Después de terminar las clases tuve que ir caminando hasta mi casa, mientras pensaba en la forma de explicarle a los mis padres como había perdido el pendiente.Ese pendiente era muy importante para mí, era el único recuerdo que tenía de mi abuela y de verdad que lo apreciaba muchísimo.
Llegué a mi casa y decidí ir al garage para ver si la moto se encontraba allí.Todo estaba oscuro y en silencio .Encendí la luz y me encontré con una nota pegada en el asiento:
La moto está arreglada espero que la cuides.Un beso de mamá.
Fui hacia la cocina para comer algo, pues desde el desayuno no había probado ni un bocado.
Mi estómago gruñía de hambre.
Estaba abriendo la puerta del refrigerador y de pronto sonó el timbre.
Me acerqué con mucha curiosidad de saber quién era, pues mamá tenía llaves.
¡Qué raro!
Cuando abrí la puerta no había nadie.Estaba a punto de cerrar cuando me dí cuenta de que algo bloqueaba la puerta.
Era una pequeña cajita negra con una nota.
Decidí abrirla y me sorprendí al encontrar el pendiente que había perdido.
Tomé la nota y comencé a leerla:
Me encontré tu pendiente y pensé en devolvértelo.Recuerda que aún me debes un beso cuando nos volvamos a ver no podrás huir.
Un beso (no en la mejilla)de tú chofér misterioso.Una sonrisa salió de mis labios.Era inevitable no disfrutar está situación.
¿Quién será ese chico?
Fui hacia mi habitación y me tumbé en la cama.Estaba muy cansada, iba a dormir cien años si hace falta.
El sonido de mi celular vibrando me despertó.
-¿Si?-dije en un tono de persona a la que acabas de despertar y si le dices tu dirección es capaz de ir a matarte.
-Hola,soy Mell te llamo para invitarte a mi fiesta.Será hoy a las 8:00 pm.Puedes llevar a alguien.-dijo con un tono bastante amable.
Nunca he sido amiga suya y tampoco me ha interesado serlo es demasiado superficial como para aguantarla fuera de la escuela.
Siempre me ha invitado a sus fiestas desde que tengo memoria pero se debe a que su mamá es empleada de la mía así que seguro la obligan.
-Iré.No te preocupes.-dije en un tono afirmativo y cansado.
-Adiós.Te espero.
Me dirigí a mi armario para buscar la ropa que me pondría en la fiesta.Al abrir el armario una estampida de ropa cayó sobre mí.
En estos momentos extraño ser una persona organizada.
Quité toda la ropa que estaba sobre mi persona y luego me puse a elegir cuál me pondría.
Me decidí por una blusa que me llegaba hasta la cintura, de encajes morados y negros que cubría mi pecho uniéndose en forma de V en mi cuello.Una saya ajustada negra con pequeños rayos morados a su alrededor.Unos tenis negros altos que me llegaban por las rodillas.
Fui hacia la cómoda en donde se encontraban los maquillajes.Tomé un brillo labial sencillo para los labios y una sombra de ojos clara.
Me solté el cabello y fui hacia el espejo para ver el resultado.Me gustó y entonces me dirigí a la fiesta.
En verdad no quería ir sola pero no podía llamar a mi mejor amigo porque estaba de viaje con su familia y regresaba mañana, así que decidí experimentar esta aventura sola.
Las calles estaban sumidas en un silencio digno de una película de terror, esas que decides ver porque estás aburrida y acabas muerta de miedo y con ojeras por no haber podido dormir la noche anterior.
Conducí la moto hasta llegar a casa de Mell,la chica que había dado la fiesta.El ruido de la música se escuchaba en toda la cuadra.
Al entrar había chicas bailando en bikini sobre la mesa donde hacían los tragos, mientras que otras hacian striptees en los tubos que estaban en la sala.Unos chicos estaban fumando en el baño, acompañados de tres chicas.Avancé hasta el pasillo en donde estaban todos reunidos en un círculo, mientras se reían sin parar.
-Hola.-Saludé a todos un poco tímida.
-Hola.-dijeron a coro mientras que me regalaron sonrisas.-Siéntate.-Dijo Mell señalando un lugar en el suelo al lado de ella.
Me senté y comencé a observar a todos.Estaban personas de mi aula y otras que no conocía.
De pronto como si el destino quisiera hacer una de sus jugadas graciosas ,y para reírse de mi cara un chico aparece,lo conocía.
-Discúlpenme por la tardanza.Es que estaba llevando un pendiente a su dueña.-dijo un chico que ya conocía:era el chofér misterioso.
Se quedó mudo al ver mi presencia,seguro no esperaba verme más. Me dedicó una sonrisa perfecta que resplandecía diversión y un poco de picardía.
Se sentó a mi lado y comenzó a mirarme.La verdad yo ni siquiera tuve el valor de mirarle, me parecía que si lo hacía moriría de vergüenza.
-¿Y si jugamos verdad, reto o castigo?-Dijo una chica que no conocía.
Un alboroto de siés se escuchó, seguido de unos no y otros tal vez.
Al final se decidieron a jugar.
Este juego nunca ha tenido un final agradable para mí, y presiento que este no va a ser el primero.
-El juego consiste en sonsacarle una verdad a alguien o ponerle el reto que deseemos a esa persona, si esta decide no cumplir el reto o decir la verdad deberemos darle el castigo que queramos.¿Entendido?-dijo la chica que había hablado antes.Todos asentimos con la cabeza y ella sonrió feliz.
Tomaron una botella y la giraron.El que quedara en la apertura de la botella pondría el reto y el que estuviera en el otro extremo debía aceptarlo.
El primer turno le había tocado a una chica que confesó que le gustaba su mejor amigo.
El segundo turno fue de una chica que tuvo que darle un beso al suelo.
El tercer turno fue una chico que tuvo que besar el suelo.
Giraron la botella y nos apunto al chofér misterioso y a mí.El debía ponerme el reto, la verdad o el castigo.
Una sonrisa de alegría y triunfo salió de sus labios.
¡Este tipo de suerte solamente la tengo yo!
-¿Que prefieres verdad o reto?-dijo con una voz ronca y seria pero a la vez risueña.
-Reto.-dije sin pensar.
-Perfecto.Bañate en ropa interior en la piscina.-dijo el pervertido.
---¿Qué sucedería si no quiero?-dije en un tono bastante dudoso.
----Liam debería castigarte.-dijo una chica que nunca había visto.
¿Liam?Así que ya se como te llamas.
Uno a cero imbécil.Cuenta bien.
Cállate consciencia.
Cállate ,debiste haber suspendido preescolar.
- Entonces deberás besarme.-dijo el chico con una voz triunfante.-Te dije que cuando nos volvieramos a encontrar no ibas a escapar.
Imbécil.
Estúpido.
Platelminto.
Nematelminto.
Esperpento.
Espantapájaros.
Y todos los insultos que existan.
¿Y ahora qué hago?
Eso es cosa tuya ya yo tengo suficientes problemas.
De nada consciencia es bueno saber que puedo contar contigo.
Gracias pero no cuentes tanto.
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Nieve en el verano
Teen FictionArlet Miller nunca pensó que su vida iría a cambiar, ella era una chica increíblemente calculadora y fría que conoció a un chico que era como un rayo de luz, producía un aura cálido a todo aquel que lo conociera. Este chico se enamoró de la chica hi...