Capítulo 1. Black and white

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Otra mañana de otoño que para mí era cotidiana, para mí cada mañana en cualquier día del año es igual y repetitiva

¿Estaré enfermo?

Sería lo mejor, así me iría muriendo hasta ser libre de mis pesares. Las vistas son lindas, ya que duermo en el ático, siendo el lugar más alto de la casa puedo apreciar mejor la luz del sol mañanero que se filtra por la pequeña y redonda ventana que mi ático tenía

Con pesar en mi alma me coloque mis pantuflas blancas y camine arrastrando los pies al gaveta para tomar un cambio de ropa; unos shorts negros y mi sudadera blanca favorita, luego mi bufanda.

«Antes de ponerme la bufanda la abrace de con fuerza y me la enrolle en el cuello, me mire al espejo y note unas ojeras por debajo de mis cuencas, suspiré resignado bajando al baño para mojar mi cara con agua, cosa que al menos logro desaparecer un poco las ojeras, aunque aún sean perceptibles, suspire colocandome mi parche en el ojo

Prepare la comida para mí y mis hermanos que aún dormían, aveces sentía que era su niñera más que su hermano, mamá trabajaba mucho y ellos solo me tenían a mi, quería adorar tenerlos como mi familia si no fuera por su indiferencia a mi esfuerzo, ¿Cuanto tiempo había pasado sin recibir un gesto agradable de su parte? Solo peleas que no hacían más que hacerme sentir peor

Los colores se había perdido de mi visión hace ya muchos años, se sentía todo tan... monótono, mi sentido del gusto se había deteriorado, todo era desabrido a mi parecer, las pesadillas tampoco ayudaban, no dormía la mayor parte de las noches por culpa del insomnio y si lo hacía allí estaban las pesadillas

Aveces creía que me encontraba en un infierno en vida, solo trabajando duro por otros en busca de conseguir algo que jamás conseguiré; el cariño que una familia debería tener

Suspiré admirando mi propio helado aliento blanco producto del frío de la temporada de otoño

-Mejor me voy ya-Me levanté no queriendo comer nada como siempre

Iba a cumplir los dieciocho dentro de poco, no es como si celebrará mi cumpleaños, pero estaba bien recordar este tipo de fechas para mantener la cuenta, solo una de las pocas cosas que me esfuerzo por recordar

En fin, subí a buscar mi mochila en mi cuarto, también mi viejo celular que al menos era de pantalla táctil, ser frío era inevitable, aunque aveces tenía el pensamiento de era incluso más frío que el propio invierno, motivo suficiente para ser víctima del apodo "Fantasma ártico" por el que me llaman de vez en cuando en el pueblo su que me daba lo mismo

Caminando con total tranquilidad al lugar donde trabajo temporalmente en esta temporada de otoño; un pequeño negocio de ropa para niños llamado "Almacén Arcoiris"

Es un lugar algo concurrido en este gran pueblo, la gente de allí parece siempre impresionarse de la gran variedad de ropa, aunque yo siempre organizaba y respondía a cualquier duda, la verdad me caía neutral el lugar

No habían uniformes, solo placas ya que eso de los vestuarios no resultan ser una prioridad, solo indicaban que trabajabas allí e inclusive tenías que pagar tú mismo la placa, una real idiotez por parte de o los dueños, no me quejo porque en realidad no es que me importe, la verdadera pregunta es

¿Hay algo que me importe?

Lo más probable es que no, solo otro día, otro día igual de cliché y desteñido

- o -

Salí por la tarde debido a que mi turno era en la mañana, seguía sin tener ganas de comer por lo cual solo me quedaba perder el tiempo, aquel que muchos aprecian y atesoran y que para mí son mi eterna tortura

No tengo metas o algo por lo cual luchar, solo existo para servirle de algo a las personas o monstruos, solo uno más que sufre en silenció

Mientras caminaba por el pequeño gran poblado logré visualizar el inmenso bosque que abarcaba kilómetros y kilómetros, era tan grande que se conectaba con otros y hasta el propio canal que llevaba a mar abierto. Nadie se atrevía a pisarlo, se decía que quien entraba no salía y si lo hacían era cuestión de tiempo para que desaparecieran, según cuenta la leyenda hay un guardián que asesinan a quien desee destruir tan bello santuario

Me senté a mirarlo al pie de un árbol a una distancia considerable del cercado

Siempre sentí un extraño lazo a este enorme bosque, como si en mi interior sabía que allí encontraría el final de mi sufrimiento, finalmente podría morir y ser libre, al menos eso es lo más probable, es el único destino que encontraría cualquier humano o monstruo que ponga un pie dentro

Siempre es lo mismo, me siento y lo observó después del trabajo, cada día me acerco un poco más y cuando ya estoy junto a la reja vuelvo a rebobinar, tal vez sea por... ¿Miedo...? No lo sé

Solo recuerdo que aquí alguna vez hace muchos años vinimos a un picnic en familia, en aquel tiempo donde éramos una familia feliz. El lugar era tranquilo y solitario, la razón por la cual suelo pasar mi tiempo aquí

Casi no suelo hablar, solo cuando estoy molesto, cuando no tengo otra opción que responder a una pregunta (suelo hacerlo neutral) o cuando desafían mi autoridad (cosa que no pasa en años)

Sin embargo suelo cantar, pero solo para calmar mi llanto en aquellos momentos donde ya no puedo más

Este es mi pequeño refugio

El tiempo paso y finalmente me levanté perdiendo un poco la sensibilidad de las piernas cosa que luego de unos segundos se me hizo indiferente, tan solo rodando los ojos y dándome media vuelta al poblado

Regrese a casa, me había quedado mirando el bosque una hora completa, aunque a mí forma de ver se habían sentido mucho más que eso, para mí era como una eternidad reducida a segundos ¿Tiene lógica? No creo, pero así se sintió

Llegué y no parecía haber nadie, llegarían tarde otra vez, me puse a preparar el almuerzo para matar el tiempo. Cuando termine de hacer el almuerzo subí a mi ático no queriendo hacer nada, tan solo mirar por la ventana el bosque desde lejos, imaginando cómo sería allí dentro y cuántas maravillas y misterios se escondería entre la maleza

El silencio reino hasta qué una idea cruzó por mi cabeza

¿Y si cruzaba el cercado?

Me negué, quite todos aquellos pensamientos de mi cabeza y baje al del ático para comer algo, necesitaba comer algo aunque no tuviera hambre, pero el eco de aquel pensamiento perduró

No, no iría, nada me haría cambiar de opinión...

- o -

- Nuestros ojos nunca se verán, nuestras manos jamás se tocaran, somos los restos de una historia que nunca quiso comenzar.
De verdad creía que no había luz o un faro que me diera esperanza
Pero-

...

[ Aunque lo intente no recuerdo que seguía después... ]

- Blanco y negro -

Pero llegastes tú | Más allá del páramo lejanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora