Definitivamente me he vuelto loca.
-Vamos.-Dijo Liam con una sonrisa pícara.
Bueno su ingenioso plan consistía en que yo prácticamente no debía despegar mi trasero de su espalda.
Parecóamos dos osos que tenían las espaldas pegadas con el objetivo de rasacárselas.
Logramos pasar las zona en la que se encontraban la mayoría de las personas.
-Disculpa.-dije al tropezar con una chica que estaba borracha en el suelo.
-Cerveza.-Dijo la chica mientras me chupaba el dedo meñique.
-Suelta mi dedo.-dije intentando sacar mi dedo de su boca.-Quita loca borracha -dije algo irrotada y logrando dejar mi dedito en libertad.
Liam empezó a reírse como el gran idiota que es.
Seguimos caminando hasta llegar a la entrada.
- Auch.- exclamé al caer sobre Liam.-Puta piedra.-dije bastante alterada.
Cuando analicé la situación en el que me encontraba me dí una bofetada mental.
Liam estaba debajo de mi, habíamos caído en una posición demasiado turbia para mi sucia mente.
Me detuve unos breves segundos mirando sus ojos. A través de ellos sientes que puedes escuchar el sonido de las olas contra la orilla y tocar el cielo con las manos. Es una sensación extraña pero a la vez reconfortante.
Liam comenzó a observar mi rostro escaneando cada detalle y deteniendose en mis labios.
Ambos nos quedamos quietos, se habia formado un silencio inusual entre nosotros.
Segundos, me atrevería a decir minutos pasamos en esa posición. Quizás era porque ambos teníamos miedo de cerrar el breve espacio que había entre nuestros labios o quizás ninguno de los dos teníamos el valor de romper el momento.
Sentía miedo de su reacción o de lo que podría pensar si lo llegaba a besar.
-Podemos quedarnos así todo el tiempo que quieras, me gusta bastante esta posición. Deberíamos hacerla más seguido.-dijo y después me dedicó una sonrisa que tenía una mezcla de perversión y otro sentimiento que no supe descifrar.
Me incorporé de inmediato,y lo ayudé a levantarse.
-Si quieres te puedo llevar.-dijo un poco dudoso e inseguro sobre lo que acababa de decir.
-Si, gracias.-dije cortante.
-¿Quieres conducirla?-dijo señalando la moto.
-¡Si!-Exclamé llena de felicidad.
Me subí y el se sentó detrás.
Si algún día alguien me preguntaste qué es lo que más me gusta hacer, sin dudar respondería que conducir.
Cuando estoy encima de una moto siento que todos mis problemas desparacen y las preocupaciones se hacen invisibles.
Si tuviera que describir como me siento al manejar podría decir que es como ir a terapia o a un masaje, me relajo.
Siento que me desconecto de la realidad y me sumerjo en un mundo diferente en el que yo soy la dueña y puedo cambiar y maniobrar los sucesos a mi antojo.
Algunas veces debemos olvidar la realidad un momento y pararnos a soñar con lo imposible.
Liam me abrazó la cintura, como si fuera una ilusión que no desea dejar ir.
Llegamos a mi casa y me bajé de la moto.
-Gracias.-dije.
-De nada pero debes saber que quien me trajo hasta aquí fuiste tú.-dijo riéndose.
-Bueno adiós.-dije.
Esperaba un beso de despedida pero no sucedió.Un poco decepcionada fui hacia la puerta de mi casa.
-Oye.-gritó Liam.
Se acercó a mi con pasos de gigantes.
-Espera.-dijo mientras unió sus labios con los míos en un corto beso.
Mi corazón latía a mil por segundos.
¿Qué me estaba pasando?
Él no me gusta, pero es el único chico que me ha hecho sentir tantas emociones juntas que no puedo identificar ninguna.
¿Acaso eso es gustar?
El fin del beso había llegado, me encontraba inmóvil frente a él, sin poder decir una sola palabra.
-Me gustas. Desde que te ví supe que eras especial, entendí que podrías hacer latir a mi corazón hasta causarle un ataque cardíaco. Quizás te conozco desde hace poco tiempo pero siento que estás en mi vida desde siempre. No sé que qué es o que significa este sentimiento. Solo sé que eres como la nieve en el verano, especial y única.-dijo dejándome otra vez sin palabras.
-Yo no sé qué decir.-dije sinceramente.
-Sólo descansa mañana nos veremos.-dijo mientras se subió a su moto y desapareció entre la oscura noche.
Fui hacia mi habitación y caí inmersa en suelo en mi cama.
RIN RIN RIN RIN RIN RIN RIN.
-¡Te odio!-grité histérica mientras golpeé el despertador en un ataque de falta d ehoras de sueño.
Me levanté y caminé por inercia, parecía una zombie.
Bajé las escaleras para desayunar y me encontré con una nota.
Buenos días cariño, tuve que salir urgentemente.Después te lo explico.
La verdad está era una situación atípica, la nota era rara.
Después de desayunar, me.preparé para ir a la escuela.
Tomé las llaves de la moto y me dirigí al garage.
Esta vez decidí ir por el camino en el que había conocido a Liam.Me recordaba de alguna forma a él.
-Harry Bragas.-gritó alguien que conocía muy bien.
-Idiota.-dije mientras lo miraba por el retrovisor.
-Oye.-gritó Lia m desde atrás de mí.
-¡Puedes dejarme ignorante! -grité mientras me reía.
-No.-dijo cortante.
-No te estaba pidiendo permiso.- dije con una voz firme.
Liam aceleró la velocidad y yo lo imité.Sin darnos cuenta estábamos haciendo una carrera. Él llevaba la delantera, aceleré la velocidad al máximo y le pasé por el lado riéndome.
-¡Aprende a manejar!-grité con voz triunfante.
Liam gritó al caerse de la moto. Fui hacia donde se encontraba tendido en el suelo e intenté que reaccionara.
-Idiota, no te puedes morir.-dije con voz asustada.
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Nieve en el verano
Teen FictionArlet Miller nunca pensó que su vida iría a cambiar, ella era una chica increíblemente calculadora y fría que conoció a un chico que era como un rayo de luz, producía un aura cálido a todo aquel que lo conociera. Este chico se enamoró de la chica hi...