El amplio salón del castillo estaba sumido en sombras y voces. La mayoría de los presentes conversaban animadamente a esa altura de la velada.
Las mesas bien dispuestas y decoradas por velas de todos los tamaños, daban lugar al festín. Copas rebosantes chocaban en el aire con aquel peculiar sonido metálico y pronto eran llevadas a los labios para disfrutar del frenesí que causaba beberles.Había cantos que acompañaban a una pequeña banda en una esquina del salón, compuesta por instrumentos de aire y de cuerdas, que cuando tocaban en conjunto ofrecían una seductora y relajante sinfonía.
La atmósfera que se respiraba entre aquellas 4 paredes era misteriosa e intimida, y tenía sus tintes de peligro.
Cada criatura presente podría hacer añicos a un humano en un solo pestañear. Pero allí estaban, sonrientes y sociables. Cómo si fueran una sociedad común, mortales con vidas normales, una imagen tan ajena a la real.
La razón de aquella extraña y muy única celebración, era para los eternos una noticia que habían añorado por años.Para esa época, las novedades escaseaban, frecuentemente la existencia se volvía monótona si tenías miles de años y vivías en el barrio al que nunca nadie quiere visitar.Así que el hecho que el mismísimo rey diera la orden de organizar esa reunión, era razón suficiente para intuir que algo importante se estaba cocinando entre los de arriba.Y así había sido, después de una maravillosa noche , dónde todos se divirtieron y bebieron hasta que sus gargantas dejaron de doler, el rey se sintió en la obligación de terminar con la espera y finalmente anunciar el motivo que los retenía en el gran salón.
Se levantó de su silla e inmediatamente el sonido de los cubiertos , la música y los murmullos se detuvieron, en apenas segundos el salón se sumergió en un largo y profundo silencio.El rey espero.
Quería darle énfasis a lo que iba a anunciar. Aunque la mayoría estaba expectante, nadie parecía impaciente.
En el mundo de los eternos , la paciencia era una cualidad innata, pues se disponía de toda la eternidad para lo que fuera, incluyendo un anuncio oficial del mismísimo rey.
—Agradezco a todos por atender mi llamado y estar presentes está noche...—pensó divertido para sus adentros de que tampoco tenían mucho que hacer últimamente.El rey barrió el salón con su penetrante mirada, trató de hacer contacto con la mayor cantidad de presentes como si con ella pudiera hacerles llegar de mejor forma su mensaje.
—Somos una comunidad muy unida en la que es difícil guardar un secreto.—Sonrió y todos lo hicieron con él, solía causar ese efecto en las masas.—Por lo que es de información común las investigaciones y experimentos en los que el Dr. Matius y su equipo, han estado trabajando en el último siglo para lograr la clonación de la sangre humana—Algunos asintieron con la cabeza.
—Nuestra ubicación apartada y acelerado crecimiento, cada vez hacen más difícil poder conseguir el suministro suficiente para satisfacer nuestras necesidades y abastecer nuestras reservas. Ha sido una constante preocupación el conservar la salud y fuerza que caracteriza a los de nuestra especie, por lo que siempre nos hemos tomado el asunto con el respeto e importancia debido.
Silencio eterno.
—Me complace avisarles que finalmente hemos dado con una solución, de hecho está noche todos han tenido la oportunidad de probar en primera persona el resultado del trabajo del Dr. Matius.
La multitud parecía conmocionada y sorprendida a partes iguales. El rey levantó su copa y concluyó su discurso diciendo
—Justo aquí, en sus copas, está la solución que nos permitirá finalmente deshacernos de la dependencia de otra especie. Justo aquí, frente a todos, está la razón por la cual nos volveremos aún más fuertes.
Está última frase la hizo levantando su copa hasta lo alto y con ello todos los presentes rompieron el silencio con aplausos y gritos de celebración.Estaban excitados por aquella gran noticia y no podían creer que aquello que habían bebido toda la noche no era sangre real, y aún así no se habían percatado.
La celebración fue interrumpida cuando las puertas del gran salón se abrieron abruptamente, haciendo que todos los presentes dirigieran su mirada a la dama de negro que atravesaba las hileras de mesas y se acercaba con paso vivo a la posición del rey.
Todo esto pareció ocurrir mientras el mundo se paralizaba y así se sintió para los presentes, quienes se quedaron congelados y no podían mover ni un solo músculo de su cuerpo.Solo podían observar aquella extraña mujer que caminaba frente a ellos como el alma en pena que salía de madrugada y venía en reclamo de una deuda pendiente.
Ni siquiera los soldados apostados a cada lado del líder, quienes tenían como deber proteger con su vida la integridad del rey, lograron dar un paso en dirección a la amenaza.
Nadie entendía qué estaba sucediendo y solo pudieron ser espectadores de la inusual escena.Paso a paso, la mujer logró cruzar entre cientos de vampiros sin apenas ser tocada.
Cuando estuvo a escasos metros del hombre quien llevaba en su cabeza el peso de una corona, pudo sentir la fuerza de su ira y como éste golpeaba de forma insistente y poderosa las cadenas de su mente.
Era cuestión de tiempo para que terminará de derribar todas las barreras que la dama había levantado, y se escapara finalmente de su prisión mental, entonces ella quedaría indefensa ante su voluntad y nada evitaría que le partiera el cuello.
Debía apresurarse. El tiempo siempre estaría a favor de un ser inmortal.
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La Dama de Negro
FantasyEl reino de los eternos parece ser una de las ultimas civilizaciones en pie tras las invasión y devastación de Atma por las fuerzas comandadas por Taxaro, un ejercito conformado por bestias y mutantes que ciudad tras ciudad, han forjado su imperio s...