Después de que los enemigos de su padre la secuestran y la venden al jefe guerrero Naruto, la princesa Hinata descubre que la vida como esposa de un bárbaro es bastante diferente a la que estaba acostumbrada anteriormente.
Sus días son ciertamente...
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⚠️Tengo algo importante que decirles al final del capítulo. Por favor léanlo.⚠️
Hinata se despertó cómodamente, luego recordó dónde estaba y se cubrió la cabeza con las sábanas. Fue secuestrada y luego vendida, pero me sentía tranquila. También sentía hambre y al encontrarse sola, un poco asustada. No había sirvientes a los que llamar como habría hecho en el castillo, no había nadie para ayudarla a ir al baño y llevarle el desayuno. Con la sábana por encima de su cabeza, Hinata pensó que podría esconderse allí hasta que Naruto regresara.
"¿Princesa?" Una voz suave y femenina atravesó la barrera de las sábanas. "¿Deseas levantarte, princesa?"
Hinata apartó las sábanas para ver a una de las mujeres que la había lavado la noche anterior esperando al pie de la cama. Era un poco mayor que Hinata, con cabello rosa y ojos jade llenos de picardía. Hinata se encontró devolviéndole la sonrisa a la joven.
"Soy Sakura", se presentó. "Naruto me ha pedido que te atienda en su ausencia."
"Oh, ¿Ha salido?"
"Volvera pronto. ¿Ya lo extrañas?"
"¿Lo extraño? Apenas lo conozco", respondió Hinata. La verdad era que su corazón se hundió cuando Sakura le dijo que Naruto estaba ausente, y se levantó cuando le aseguró su regreso. No podía explicar por qué, aparte del hecho de que era el hombre más fascinante que había conocido y besaba como un ángel.
"Naruto tiene una manera de reclamar el corazón de una mujer", respondió Sakura con un aire de conocimiento, acercándose a la cama para quitarle las sábanas. "Es una magia suya."
"Es bueno ser rey, supongo", dijo Hinata, tomando la mano ofrecida para ayudarla a levantarse de la cama.
"Naruto es un jefe, pero pronto será rey. Y tú, su reina."
Asintió, nada sorprendida por la revelación. Ella era una princesa. Siempre había sido que su destino es ser la reina de alguien.
"Eres muy callada... Vamos el agua de enfriará."
Hinata se quitó el vestido de los hombros y se sentó pacientemente, esperando que Sakura la lavara. Así habían sido las cosas durante toda su vida. Afortunadamente la criada se dio cuenta de lo que se requería de ella. Sakura pronto preparó un recipiente de agua tibia perfumada y con un paño suave, lavó la cara de Hinata y luego el resto de su cuerpo.
"Abre tus muslos." Hinata obedeció, pero los cerró cuando Sakura hizo un sonido de chasquido. "Él no te reclamó."
"No. No lo hizo."
"Me pregunto qué significa eso". Sakura sumergió el paño en el agua y lo escurrió.
"¿Es algo malo?"
"Oh, estoy segura de que todo está bien, princesa", respondió con una sonrisa tranquilizadora que no tranquilizó a Hinata en absoluto. "Abre los muslos e inclínate hacia atrás, me aseguraré de que estés lista para el regreso de Naruto."
