Capítulo 3

1.1K 116 64
                                    

Cuando Naruto salió de sus aposentos, aún muy encantado por la princesa que había reclamado su corazón con poco más que la dulzura de su aspecto y una naturaleza confiada que no podía romper en pedazos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando Naruto salió de sus aposentos, aún muy encantado por la princesa que había reclamado su corazón con poco más que la dulzura de su aspecto y una naturaleza confiada que no podía romper en pedazos.

Vio un trapeador mal escondido detrás de una estatua. Ahora había una moza que no conocía ni la dulzura ni la confianza, que aparentemente quería violar la privacidad de su jefe.

"¡Sakura!" Ladró el nombre de la joven. "¡Ven aquí!"

No hubo respuesta. Tal vez pensó que sí se quedaba quieta él se iría. O tal vez simplemente estaba haciéndose difícil. Sakura rara vez actuaba de manera sensata cuando se metía en problemas.

"Puedo verte, pequeña bruja", gruñó. "Al frente y en el centro. ¡Ahora!"

Una mujer delgada y atractiva salió de su escondite y caminó hacia él sin urgencia. Su comportamiento parecía decir 'sí, termina ya para que pueda irme'. Todavía no se le había hecho ninguna pregunta, pero el desafío estaba en cada línea de su atractivo rostro.

"¿Que estabas haciendo?" Naruto hizo la pregunta, luego levantó la mano para detener la inevitable respuesta. "Espionaje, lo garantizo."

"Ella es hermosa", confesó Sakura sin ninguna culpa. "Quería verte profanarla."

"¡Desvergonzada!" Naruto declaró. "Si deseas experimentar tales intimidades, pídeselo a tú prometido."

"Mi prometido no es una hermosa princesa", sonrió Sakura con gracia.

Oh, Sakura era traviesa y se salió con la suya demasiadas veces. Como miembro importante de la casa de Naruto, la disciplina de ella estaba bajo su control, y estaba claro que últimamente había sido demasiado indulgente, ya que no sentía ni un atisbo de remordimiento o responsabilidad.

"Ha habido demasiadas quejas sobre tu comportamiento y ahora haces esto. Vamos con Sasuke en este instante."

"¿Sasuke?" Las cejas de Sakura se elevaron y ocultó una risa detrás de su bonita mano. "Él no tiene ninguna autoridad sobre mí."

"No aún, Sakura. Pero a mí sí me debés obediencia", gruñó Naruto mientras la arrastrába a la habitación de armas donde Sasuke lijaba varillas de madera. Sakura no se veía intimidada.

"¿Qué hizo ahora?" pregunto el azabache dejando lo hacía.

"Además de decir que tú no tienes ninguna autoridad sobre ella, un par de cosas que iré diciendo a medida que corrijas a tu prometida."

Sasuke miro a Sakura antes de acercarse a ella. "Inclínate sobre ese taburete", ordenó serio.

Ella obedeció, pero con una expresión de insolencia, lo que hizo que Sasuke le levantará las faldas con más prisa. Sujetando una mano en la parte posterior de su cuello para asegurar su control, antes de colocar su palma sobre su pálido trasero una, dos, tres veces con toda su fuerza.

D e s t i n yDonde viven las historias. Descúbrelo ahora