Ángeles oscuros #Luther el traidor de Caliban#

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Incapaces de mantenerse al margen y dejar que el Imperio destruyera su mundo natal de Caliban, los Ángeles Oscuros se vieron obligados a rebelarse contra el Emperador, e incluso contra su insensible Primarca, Lion El'Jonson. Con el inicio de la Herejía de Dorn, Luther llevó a los Astartes bajo su mando a Istvaan, y afirmó públicamente que la Legión apoyaba la rebelión, garantizando que los Ángeles Oscuros fueran vistos como Traidores por el Imperio a partir de entonces. Aunque fueron capaces de derrotar al León a su vengativo regreso a Caliban, la intervención psíquica del Emperador para salvar a los Ángeles Oscuros No Perdonados que habían permanecido leales a Jonson redujo el planeta a una ruina inhabitable. Con su mundo natal destruido, Luther y sus Ángeles Oscuros blanden el poder de la Disformidad como un arma en su búsqueda de los No Perdonados, para poder finalmente convencerlos del error que cometieron al apoyar al León durante el cishma.

Historia de Orígen

Todas las Legiones Astartes han sido moldeadas y definidas por sus mundos natales, pero la influencia que Caliban ejerce sobre los Ángeles Oscuros, incluso diez mil años después de su destrucción, es seguramente la más profunda. Cuando los Primarcas fueron dispersados por la galaxia, Caliban estaba cubierto de densos bosques que eran acechados por fieras y antinaturales quimeras conocidas como las Grandes Bestias. Los colonos humanos habían perdido hacía mucho todo contacto con el resto de la Humanidad debido a las tormentas de Disformidad de la Vieja Noche, y mucho de su legado tecnológico se había olvidado. Incluso la propia Terra se había ido olvidando hasta no ser mucho más que un mito.

Sin embargo, ante semejante adversidad la nobleza del espíritu humano aún prevalecía. Órdenes de caballería, consagradas a proteger al pueblo de Caliban, tomaron como su deber cazar y destruir a las Grandes Bestias. Fue una de estas expediciones la que se encontró con el joven Primarca vagando en lo profundo de los bosques. Al haber carecido de contacto humano, el chico era un salvaje, pero aun así su presencia y espíritu eran inconfundibles. El líder de los caballeros, un gran hombre llamado Luther, adoptó al chico como hijo suyo, y le llamó Lion El'Jonson, "León Hijo del Bosque" en su dialecto. Muchas y variadas eran las pruebas y exámenes para ser aceptado en la Orden, como se llamaban a sí mismos los caballeros, pero Luther era un tutor excelente, y el León un guerrero y estratega por naturaleza. Desde Caminar la Espiral, que perfeccionaba su habilidad con la espada contra cualquier enemigo, al Verbatim, su libro de tácticas y enseñanzas, Jonson sobresalió en todo. Cuando regresó de la misión de cazar y matar a una de las Grandes Bestias, lo hizo portando el cuerpo de la criatura más temida y terrible del planeta: un león de Caliban. Semejante hazaña fue más que suficiente para que le admitieran en la Orden como miembro de pleno derecho.

Luther siempre había sido visto como el futuro líder de la Orden, pero la llegada del León había cambiado todo eso. Jonson había sido diseñado genéticamente por el Emperador para comandar las Legiones del Emperador, y estas habilidades innatas le hicieron eclipsar rápidamente a su mentor. Pero a pesar de todos los talentos sin igual del León, aún quedaba un eco del chico salvaje de los bosques en él. Había una frialdad y un distanciamiento de las emociones humanas en él, y su buen carácter siempre era en parte obligado y forzado. Hay que reconocer a Luther que nunca sintió celos mezquinos de él, pues veía en Lion El'Jonson la oportunidad de hacer algo más que simplemente continuar la interminable guerra contra las Grandes Bestias. Había una oportunidad de unir a todas las órdenes de caballería y eliminar las abominaciones de la faz del planeta de una vez por todas. Seguro de que Jonson era el salvador de Caliban y su pueblo, Luther dejó a un lado su ambición personal, y se dedicó exclusivamente a asegurar que la visión que compartía con él se hiciera realidad.

Aunque llevó muchos años de sangre y sudor, las Grandes Bestias fueron purgadas sistemáticamente de los bosques, y al final las amenazantes Tierras Salvajes del Norte fueron su último refugio. El avance final les hizo entrar en contacto con un grupo que se llamaba a sí mismo los Caballeros de Lupus, que siempre se habían opuesto con fuerza a su cruzada. Al acercarse a su fortaleza, se hizo evidente por qué: en su aislamiento, se habían dedicado a estudiar hechicería, e incluso mantenían una manada de Grandes Bestias. Que un caballero pudiera caer en semejante corrupción llenó a Luther de odio, y la guerra resultante fue rápida y aplastante. Con sus protectores destruidos, la cruzada para purificar Caliban continuó a buen ritmo, y en poco tiempo la última de todas las Grandes Bestias murió por la espada del propio Lion.

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