Capítulo 6

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Cuando Jimin volvió a su casa; con su preciado bolso aún escurriendo bastante agua, batalló con sus decenas de bolsas de compras de diferentes tiendas de ropa y accesorios.

Entró con dificultad sin molestarse en llamar a la mucama, pues sabía que solo quedaba por poco tiempo, no importaba pero en ese instante si hubiera querido un poco ayuda. Dejó todas sus bolsas en la mesa del comedor y leyó la nota que casi diariamente la señora Soo le dejaba, era muy dulce, nunca lo trató mal ni indiferente pero tampoco se entrometia de más.

"Jimin, cariño te dejé tu plato favorito para la cena, solo debes calentarlo, guarde también para tú papá, por favor mañana saca tu ropa para lavarla, te quiere Soo."

Dejándola a un lado se apresuró al cuarto de lavado para poder meter su bolso a la secadora y poder salvarlo.

-Pronto estarás como nuevo Kendall. - aseguró para luego dejar un pequeño beso sobre la cuerina.

Jimin tenía algo así como una rutina repetitiva y algo aburrida al estar en casa, llegaba de la escuela o de hacer compras, comía la cena que le dejaba la señora Soo, o a veces no, se duchaba, se ponía una pijama comoda y pasaba el resto de la tarde haciendo tareas o viendo alguna serie o caricatura, de vez en cuando solo dormía o escuchaba música, pero ya estaba muy acostumbrado a eso.

Cualquiera pensaría que la "clase" de persona que era Jimin no sé preocupaba por nada más que verse bien y vestir como si todo el tiempo estuviera en una pasarela, gente vacía y hueca.
Pero no, al menos Jimin no era así, no todo el tiempo, bueno a simple vista si era como el resto, chico rico, no se tenía que esforzar en nada porque su papá podia darle lo que quisiera si solo pedía, tonto, porque claro, todas estas personas eran cortos de intelecto ¿No?

Claro, lo bastante como para siempre estar por arriba del promedio académicamente.
A Jimin no le gustaba admitir que era inteligente, un "cerebrito", extraño si lo piensas bien, ¿quién se avergüenza de saber más que el resto? Jimin lo hacía, pero era porque creía que si se daban cuenta de quién era realmente lo tratarían de forma distinta y eso no le gustaba.

Aunque fingía ser tonto para conservar su imagen y amistades vacías que no le aportaban nada, sin incluir a Hobi y Yoonie, ellos eran la excepción, no significaba que no le pusiera interés verdadero a sus clases y tareas, era prácticamente el mejor en los exámenes, pero le pedía a sus maestros que nunca lo mencionaran y claro al ser él, lo maestros no rechistaban, no quería decir que no hubieron unos cuantos que no le reprochaban el hecho de que desaprovechaba muchas cosas al querer guardar apariencias sin razón aparente.

No le importaba, el sabía porque lo hacía y eso le bastaba.

Tal vez su novio si entraba en la categoría de idiota rico, aún ni el sabía porque no lo dejaba, se suponía que por estatus pero ya no estaba tan seguro, no después de como se sintió humillado la última vez, ya no importaba de todas maneras.

Mientras aún resolvía ecuaciones acostado sobre su gran cama, rodeado de libros y papeles, pudo ver que su laptop se encendia, mostrando una notificación.

Se levantó y se dirigió al escritorio para ver qué era, se sorprendió de ver qué era Taehyung, si, el mismo chico de sonrisa cuadrada que ahora lucia mechones verdes y no hablaba con el hace siglos, había subido uno foto de  cuando eran niños e iban a la misma escuela primaria, se mostraban sonrientes, recordó el momento, primer lugar en la feria de ciencias. Sintió sus ojos picar, le pareció emotivo pero la razón no era nada más que el recuerdo de quién había tomado la fotografía, su mamá.

Se apartó del escritorio y se dirigió a su closet, busco entre los gabinetes de abajo una gran caja, su tesoro más grande, eran cosas de su mamá. De vez en cuando solía ver una y otra vez los objetos de aquella caja, fotos y cartas, incluso pequeñas botellas de perfume, lo que más resaltaba ahí dentro era un precioso vestido rosa, de cuando su mamá era joven, lo usó tal vez cuando tenía su misma edad, en el baile de primavera que siempre realizaban en su escuela, ella había sido la reina esa noche, a su mamá le encantaba contarle sobre ese día y lo muy feliz que fue cuando era pequeño y Jimin adoraba escucharla e imaginar lo mágico que debió sentirse para ella.

Gatos y perros no se mezclan•|NamMin|• [resubido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora