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Craig Tucker tiene una personalidad un tanto peculiar, difícil de descifrar, la mayoría a la primer muestra de indiferencia lo mandan a tomar por culo. Solo pocos podían soportar sus actitudes, Tweek es quién más lo ha sobrellevado, hasta cierto punto lo entendía, siempre buscaba la manera de entender sus sentimientos, porque lo ama.
El pelinegro también hacía todo lo posible para entender y apoyar a Tweek, buscando tips para calmar los ataques de pánico del rubio, hasta comprarle cualquier cosa para que su novio disminuyera su nerviosismo, porque lo ama.
Entonces, ¿en qué momento cambió todo?, ¿por qué pasaron de ser la pareja más estable de south park a esto?, ¿se aman?, claro que si y era una horrible sensación, porque no querían soltarse, no ahora, anhelan que sea nunca.
Los amigos de Tweek estaban totalmente preocupados por su amigo, era notorio el cambio tan drástico en unos cuantos días. Su piel lechosa era amarrilla, verde, su cabello estaba más desordenado de lo común, sus lindos ojos no mostraban brillo alguno y esas ojeras que cargaban con el rastro de tristeza, cansancio. Eran las únicas testigas de las lágrimas que las abrazaban todas las noches.
Mientras tanto Craig, era un desastre andando, se veía desarreglado y su carácter era mil veces peor, siempre se encontraba hostil y agresivo. Explotaba hasta porque las palomas en lugar de volar, caminaban. Así de irritante se sentía. Pero no lo mal entiendan, claro que sufría, no podía soportar el cargar ese odio que se tiene así mismo, ama a su Tweek, lo ama con toda su alma, detestaba verlo llorar, gritar, se sentía la persona más egoísta por no querer dejarlo libre, era un sentimiento tan pesado, esas promesas de siempre cuidarlo eran vanales, está perdido y solamente acariciar los cabellos del rubio podían relajarlo, el escuchar su corazón palpitar mientras dormía, era lo único que lo hacía sentir pleno, vivo. Pero cómo podía hacerlo, si él rubio apenas y le dirigía la mirada. Se detesta. Donovan y Black seguían insistiendo en que arreglaran las cosas.
Sin embargo, la última vez fue un desastre, después de la crisis de Tweek, se dispuso a curar sus heridas.
¿Por qué tenía que ser así?, ¿por qué era fácil curar heridas externas pero las de adentro es tan complejo?, ambos se preguntaban, lástima que no siempre se hayan respuestas.
Fueron invitados a la reunión de los niños de la primaria de south park, en otra ocasión, Craig y Tweek hubieran decidido quedarse en casa, hacer esas deliciosas magdalenas que encantaban al pelinegro, bailando en la cocina al compas de la música, mientras reían por dar algunos pasos torpes; tal vez quedarse a ver una película, incluso subir al techo del edificio para admirar las estrellas y de paso, admirar cada parte de Tweek y viceversa, decirse cuánto se aman, cuánto se desean, cuánto darían por seguir así mucho más tiempo, porque su compañía les basta y sobra.
Es una lástima qué no fuera así, pues sería incómodo quedarse en casa, cuando las actividades anteriores habían quedado en el pasado. Ambos decidieron ir a la dicha reunión, fingiendo una vez más, ser la hermosa pareja de esposos.
