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Pedri González
Ya había aterrizado, se que ya le dije mil cosas pero no son suficientes para convencer que la amo más de lo que ella se imagina. Balde me dio hospedaje, le marcaba y le marcaba y no tenía una respuesta, lo más probable era que estaba con el.

Valeria Arellano
Pedri estaba marcándome mucho, tuve que salir de nuevo al patio para contestarle

—¿Que pasa? —pregunta Valeria
—Quiero verte
—Para que?
—Solo hazme ese favor, déjame verte
—Te veo en la casa de Sira

Le marqué a Sira que si podía venir por mi y si podía hacerme el favor de que fuera Pedri y acepto.

—No tardó Pablo
—Ahorita te la traigo —dice Sira
—Con cuidado chicas —dice Pablo cerrando la puerta de la casa
—Vámonos rápido Sira

Llegamos a casa de Sira y Pedri estaba recargado en la pared de la casa

—Si quieres mejor entren amiga —abriendo la puerta de la casa
—Gracias Sira —dice en seco Pedri
—Ahí está el patio para que agarren más aire —dice Sira soltando una pequeña risa
—¿Que quieres, que necesitas? —dice Valeria cruzando los brazos
—A ti
—De verdad solo viniste para eso?
—Valeria, mírame, mira todo lo qué estoy haciendo para que me ames aunque sea la mitad de lo que yo te amo ti —dice agarrándole las manos
—Para mi es desgastante todo esto, solo quiero estar bien no pensarte en todo el día. El saber cómo estás o que estarás haciendo, créeme que agradezco mucho que vengas hasta acá por mi. Desde el fondo de mi corazón quiero decirte que siempre estaré para ti aún así no sea de manera amorosa, no sé qué más decirte si ya te dije demasiadas veces que lo nosotros no podrá hacer. No quiero ser cruel pero mi corazón le pertenece a Pablo, Pedro
—Valeria —Pedri empezó a llorar
—No Pedri, no llores —dice quitándole la lagrima del rostro
—Con esto ya entendí que nunca te tuve y nunca te perdí. Tenía esperanza que fueras para mi, no sabes cuantas veces imagine una vida a tu lado. Todo tiene su final no es así? —dice Pedri agachando su mirada

Valeria levantó su rostro para verlo fijamente

—Igual quería que esos ojos marrones me miraran cada despertar, quiero besarte pero no quiero lastimarte más —dice sin quitarle la mirada
—Hazlo, por última vez. Déjame probar esos labios de nuevo —dice Pedri acercándose demasiado
—Ped..

Empezaron a besarse lentamente, de esos besos cálidos, tiernos

—Tengo que irme —dice Valeria con lágrimas en los ojos y alejándose de él
—Cualquier cosa que te pase o necesites,
aquí estoy —dice Valeria sacando una pequeña sonrisa
—Amiga ¿qué pasó? —pregunta Sira
—Después te cuento
—Déjame llevarte —dice Sira agarrándole las manos
—No te preocupes, pediré un taxi,
gracias—despidiéndose con un abrazo fuerte

Valeria Arellano
Me subí al taxi para ir directamente a la casa con Pablo, mi corazón estaba destrozado ¿cuando será el día donde yo pueda estar bien?. No me arrepiento de venir aquí, los conocí a ambos. Son hombres extremadamente increíbles, pero se me parte el corazón el saber que los lastimé a ambos, yo creo el cielo sabe cuando estoy triste, empezó a llover en cuanto baje del taxi Pablo estaba afuera mojado esperándome.

—¿Que haces afuera?
—Estaba esperándote para entrar juntos

Pablo se acercó hacía ella agarrando su cintura para pegarla hacía el, empezaron a besarse bajo la lluvia. El beso de lento empezó ir muy rápido, se metieron a la casa y siguieron con el beso

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—¿Puedo? —dice Pablo
—No preguntes —dice Valeria agarrándolo apasionadamente

Empezaron a besarse más rápido, Pablo le quitó la blusa a Valeria para después besarle todo su abdomen, subió para empezarle a besar el cuello

—Que bien besas Pedri —quejándose con excitación mientras le agarraba su cabello

Pablo paró de hacer lo que estaba haciendo porque quedó paralizado después de escuchar eso

¿POR QUE TÚ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora