Mayhem.

1.

Todo el día ha estado haciendo un calor insoportable. Detesto sudar.

Suspiro, cierro la llave y trato de poner mi cabello en orden por un momento antes de mi siguiente clase cuando escucho sollozos viniendo de uno de los cubículos del baño. La curiosidad no me va a dejar avanzar con mi día así que me acerco lentamente hasta la fuente del sonido.
Es Peter.

El único de mis estudiantes que es abiertamente homosexual.

-Hey, Peter, ¿estás bien?- pregunto

Su cabello está empapado y su cabeza descansa sobre sus brazos y rodillas mientras tiembla. Levanta su mirada y noto que la ira se apodera de él así que me arrodillo junto a él mojando un poco mi pantalón.

-Ugh.- suspiro al sentir la humedad colándose por los vellos de mis rodillas.

Peter asiente sin decir mucho, solo sigue temblando, pasando la lengua entre sus dientes y soltando suspiros de cansancio tratando de calmarse

-¿quieres contarme qué sucedió?- insisto. La preocupación ahora se apodera de mí.

Peter niega con su cabeza.
-Entiendo.- continúo. -El baño de hombres es un sitio demasiado heteronormativo como para discutir cualquier cosa- Río un poco, tratando inútilmente de romper el hielo en el ambiente -Vamos a mi oficina.- digo, poniendo mi mano en su espalda y ofreciéndole un espacio seguro en el cuál pueda contarme.

Peter se deja levantar del suelo, saco unas toallas del dispensador y seco un poco su atuendo antes de salir del baño.

Mi oficina es realmente pequeña. Apenas caben mi escritorio, mi lámpara y dos sillas. Pero al menos es íntimo y puede contarme qué sucedió.

-...es lo mismo de siempre.- dice luego de un rato. -los mismos idiotas de siempre.-
-¿cuáles idiotas?- pregunto
-Chris Kareem y sus amigos.- suelta cansado.
-¿Chris Kareem?, ¿el rubio?, ¿él te hizo esto?- pregunto y Peter asiente.
-Okay, no puedo prometerte que todo se va a solucionar de hoy para mañana. Pero te aseguro que haremos algo al respecto. Voy a llevar este asunto al comité y estaré avisándote qué decisión toman.- le digo mirándolo firme a los ojos
-No vamos a aceptar el bullying de nadie, ¿ok?- Peter sonríe por primera vez y veo en sus ojos cómo una nueva chispa de esperanza brilla.
-Te voy a ayudar a defenderte- le sonrío -ahora, debo iniciar clases con los chicos dentro de poco. Así que te veo luego. ¿Está bien?-

Peter asiente, se levanta de su silla y antes de salir me mira a los ojos y pregunta:
-¿Cuándo vuelve a estar solo en la oficina, maestro?-

-A eso de las 11 de la mañana.- respondo -¿por qué?-
-¿Puedo venir aquí a esa hora?-
-Claro, aquí estaré esperándote- digo

Peter sonríe y termina diciendo:
-Si el otro semestre estoy en esta escuela. Matricularé español con usted, profesor Kevin.- y sale.

Yo sonrío genuinamente mientras termino de recoger mi material de trabajo.
-Estaré a la espera.- le digo antes de que la puerta cierre completamente.

Y es muy gratificante lo que siento, me siento motivado a seguir trabajando.

Para cuando son las 11 de la mañana me siento realmente cansado. Termino de recoger mis marcadores, papeles y talleres anexos para dirigirme a mi oficina a esperar a Peter.

Llego a mi oficina y dejo la puerta medio abierta para que Peter pueda entrar. Y mientras busco el enchufe para conectar mi lámpara suenan a lo lejos un par de disparos que inmediatamente me paralizan. Cuando suena el tercer disparo me encuentro preguntándome si debería o no cerrar la puerta de la oficina del todo.
¿Qué tal si Peter ya viene en camino y no puede entrar a cubrirse?, ¿qué tal si está asustado deambulando por alguno de los pasillos?, ¿cuántos de los estudiantes estarán en los inseguros pasillos en este momento?.

Aún con mis manos temblorosas, me acerco a la puerta y me detengo cuando acaba el cuarto disparo. Sin embargo, algo extraño en mí me da valor para salir a los pasillos con el objetivo de buscar, y proteger, estudiantes asustados que encuentre por el camino.

No veo a nadie afortunadamente. Todos los salones tienen las puertas y ventanas cerradas y todo el mundo parece estar cubierto. El sonido de los disparos está más cerca de lo que creí. En el momento en el que identifico que el sonido provenía del baño de los hombres cerca a mi oficina mi instinto más temerario, o más estúpido tal vez, me empuja a acercarme a la puerta a ver.

-No me hagas usar la fuerza.- escuché una voz que ya reconocía de la televisión.
-¡Estoy cansado de que usen conmigo la puta fuerza!- esa voz.

Esa voz es una que sin duda reconozco.

Peter.

Lo siguiente que escucho es un crack y un alarido gutural de dolor salir de la boca de Peter.

De un salto entro al baño para encontrar una escena tan increíble que me deja sin palabras y completamente perplejo.

Peter está tendido en el suelo con una de sus piernas rotas, un fusil en una de sus manos y la otra mano siendo sostenida por Mayhem, el héroe más poderoso de los Estados Unidos que está mirándome con disgusto por interrumpir su cita con la -justicia-.

-Déjalo ir, déjalo ir, por favor.- es lo único que sale de mi boca mientras me arrodillo sin pensármelo dos veces a revisar la fractura. -¿qué demonios está pasando?- repito una y otra vez. Más preguntándome a mí mismo que a ellos.

-El jovencito aquí presente...- inicia Mayhem -necesita una lección sobre por qué...- hace una pausa dramática para quebrar, como si fuera un lápiz, otro hueso en el brazo de Peter -no debe usar armas en su escuela- Peter suelta otro aullido y sigue llorando y apretando su quijada en un intento inútil de calmar el dolor.

-¡basta!, ¡basta!- le digo. Levantándome de mi lugar, quitándole el fusil a Peter, dejándolo sobre uno de los lavamanos y empujando a Mayhem lejos de él.

El hombre ni se movió. Solo me miró fijamente.
-¿Por qué lo defiendes?- pregunta realmente confundido. -él causó todo este alboroto.-

Mi mente, aún incapaz de comprender por qué Peter iniciaría un tiroteo en la escuela, era aún más incapaz de entender por qué un héroe me estaba preguntando algo como eso a mí.

-Lastimarlo no es la respuesta.- fue lo único que logré decir.

Mayhem ríe. Y casi como si estuviese en una película el sonido de un teléfono interrumpe nuestro silencio.

-¿sí?- dice Mayhem, aún sin soltar la muñeca de Peter. -¿ya? Vaya, qué rápidos.- ríe. -No, no lo maté. Me interrumpieron.- rueda los ojos mirándome.
-Okay.-
-Ugh, okay. Los veo al rato.-
-bien, el deber llama.- dice, dejando caer el brazo roto al suelo, provocando una cantidad notoria de sangre salpicar la ropa de Peter y los azulejos del baño y saliendo como si nada de allí.

Dejándome con una tormenta de preguntas en la cabeza y una imagen demasiado explícita de la realidad que me rodea.