Después de que los enemigos de su padre la secuestran y la venden al jefe guerrero Naruto, la princesa Hinata descubre que la vida como esposa de un bárbaro es bastante diferente a la que estaba acostumbrada anteriormente.
Sus días son ciertamente...
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Hinata no esperaba volver a ver a Sakura. Si algo como lo que había sucedido hubiera pasado en el castillo, Sakura probablemente habría perdido la cabeza. Naruto no parecía el tipo de jefe que tenía un verdugo haciendo su trabajo, pero todavía se sorprendió cuando la despertó a la mañana siguiente para despedirse con beso, evidentemente se había ido para hacer cosas importantes del jefe. Estaba dormitando tranquilamente cuando las sábanas se retiraron juguetonamente. Hinata gimió ante el repentino frío y parpadeó acusadoramente en dirección a la sirvienta.
"Hola", dijo Sakura, sonriendo.
"Sakura" dijo Hinata. "¿Qué estás haciendo aquí?"
"No volveré para manipularte el botón... Desafortunadamente." Le mostró a Hinata esa sonrisa cínica y se sentó en la cama. "Naruto dijo que te llevara al mercado"
"¿Puedo salir?"
"No eres una prisionera", se rió Sakura. "Por supuesto que puedes salir."
"Pero..." no entendía. "¿Puedo salir?"
"Sí, puedes."
"Oh." Se sentó y volvió a colocar la manta sobre sus rodillas. "Eso es extraño."
"¿No quieres?"
"Nunca hice eso antes."
"¿Qué quieres decir con que nunca hiciste eso antes?"
"El rey me mantuvo en el castillo para que estuviera a salvo. A veces caminaba por el patio si alguien podía observarme, pero todo el tiempo me quedaba en la torre."
"Es un milagro que mantuvieras tu figura, estando tan encerrada", dijo Sakura, lanzando otra mirada apreciativa a Hinata, quien sonrió en respuesta. "Vamos. Estaré contigo. Asegúrate de no meterte en problemas con nadie."
"La última vez que me metí en problemas, fue contigo", señaló Hinata.
"Cierto", dijo Sakura, poniéndose de pie. "Ven, te cepillaré el pelo antes de irnos."
Hinata se sentó frente a un espejo y observó a la chica mientras le cepillaba el cabello.
"¿Naruto realmente te envió a mí otra vez?"
Sakura sonrió al espejo. "Él me dió una advertencia antes de venir". Se volvió hacia un lado, se subió la falda y le mostró a Hinata parte de su trasero. Las huellas de las palmas de color rojo intenso se mostraban frescas contra su piel. Naruto la había azotado. Para sorpresa de Hinata, sintió una punzada de algo parecido a los celos. "No te preocupes", dijo Sakura, captando su mirada. "Naruto no está interesado en mí y no fue él. Estoy comprometida con Sasuke."
"Él no azota mas suave", murmuró Hinata.
"¿Cómo… oh, él era tu escolta, no es así? ¿Te metiste en problemas?"
"No a propósito. Simplemente accidentalmente casi me ahogo."
