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No me grites, por favor

Hay una frase que menciona “siempre espera lo inesperado”, hay que estar preparados para lo que nos depara el futuro

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Hay una frase que menciona “siempre espera lo inesperado”, hay que estar preparados para lo que nos depara el futuro. El destino es algo difícil de descifrar pero a su vez es mágico y misterioso, simplemente bello.

Su mente viajaba y, cómo si fuera un disco, repetía cuantas veces quisiera esa noche, el beso tan dulce entre ambos. Inconscientemente sonrió para sí mismo, tocando sus labios qué anteriormente fueron abrazados por el embriagante belfo de Tweek. Algo presentía que iba a estar mejor, todo irá bien, sentía que era un avance y daría todo para no arruinarlo.

Una vibración en su bolsillo, estaba en clase y el constante llamado hacía su celular le molesta, lo tomó sin qué lo notará su profesor; 7 llamadas perdidas y 24 mensajes.

Era esa pelinegra, su nombre, Carolina.

La conoció cuando estaban en secundaria y sorpresivamente también había tomado el área de veterinaria. Como sea, Craig tiene un don y ese es analizar a la perfección a cualquier persona; sería tonto si no se daba cuenta que la chica lo pretendía desde hace mucho, por obvias razones no le prestaba atención porque cada centímetro y ser era solo de Tweek. Sin embargo, poco después todo su cuerpo le perteneció a Caro.

Las llamadas constantes no cesaban, así era desde la noche anterior cuándo decidió apagar su celular, aprovechando el descanso qué dio el maestro, contestó.

Caro le pedía que se vieran a la entrada de la facultad, para que así pudieran hablar. Craig estaba dispuesto, de una vez por todas terminaría todo lo que empezó y se dedicaría solamente a Tweek, como es debido. Llegó y al ver el rostro molesto de la chica, sintió un mal presentimiento, al escucharla todo su mundo se vino abajo.

—En serio Kenny, te juro que fue tan mágico, ¡Craig dejó su celular!, ¡por mi!, ¿puedes creerlo?

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—En serio Kenny, te juro que fue tan mágico, ¡Craig dejó su celular!, ¡por mi!, ¿puedes creerlo?.

Eso... Es genial Tweek, me alegro que estén empezando a arreglar las cosas—. El rubio torció la boca, se sentía alegre por su amigo pero, bueno, también tenía sus dudas y le dolía aún tener que verlo cómo está con alguien más, no le era agradable—. ¿Y cómo surgió todo?

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