I Don't Have 𝗛𝘂𝗻𝗴𝗿𝘆 [MitsuBoru/BoruMitsu]

Infierno.

Una semana, una puta bendita semana que para Mitsuki fue un infierno total.

Obligado a comerse toda la comida que le daban para luego vomitarla, no era algo nuevo pero le está ya hartando las actitudes de las enfermeras.

Su novio lo visitaba no tan seguido por las misiones, pero aún así cuando podía lo hacía al igual que sus amigos.

La mayoría de veces se sentía solo en esa fría habitación donde solo se escuchaba el sonido de la máquina indicando su ritmo cardíaco.

Hablando de eso, a Mitsuki le dijieron que por el momento no realizará misiones ya que su anemia empeoraba.

Mitsuki mantenía la farsa de no saber porque la causa de la anemia, que más bien si lo sabía y prefiere morir con ese secreto en la tumba.

Pero también está empezando a sospechar de Hōki, aveces cuando lo viene a visitar hace lo posible para que no vaya al baño y eso ya le es raro ¿Será que ya sabe?

Tampoco olvidemos de cuando Mitsuki le conto su abuso escolar a Boruto que este quedó sorprendido por eso al igual que teniendo un rencor por esos chicos.

Pero ahora mismo no la estaba pasando tan bien del todo, le dijieron que tendría una cita con el psicólogo del hospital que para él no era para nada agradable la noticia.

Esperando en su camilla él gran psicólogo que lo vendría a visitar.

Dirigió su mirada hacía la puerta al ver que esta se habría y se adentraba un hombre alto y de cabellera negra con una sonrisa y vestimenta normal que solo portaba la bata de médico.

—¿Eres Mitsuki, no?—Pregunto el hombre cerrando la puerta de la habitación.— Un gusto.

Mitsuki solo asintió haciendo una reverencia desde su camilla.

—No eres de hablar mucho al parecer.—Dijo el hombre castaño dirigiendose a la camilla de Mitsuki y tomando asiento.— Muy bien..empezemos.

Mitsuki se le quedó viendo con una mirada tranquila mientras en su interior se encontraba sumamente enojado al ver a ese señor, él no se encuentra mal, es está de maravilla ¿Para qué necesita un psicólogo?

—Mi nombre es Sato, seré tu psicólogo el día de hoy.—Dijo Sato con una sonrisa.—

Mitsuki solo amplio su sonrisa falsa.

—Me han comentado que eres de otra aldea ¿No? Debe ser difícil adaptarse a otra aldea.—Habló Sato viendo su carpeta.—

—Mhm..—Imitio Mitsuki en signo de afirmación.—

—Te has graduado de la academia ninja, eres muy inteligente, no cualquier chico se tu edad se puede adaptar apropiadamente a estos cambios.—Dijo Sato halagando a Mitsuki.—

Este no le dió importancia, sabía que el hombre primero lo halagaba para sacarle charla y contarle todo de él a las enfermeras y que todo sea aún peor.

—Tambien me han dicho que eres hijo de un renegado.—

Esto a Mitsuki lo tomo por sopresa ¿Ahora él adulto lo discriminara por ser hijo de un renegado o solamente diría cosas malas de su padre?

—Tranquilo, no me importa de quien seas hijo, solamente vine hablar contigo y ver si estás bien.—

Esto hizo que Mitsuki se enoje aún más, el obviamente lo está, esta de marivilla, tanto psicógicamente cómo salud (sabemos que no están cierto eso.)

—¿No te gustaría presentarte? Aunque yo sepa más cosas tuyas que tú de mí, me gustaría que salgan de tí.—

Mitsuki dió un suspiro, debía si o si soportar al psicólogo que lo odia desde el primer minuto que lo vió.