: Naruto, Mikoto y Kushina.
Kushina enseñó a sus hijos y nueras, no solo el Fūinjutsu ordinario de sellar un objeto dentro de un pergamino, o incluso en un cuerpo, les enseñó como sellar elementos de Chakra, ejemplo de esto era el Fūka Hōin (Método Sellado del Fuego), Isshi Tōjin (Formación Cuerda de Luz), les enseñó a generar barreras de Chakra, como aquella que los Cuatro del Sonido, habían usado en el pasado, para que Orochimaru, los Shodaime y Nidanime resurrectos, Jiraiya, Hiruzen y Minato, se enfrentaran.
Solo Naruko aprendió el Hiraishin, mientras que Naruto fue más perfeccionista, disfrutando mucho de la compañía en familia.
Mirajane aprendió a crear un estilo de Fūinjutsu rúnico, solo con magia.
Kushina y Naruko, escuchaban encantadas sobre la magia de Re-Equipo de Erza, mientras generaban sus propias versiones, según el paso del tiempo.
—Han mejorado su estilo de Kenjutsu, Fūinjutsu, sus runas, sus magias, sus elementos de Chakra —dijo Amaterasu, sorprendiéndolos a todos, eran palabras maravillosas, viniendo de una de las principales diosas del Shinto.
—Es verdad —dijo Raijin —Lo han hecho muy bien, dominando las nuevas técnicas que les hemos enseñado. Están listos para proteger Konoha y el resto del continente, en contra de Akatsuki.
—Y yo estoy listo también —dijo Naruto, el cual tenía una camiseta blanca, una chaqueta azul y un pantalón del mismo color, haciendo que todos alzaran una ceja, ante sus nuevas prendas —Gracias por el entrenamiento, yo voy a retirarme hacia Kusa, pues Fū, la Jinchūriki del Nanabi está a punto de ser capturada por Hidan y Kakuzu.
—Iré contigo —dijeron Kushina y Mikoto, Minato asintió, mientras sonreía.
— ¿Qué haremos nosotros, Otosan? —preguntó Karin.
—Volveremos a la aldea, esperaremos a que Akatsuki salga de sus escondites para poder... cazarlos de forma eficiente. —Fue la respuesta de Minato, Karin asintió, se acercó a Naruto y suspiró al tenerlo a unos pocos metros suyo.
—Naruto-Kun... deberías de haber sido mi Niisan. Mío y de Kaito, pero... me alegro de que no lo seas —pensó la pelirroja, antes de besar los labios del rubio, el cual formó un Henge de Senju Tobirama. —Tengan cuidado.
—Lo tendremos —dijeron el rubio Strauss, la pelirroja y la pelinegra, mientras desaparecían, Naruto y Kushina en un Shunshin de agua y Mikoto en un Shunshin de fuego.
Takigakure no Sato.
Como solía ocurrir con todos los Jinchūriki, la vida de Fū no había sido fácil. También fue culpada de ser el Nanabi reencarnado, como le ocurrió a Naruto, fue maltratada, fue lastimada en cientos de ocasiones, pero ella no fue asesinada, Fū no se rindió, se defendió y pudo entrar en la Academia Shinobi de Taki, fue realizando misiones para su aldea, fue entrenándose, fortaleciéndose, defendió a su aldea, se ganó el aprecio de muchos, aunque aún seguía teniendo enemigos dentro de la aldea.
La misión había finalizado por ese día, sus compañeros de equipo estaban muy cansados, así que volvieron los tres a paso calmado hacía la aldea, mientras se contaban chistes, fue hasta que Keron se quedó en silencio, Yōrō y Fū, al comienzo no se dieron cuenta, pero pronto vieron a Keron atravesado por una piedra afilada y saltaron atrás, mientras que su amigo cerraba sus ojos, para no abrirlos nunca más. Ante ambos, había dos sujetos de gabardinas negras, uno era bastante alto, se trataba de un ninja renegado de Taki, tenía los ojos verdes y el otro, era más bajo, su cabello era gris, llevaba una guadaña de tres filos, de color roja en su mano derecha.
— ¡Rinpun no Jutsu! (Jutsu Escala de Polvo) —exclamó Fū, liberando su Chakra, a modo de un polvo fino desde su boca, el cual cubrió y encegueció a sus enemigos.