prólogo #la decadencia#

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Eiladanath estaba muriéndo; envenenado y devastado por la Guardia de la muerte

No debería haber sido así.

El Vidente había estado en este planeta desde su nacimiento, llenando esta bola de roca con vida. Había observado cómo el mundo virgen de Eiladanath maduraba a lo largo de milenios hasta convertirse en un verde paraíso, un lugar de paz y belleza sin igual. Hasta, claro está, la llegada de la Guardia de la Muerte.

Había predicho la amenaza demasiado tarde para evitarla, y sólo un pequeño grupo de sus compañeros del mundo astronave de Em'brathar lograron acudir antes de que los Portales de la telaraña sucumbiesen. Así, atrapados en el planeta condenado, habían hecho lo poco que habían podido contra los marines de plaga, pero era una causa claramente perdida. Los animales yacían hinchados y con los ojos vidriosos, esperando el final; de los antaños grandes bosques sólo quedaban interminables extensiones de troncos cubiertos de cieno. Las únicas criaturas que florecían eran las mascotas preferidas de Nurgle, los gusanos y las moscas, pero ni siquiera eso duraría. Eiladanath volvía rápidamente a ser la roca sin vida que una vez había sido.

Qué desperdicio sin sentido.

Con el horizonte oriental iluminándose del negro a un amoratado púrpura, el Exarca D'Larha les hizo señales para buscar refugio durante las horas diurnas en las cuevas cercanas. Antes incluso de que los guerreros declarasen el refugio seguro, el Vidente se había dejado caer agotado a la entrada de la cueva. Estaba cansado, desgastado por sus heridas, su edad y por el dolor de lo que había presenciado. En segundos, entró en un agitado y febril sueño.

Este destino estaba mal. No solo el de sus compañeros, o el de este mundo; toda la galaxia había tomado una dirección errónea, con los Poderes Ruinosos corrompiendo todo lo que tocaban. Sus pensamientos retrocedieron, investigando lo que podría haber sido... No debería ser de esta manera... No hacía falta que fuera de esta manera... Si sólo pudiese cambiar las cosas, encontrar un camino diferente, mejor...

En vez de extender su conciencia para buscar los posibles futuros, se sintió a sí mismo siendo arrastrado hacia atrás, moviéndose hacia el pasado. Rastreó los hilos de la historia más y más atrás, sintiendo los universos alternativos fluyendo juntos, con la más pequeña elección causando una división, e innumerables corrientes uniéndose y fluyendo en el mar del tiempo. Desde su punto de vista exterior a la Historia, la Herejía de los mon-keigh era la principal confluencia: el lugar donde una sola decisión podría haber cambiado tan profundamente el curso de la Historia. Buscó un hilo en el que la Guardia de la Muerte y su calaña nunca se hubiesen convertido al caos, un camino donde este destino erróneo, tanto en este planeta como en el resto de la galaxia, pudiese ser evitado.

Antes de que pudiera hallar su utopía, una oscura presencia lo arrojó de nuevo a la corriente temporal, obligándole a descender a una brutal y retorcida Historia alternativa...

la herejía de Dorn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora