Capítulo 13. An eternity for two

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Era invierno por lo cual la nieve se mantenía en una capa gruesa la cual me obligaba a usar botas, por nada me cambié chaqueta y solo cambie mis pantalones a unos más abrigados.

Había regado mi flor en la mañana, luego empezó una tormenta de nieve que me hizo retrasarme en ir al bosque pero sabiendo que los climas variaban allí dentro me importó muy poco tener que cruzar el pueblo hasta el cercado en medio de una tormenta que no planeaba detenerse.

Cubrí mi rostro y me abrí paso en la nieve, el frío y las caídas no importaban, algo en el bosque me llamaba con urgencia y no dudé en acudir en su ayuda. Con un frío invernal y mi cuerpo lleno de nieve cruce el cercado y corrí bosque adentro una vez llegué y cruce el cercado.

Me quite la nieve y dejé que mi cuerpo recuperará algo de calor, dentro ya no había más nieve, seguía siendo primavera.

Para mi sorpresa el bosque se abrió ante mi sin tener que estar con Reaper, corrí por el camino frente a mi con mi alma hundida, como si la estrujaran. Finalmente llegue al destino por el cual tuve que atravesar una cruel tormenta de nieve.

Al llegar era un acantilado, bajo un árbol Reaper lloraba abrazando sus piernas escondiendo su rostro, pero sus hípidos y sollozos lo delataba, mi primer instinto fue correr hacia el, me senté frente a él y lo observé un momento y me relaje lo más que pude para no preocupar lo.

Por dentro una mezcla de sentimientos me revolvían; preocupación, miedo, tristeza, ira, eran algunos de ellos. Pero una cosa era segura y era que estaba sumamente preocupado.

Y con ganas de arrancarle la cabeza a quien lo hizo llorar

Preocupación e ira, una mezcla curiosa ¿No creen?.

¿Mal día?—Alzo la vista y me miró.

Se lanzo hacia mi y cabeceó de forma afirmativa, acaricie su cráneo y lo console como si fuera aún niño pequeño, no parecía haber indicios de que me soltaría pronto por lo cual debía ponerme cómodo e intentar calamar su llanto para que me dijera a quien debo asesi- es decir, que fue lo que pasó.

Logré de alguna manera recostarme del árbol y acurrucar a Reaper en mi regazo, seguía llorando y lo deje hacerlo, llorar está bien, me tenía a mi para consolar le y limpiar cada una de sus lágrimas. Quería actuar en contra de quién lo hizo llorar pero necesita nombres para hacerlo. Aparte esos pensamientos, primero tenía que asegurarme de que estuviera bien.

Pero el que lo allá hecho llorar deseara no haber nacido, pero para después, por ahora tenía que cuidar de Reaper y daría todo de mí para que se sintiera mejor.

Genu…—Susurro entre hípidos y sollozos.

Estoy aquí ¿Si? No iré a ninguna parte, estaré contigo, puedes llorar todo lo que quieras—Acaricié su espalda de forma suave y le hablaba con la mayor calma y comprensión que pude disimular.

No quería verlo triste, mucho menos verlo llorar, porque muy dentro de mi verlo así me rompía, eso dolía mucho.

El tiempo pasó y finalmente pareció cansarse porque se quedó dormido, no lo moleste, me iba a mantener con el hasta que despertará, hasta entonces cuidaría de el.

Cerré mis ojos y con Reaper en mi pecho decidí que también dormiría.

- o -

¡Estaba emocionado! Era la primera vez que podía pasar una largo rato cerca del enorme~ cercado ¡Siempre había querido venir! Tenía mucha curiosidad de lo que podía haber dentro.

Mis padres no me dejaban acercarme, pero aprovecharía que estábamos en un picnic a unos metros del cercado para verlo todo mejor. Aproveche el momento en el cual mis hermanos peleaban y mis padres se distrajeron para acercarme al cercado.

Pero llegastes tú | Más allá del páramo lejanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora