Como los cubitos || Aldoier

• Ocho: Funny moments

— Agh... Más rápido, Al... — suplicó Roier apoyando sus brazos en el lavabo del baño.

— ¿Al? Eso es nuevo.

¿Es lo qué se imaginan? Sí, Aldo dándole como cajón que no cierra a Roier en el baño. Aprovecharon que el Mariana salió por unos cafés al Starbucks.

En la primera hora de la mañana decidieron darse un baño juntos, con la simple excusa de "ahorrar agua" o eso le comentaron al Osvaldo antes de que saliera.

La manos de Aldo tomaron posesivamente la cintura del contrario, de en vez en cuando daba unas nalgadas dejándolo marcados por lo fuerte del golpe. Igual las penetradas era tan profundas en la posición que se encontraban y eso a Roier le encantaba.

Aldo lo supo cuando un gemido ruidoso resonó, ¡bingo! Dió en la próstata del menor. Con una mano jaló el cabello de Roier, haciéndolo gritar por las embestidas más rudas y profundas.

— Ya casi.

Roier fue el primero en correrse seguido de Aldo. Luego de calmarse volvieron a tomar otra baño pero esta vez individualmente, no querían volver a ensuciar el baño de su anfitrión.

[...]

— En la noche después del stream podemos ir a algún antro.

Sugirió Mariana en el almuerzo, el menú del día eran espagueti hechos por el mismo Aldo (al menos un intento), sabía que esta comida es la favorita de Roier por eso se ofreció a cocinar.

— ¿En serio? ¿No tuvimos suficiente con lo de anoche? — miró de reojo a Aldo.

— Cierto, de todas formas no parecía que lo hayan pasado mal anoche.

Un comentario de doble sentido hizo que los dos se miraran mutuamente, el sonrojo de ambos era notorio, esto hizo que Roier casi sa ahogará con un fideo. Osvaldo sabía más de lo que decía.

— Confirmo.

— ¿Qué?

[...]

Ya en la noche, los chicos se encontraron en el antro y ya tenían algunas copas encima. La zona vip de verdad era de ellos, algunos bailando, otros bebiendo y las parejitas subidas de tono en las esquinas.

Roier y Aldo no pasaban de ser desapercibido, se notaba que el alcohol les hacía efecto. Su manera de bailar lo decía todo; pegados, un brazo de Roier abrazado el cuello del más alto y su mano libre sosteniendo un vaso de cerveza mientras Aldo tenía rodeado sus dos brazos en la cintura del menor, ambos moviéndose al mismo ritmo.

¿El baile iba con la música? Obvio no, la canción era más movida, de saltos y no arriba de uno pero ellos disfrutaban estar así de pegados.

— No mamen, mejor vayan a un motel. — comentó un inconsciente Osvaldo, interrumpiendo su momento.

— Y tú deja de molestar y ve a llorarle a la dj, como siempre.

Rivers terminó por llevarse a Osvaldo a otro lado. Aunque en la mente de Roier un motel no era mala idea, en cambio en la de Aldo también pero no creía llegar a este.

Tomó la mano del más bajo jalandolo a los baños públicos, haciéndose paso entre la gente, teniendo suerte de que en el baño de hombres no hubiera ni la mitad de fila que de las mujeres.

Con un manotazo abrió la puerta de un cubículo al fondo, Aldo no dejó procesar a Roier que lo estampó contra la pared besándolo sin control. Un gemido ahogado por el beso escapó de Roier, no tenía de otra que chocar sus pelvis, rozando sus paquetes entre sí.

— ¿Te gusta provocar, eh?

« Si quiere jugar, jugaremos. » Una tomada de hombros dejó a Aldo contra la pared, las manos desesperadas de Roier buscaban arrancarle el pantalón del mayor. Desabrochó su cinturón seguido de su bragueta.

En tan pequeño lugar, como podía se arrodilló frente al moreno, bajando el pantalón del contrario junto al bóxer con él. El grueso miembro de Aldo saltó en su cara, pidiendo atención urgente, cosa que no dejo esperar, acariciando su extensión hasta la punta. La mano de Aldo se enredo en el cabello del más bajo listo para guiarlo en el camino.

— Aldo... ¿Solo quieres esto? ¿Sexo? Ayer querías cortar toda clase de lazos entre nosotros y ahora estamos así.

Aldo rápidamente bajó la mirada, encontrando unos ojitos brillosos y un puchero. Al menor le vino de golpe los recuerdos de esa mañana dónde Aldo le comentó aquello, y como estaba pasado de copas no media lo que decia. Obviamente era un tema que tenían que hablar si querían seguir con lo presente, ¿y por qué no en el baño de un antro? Además, ¿borrachos y apunto de ajá?

— No mames Roger, estás a punto de chuparmela y te pones sentimental? — « Auch »

Aldo exhaló, alejó su mano de la cabeza del menor y volvió a acomodarse su ropa nuevamente. Ayudó a Roier a levantarse, sentandolo en el váter.

Lo pensó unos minutos, buscando en su cabeza las palabras correctas para no terminar de lastimar al menor y menos terminar por romperse junto a él.

— Mira, te voy a ser sincero. Creo que ambos necesitábamos esto, fue como un "desahogo", — levantó sus dedos haciendo las comillas — nos dejamos llevar y las veces que hicimos esto fue con el alcohol recorriendo nuestras venas. Pero no te voy a negar, yo, yo te amo güey, tú al igual que Osvaldo fueron los mejores compañeros que encontré en mi vida pero claramente somos la frase; "Para reforzar la amistad".

A todo esto Roier escuchaba atento, sentía como poco a poco volvía a su estado normal de sobriedad pero el hundimiento en su pecho seguía estando ahí. Con cada palabra dichas por el mayor se sentía de la vrg, por esto su mirada clavada en sus manos que jugaban nerviosamente sobre su regazo.

— También creo que esto nos confunde, por eso la propuesta del otro día, no sé bien lo que siento... Y me gustaría aclararlo, no de esta manera aunque me guste, no nos aclara nada más que saber que somos unos calienturientos. Tal vez... ¿Hablar, conocernos en ese sentido y no coger? Sí, eso podría funcionar. O también coger y hablarlo a la vez, como sea, esta bien si estas de acuerdo.

Con lo último el ambiente tenso se calmo, no tanto pero al menos Roier miraba al mayor.

— También lo creo. — Roier dejó en claro que también pasaba lo mismo pero con un poco más de sentimientos de su parte, Aldo entendía esto, ya que siempre fue así con ellos — Y estoy de acuerdo, hablarlo antes de que se vaya de la manos, si eso no pasó aún. Nada más me gustaría mientras fuera contigo.

Se dedicaron una cálida sonrisa, al fin estaban en la misma página y querían progresar con su amistad con derecho para llegar a más si el destino y ellos mismo lo dejaban.

— Pero si me las vas a chupar?

— Si quieres, papi.