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Yeosang en ese momento estaba confundido y triste, hace unos días que no hablaba con San, cuando iba a sus clases privadas por un momento se podían ver a lo lejos, pero Choi lo ignoraba totalmente

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Yeosang en ese momento estaba confundido y triste, hace unos días que no hablaba con San, cuando iba a sus clases privadas por un momento se podían ver a lo lejos, pero Choi lo ignoraba totalmente.

Su San había cambiado de un momento para otro y Yeosang sabía más o menos el porqué de la actitud del pelinegro, por eso quería hablar con él.

En ese momento el príncipe estaba en su habitación, sentado en el suelo mientras jugaba con un pincel ya que no terminó de escribir sus tareas, la mente la tenía nublada llena de pensamientos. Cuando podía sus ojos se fijaban en la puerta con la esperanza de que San entrará por esta.

Y como si sus súplicas hubieran sido escuchadas la puerta fue tocada tres veces y un lindo pelinegro con rostro serio entró.

— ¡San! —Yesosang con notable felicidad se levantó dispuesto a abrazar a San, pero este retrocedió y lo evitó. —¿Sannie? —susurró con voz dolida. — ¿Pasa algo? —

Yeosang vio el como San trago duro y lo vio con ojos serios, tenía un mal presentimiento, el ambiente incómodo que de había creado entre ellos dos no le gustaba.

—Alteza, solo vine a dejar un mensaje del rey, en dos días se reunirá con su prometida, harán la cena de compromiso aquí en el palacio. —El rostro de San estaba neutro y sus ojos picaban, quería llorar pero no se lo permitió no quería verse débil ante Yeosang.

— ¿Ahora le sirves a mi padre? San, eres mi mano derecha y no la de él, además, como vienes a decir lo del compromiso, eso no me interesa. —El castaño estaba frustrado. —Solo quiero saber el porqué me ignoras, no vas a la biblioteca y no estás a mi lado. —

—Alteza, solo vine a dejar el mensaje del rey  y también a entregarle algo. —

—San ¿me estás escuchando? Deja de ignorar mis palabras y explícame todo. —tomó la mano de San, agradeciendo que este no se alejó.

—Su alteza, a partir de ahora ya no estaré a sus servicios. —

— ¡¿Qué?! Deja de hablarme tan formal y dime que pasa. —

—Yeosie, talvez aquel anciano no ató el hilo rojo en nuestros meñiques, solo estamos confundidos. —San tomó la mano de Yeosang y entregó un conocido aro rojo. —Lo siento por romper la promesa. —

Yeosang atónito vio la palma de su mano ¿San le había devuelto el anillo que le dio? En ese momento se sintió pequeño, lleno de ira y tristeza.

—S-San, deja de bromear, no me gusta este tipo de bromas. —pronunció con voz temblorosa.

—Lo siento. —Hizo una reverencia. —Realmente lo siento, Yeosie. —

— ¿Fue mi padre verdad? ¿El está involucrado en todo? Dime San, se que tuviste una reunión con el rey, desde ese día cambiaste por completo. —

—A-Alteza. —San abrió sus ojos desmesuradamente, sorprendido por las palabras del príncipe.

『𝑴𝒂𝒓𝒒𝒖𝒊𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓 ♥️』ˢᵃⁿˢᵃⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora