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A la mañana siguiente, me desperté antes que Pablo se despertara pero no dude en tomarle una foto, se veía tan bonito durmiendo. Tenía más de 15 llamadas perdidas de Pedri y muchísimos mensajes, salí al patio para contestarle.

—Que es lo que quieres Pedro
—¿Donde estás? ¿Porque no estás acá? —dice Pedri un poco molesto
—Me quede en Barcelona, y por el momento ya no trabajaré más en ese equipo
—¿Porque? me vas a dejar?
—No, no te voy a dejar Pedri simplemente quiero estar aquí por todo el tiempo perdido
—Estar ahí con quien? con Gavi?
—Si Pedri
—Que te vaya muy bien, te olvidare. Hasta nunca —dice Pedri colgándole

—Buenos días ¿con quien hablabas? —dice pablo recargándose en la puerta del patio
—Era mi mamá, le estaba contando que otra vez estoy acá
—Pero porque esa carita triste, vamos a desayunar muñeca

Nos sentamos a desayunar hablamos sobre muchos planes que tenemos que hacer juntos. Había una feria de ganadería, obvio tenían todos los juegos que se requiere en una feria así que nos cambiamos. Y nos fuimos directo. Sinceramente no quería pensar en Pedri, quería estar bien y estar con Pablo era 100% asegurado que lo iba a estar.

—Llegamos —dice Pablo bajándose rápido para abrirle la puerta
—Gracias mi Pablito —dándole una risa muy nerviosa
—¿Por donde comenzamos? —dice Pablo saltando como niño chiquito
—Vamos primero a la rueda de la fortuna —dice Valeria agarrándole la mano a Pablo

Nos subimos a la rueda, el ver toda la feria y ver a pablo, mi estómago tenía cosquilleo. No podía creer lo precioso que es
—Estuvo increíble, ahora hay que ir a las sillas voladoras —dice Pablo

No nos tocó juntos, Pablo estaba atrás de mi. La verdad este juego siempre me ha gustado, siento mil emociones. Comenzaron a subirse las sillas al principio era lento después era más rápido. Voltee para ver a Pablo, solo tenía esa sonrisa que me volvía cada vez más loca.

Al ver la sonrisa de Valeria, y su pelo volando por el aire, mi corazón estallaba de amor, era la mujer más preciosa que mis ojos han visto.

—Un poco mareada quede —dice Valeria riéndose
—Hay que ir por algo de comer, que muero de hambre —dice Pablo peinando con sus manos a Valeria

Llegamos a un puesto de palomitas y hot dogs
—Atrápala —dice Pablo aventándole una palomita a Valeria
—Ay! —dice agarrándola porque no pudo agarrarla

Ambos se soltaron riendo

—¡Mira!, que bonito oso de peluche —dice Valeria apuntándolo
—Ganaré para dártelo —dice yendo al juego

Bueno el que rompa las 10 botellas se lleva cualquier juguete o peluche —dice el dueño del juego

Le faltaban 10 segundos para que Pablo rompiera las ultimas tres, y lo logró. Valeria empezó a saltar como y gritar muy feliz

—El oso por favor —dice Pablo
—Ten mi niña —dice dándoselo a Valeria
—Gracias mi amor —dándole un beso en la mejilla

Estábamos bastante cansados, así que decidimos irnos a casa.

—Gracias por todo esto —dice Valeria sonriéndole
—Por ver esa sonrisa siempre, soy capaz de hacer todo Valeria, te extrañaba tanto, tu olor, tus ojos, todo de ti lo extrañaba. Gracias por regresar, si volvimos a coincidir es por algo no crees?
—Pablo
—Ya Valeria, todos cometemos errores, mi amor por ti es más grande que cualquier cosa. Dándole un beso demasiado lento y tierno.

¿POR QUE TÚ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora