de cuna. Chaeyoung miró a Mina, la chica a la que había amado por tanto tiempo y causó tanto dolor en su vida anterior. 

Ahora ellas tenía una nueva vida, una en la que podrían pasar juntas para siempre, cantando con los ángeles. 

La carta y el diario seguían sobre la mesita de la habitación, lado a  lado, nadie se atrevió a moverlos de allí.