" La felicidad es una mariposa, una que siempre trato de atrapar
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Pero como cada noche, solo la veo escapar bajo la luz de la luna "
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Querido Percy,
Me gustaría empezar esta carta pidiéndote perdón por el vómito verbal que fue mi carta anterior. No se suponía que fuese así, pero cosas pasan, supongo. Por lo tanto, lo siento, probablemente nada de lo que dije tuvo mucho sentido.
Por otro lado, ¿recuerdas que fue lo que dije al comienzo de la carta? Antes de todo lo demás, cuando mencioné que estaba teniendo problemas al decidir en sí terminar con todo esto rápidamente, o si debería de seguir al paso que había planeado inicialmente. Pues, creo que he llegado a un buen punto medio.
Me permitiré otras cuatro cartas en las cuales todo lo restante será dicho, y enterrado.
Es suficiente para que yo procese, lamente, y llore todo sin tener que retenerte por mucho más tiempo, los dioses saben que ya lo he hecho lo suficiente. Y al terminar con todo esto, tengo esperanza de que nada empeorara.
Quiero mejores días para nosotros; creo que es algo que los dos merecemos. Felicidad.
Se podría considerar casi gracioso, aunque realmente solo es verdaderamente triste, lo fácil que era el sentirse feliz cuando éramos chicos, pero que tan difícil se ha vuelto el encontrar, sentir, y mantener tal felicidad, ahora que hemos madurado.
Los arcoíris ya no son tan emocionantes como lo eran antes, los charcos de agua ya no se ven como la fuente de diversión más extraordinaria tampoco, y el escuchar a los pájaros cantar ya no hacen los días menos grises.
He escuchado a mucha gente decir que la felicidad es como una mariposa.
Que entre más la busques, lo más difícil que se hará el conseguirla.
Pero, ¿y si no es felicidad lo que la mariposa representa? ¿Y si en realidad somos nosotros? ¿Qué pasa si es nuestra culpa? No es que la felicidad sea más complicada, sino que dejamos de ver las cosas de la misma manera al haber metamorfoseado.
Todos saben que los niños ven el mundo con una simplicidad que es casi imposible de volver a percibir al crecer, pero ¿y si esa es la respuesta a todo?
El ver el mundo con simplicidad. El encontrar la felicidad en la más pequeña de las cosas, como el sol estando afuera, calentándonos a todos, o el ser feliz de ver la lluvia caer sabiendo que gracias a ello flores van a florecer.
