Manjiro Sano es un idol de veintisiete años muy famoso que ha aceptado uno de los protagónicos de la película "Royals". Si bien aceptar este papel será un gran debut como actor en ascenso su decisión tuvo demasiado que ver con la persona que escribi...
Escucho el sonido de las olas a la vez que mojan las puntas de mis pies.
Refriego mis ojos y noto que lo volví a arruinar. Me levanto rápidamente y me llevo las manos a la boca.
— Takemit-chi —musito.
Algo suena fuertemente «Mi teléfono» lo tomo y respondo al instante.
— ¡¿Dónde demonios estás?!, Fui a buscarte y me dijeron que ni siquiera dormiste en tu habitación. ¡Te he estado llamando por horas!.
«Inaba-chan» — Perdóname, voy para allá.
Suspira al otro lado. — Por suerte la filmación no ha comenzado. Tampoco aparece el director.
Volteo y lo miro durmiendo tranquilamente.
— Date prisa —corta la llamada.
«¿Qué hago?, Debería despertarlo pero...» Acabo dejándolo solo y yéndome hacia Inaba-chan.
— ¿Dónde estabas? —inquiere— Apestas a alcohol y parece que te revolcaste en la arena, ¡¿Qué demonios...
— Fui a beber a las orillas del mar y me quedé dormido.
— ¡Mikey!, ¡Sabes que no debes beber!.
— Lo siento mucho.
Guarda silencio un momento.
— Recuerda que juraste no volver a causar problemas para la compañía, ¿Acaso olvidaste lo de Draken?.
— Jamás olvidaría eso... Por mi culpa su carrera quedó arruinada.
— Eran un gran dúo —toma mi hombro— No hagas que su sacrificio sea en vano. Dejaré pasar esto pero será la última vez, ¿Entendido?.
— Sí, lo lamento.
Vamos con los demás miembros de la producción, están más que enojados por la desaparición de Takemit-chi.
No sé si agradecer o preocuparme porque no ha llegado.
«No le habrá pasado algo, ¿O sí?»
El equipo de productores se acerca junto a la esposa de Takemit-chi y a su asistente. — Lo lamento mucho —se disculpa ella— la filmación iniciará en breve.
Todo está tenso. Aún más durante la filmación donde el viejo no disimula mucho su molestia por lo de ayer.
Ni siquiera sé cómo debería de sentirme con todo esto.
Siento que no tengo derecho de sentirme mal ni nada.
Terminamos y voy hacia mi habitación. Se supone que tengo un live programado pero no me siento bien como para estar dos horas interactuando con mis fans.
Un mensaje llega a mi teléfono. Es de Takemit-chi.
— Ven a dónde antes, por favor.
¿Qué debería hacer?, Lo más ideal sería no ir, no. No es así.
Después de todo no tengo derecho a decirle que es un cobarde si yo me la paso huyendo de él todo el tiempo.
Pero si vuelvo a verlo, volveré a caer. No, aún si dejara de verlo, todo seguiría igual.
Lo amo demasiado.
Me dirijo hacia allá con el corazón desbordándose de mi pecho.
Con él siento como si nadara contra corriente, sobretodo porque mi deseo es más grande que la razón. El deseo de morir ahogado por el tormentoso mar que él ofrece es demasiado fuerte.
Está justo donde la pasamos anoche, de pie y con la camisa desabotonada mientras mira la puesta de sol y la brisa le alborota el cabello.
— Takemit-chi...
Da la vuelta. — Perdona por hacerte venir aquí.
— ¿Por qué me llamaste?, ¿Qué es lo que quieres?.
Guarda silencio.
— Solo te pido... Que me digas la verdad.
Toma aire. — Pregúntame todo lo que quieras, te responderé a todo con absoluta sinceridad.
— ¿De verdad amas a tu esposa?.
Se queda helado.
— Dijiste que me responderías todo ¿No?.
Da un gran suspiro. — Es complicado.
— No me vengas con esa mierda, responde.
Desvía la mirada. — La amé, de verdad lo hice —escucho como se le quiebra la voz— A pesar de sus múltiples engaños seguía amándola, por ello seguí con ella tratando de recuperar lo que una vez fue mutuo... Pero hubo algo que por primera vez me hizo dudar de lo que sentía por ella.
— ¿Y eso fue?...
— Cuando te conocí —me sonríe mientras le brotan las lágrimas— Tú, me salvaste Mikey-kun.
[Si yo te salvé a ti, dime ¿Por qué no hiciste lo mismo por mí?, Eh Takemit-chi...]
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