Capitulo XX

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La brisa golpeando mi cara me relaja bastante, me da una sensación de alivio.  Salimos de casa temprano para no quedarnos atascados en el trafico mañanero.

Vamos andando en la Jeepeta de tío Víctor, quien obviamente  va manejando, tía Juliana en el copiloto, mis papás en los asientos del medio, y Por último Vanessa, Camila y yo en los asientos de atrás.

Nuestros padres están conversando cosas triviales, mientras que Vanessa, Camila y yo escuchamos So What de BTS en mi celular, que a mi parecer suena algo veraniego y divertido. Soy de escuchar música variada. 

Cuando termina la canción, Camila me pide poner More and more y I can't stop me de Twice la cual es fan. Me ha dicha que si ellas llegaran a dar un concierto en República Dominicana, no se lo perdería por nada en el mundo.

Durante el trayecto, nos la pasamos escuchando DNA y I need U de BTS, Friends de Chase Atlantic, Peligro y Yo quisiera de Reik, y Un poco de tu amor de RBD. Esta última gritamos a todo pulmón que nuestros padres nos miraron como si estuviéramos locas. 

Llegamos a nuestro destino Bahía Príncipe, me quedo fascinada por todo el lugar, es la primera vez que vengo a un Resort de Punta Cana. En recepción nos espera Rodrigo y nos atiende un empleado de unos treinta años. De parte de Adriana están sus padres, su abuelo, su primo Mateo y su amiga Nicole.

De todas las habitaciones, me instalo con Vanessa, Camila y Yahaira. La habitación es hermosa con dos camas, para salir me puse el traje de baño y un vestido de color crema.

En la piscina conocemos a la familia de Adriana. El aire del resort me encanta, hay música folclórica a todo volumen, hay personas dominicanas como extranjeras, pues es muy obvio siendo Punta Cana uno de los lugares turísticos del país. Nos la pasamos nadando en la gran piscina, bebiendo y algunas personas se la pasaban bailando. 

Por un momento se me olvida del dolor que aquella muchacha me hizo, cuando pienso en su engaño, me duele pero cuando estoy en otra cosa, lo olvidó.

En la tarde fuimos a comer en el bufet. Rodrigo se lleva muy bien con sus futuros suegros. Él me dijo que al principio estaba nervioso cuando los conoció por que el padre de Adriana lo interrogó como un padre que protege a su hija pero que la final de aquel día  lo aceptó como futuro yerno, incluso como un hijo.

Lo que sé de la historia de amor de Rodrigo y Adriana, es que se conocieron en los primeros años universitario en la NYU, en un espectáculo de poesía. Rodrigo estudió Contabilidad y Adriana estudió filosofía. Se volvieron a encontrar cuando Rodrigo la salvó de un acosador y la invitó a un café, la cual hablaron de sus gustos personales como películas, música y de asistir al gimnasio. De una amistad paso a algo más por 6 años.

Después de la comida, salimos a la playa, Rodrigo y Adriana junto a nuestros padres fueron hablar con los organizadores de la boda.

Leandro y Yahaira fueron a nadar, mis tíos y los abuelos de Adriana juegan domino. Esa misma tarde llegaron mi abuela paterna y algunos amigos de los novios.

Camila toma fotos con su cama polaroid, mientras Mateo el primo de Adriana y Vanessa toman el sol mientras beben piña colada. Yo los acompaño en las sillas mientras leo una edición del clásico Mujercitas, solo que a diferencia de ellos no me bronceo.  

La vez anterior que fui a la playa no quede bronceada, más bien termine roja que un tomate y con quemadura solares. Luego de ese suceso, jure que cada vez que voy a la playa, me unto el bloqueador solar. Esta vez no fue la excepción. Mateo me llama...

-Mateo: Oye Rodrigo dijo que en Nueva York empezarás la universidad, yo también, en la John Garber. ¿Y tu?

-Valentina: También en la John Garber, en la facultad de ciencias para Astronomía.

-Mateo: Yo en la facultad de Arte y diseño, para Diseño grafico.

-Valentina: Pues, será un placer verte allá aunque estaremos en diferentes facultades. Incluso mis amigos se matricularan allá. Te los presentaré.

-Mateo: Pero, ellos no tienen problema, digo, soy gay. Se me hace difícil hacer amigos que no me señalen.

-Valentina: Te entiendo, para que puedas saber, soy bisexual. Comprendo que te sientas así, pero te lo digo con sinceridad, Efraín y Raymundo no tienen prejuicio con la comunidad. Ellos son muy chéveres. -Él parece aliviarse un poco.

-Mateo: Que bien, sabes como es mi problema, cuando mis padres lo descubrieron, no lo aceptaron, por eso vivo con mis tíos y Adriana. -Al contar ese detalle de su vida, su voz cambia de un tono leve como si estuviera medio triste. Entiendo que su situación con sus padres es difícil. Pongo una mano en su hombro en señal de consuelo y le digo.

-Valentina: No te preocupes, no estás solo. -Da una pequeño como si elevara su animo y yo también, sigo con mi lectura con lo que queda el día.

En esta temporada de tormenta, la atravesaremos en una estrella fugaz para encontrar la calma.



La que me cambió la vida (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora