Razón #24 No puedo mentirte

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—Oye, sé que odias las visitas inesperadas, pero...

Detengo a Kookie de analizar demasiado las cosas con un gran beso, porque, en serio, desde que Taehyung se marchó, es todo lo que he querido hacer.

—Vaya —dice apartándose de mí y poniéndose rojo—. ¿Esto significa que estás bien con que haya venido sin llamar?

Sonrío y tiro de él hacia dentro. —Haré una excepción por ti. Cruza los brazos. —Oh, no.

—¿Qué?

—Te estás convirtiendo en un chico enfermo de amor muy cursi. —Se acerca hasta sentir mi frente—. ¿Qué he hecho?

Aparto su mano, pero lo mantengo en mi agarre. —Nada de cosas cursis, ¿eh? ¿Qué te parece si simplemente te llevo abajo y lo hacemos?

Se ríe. —Ahí está el chico que sabía que estaba.

—¿Eso es un sí?

Sacude la cabeza y brinca sobre el sofá de un salto. —En realidad, tengo que pedirte un favor.

Estoy a punto de decir "cualquier cosa por ti", pero el comentario sobre cosas cursis detiene mi boca. Moviendo sus piernas fuera del final del sofá, me siento junto a él, apretando mi mano con las suyas.

—Está bien, sé que es un poco tonto, pero mis amigos, como que quieren ir a esta gran cita en grupo. Supongo que ahora que tengo novio... —Mueve sus ojos para encontrarse con los míos y sonrío. Infiernos, sí, soy su novio—. Quieren que vaya. Bueno... que vayamos.

—Claro. ¿Cuándo?

—Ese es el problema —dice, apoyando su cabeza contra mi hombro—. Sé que ya teníamos planes para esta noche, y no estoy seguro de lo que tenías reservado para mí, pero quieren que nos reunamos más tarde. ¿Podemos ajustar eso?

Es como si todo se congelara justo allí, y me enfrento con la estúpida elección otra vez. Taehyung o Kookie. Siempre elijo a Kookie, pero luego termino sintiéndome culpable como la mierda tras deshacerme de Taehyung. Y estaría haciéndoselo dos veces. Debería haberle dicho todo sobre Kookie y yo. Debería

haberlo dicho tan fácilmente como Kookie acaba de decirlo. Soy su novio. Él es mi novio.

Jimin, eres un estúpido idiota.

—¿Jungkook?

—Oh, oh. —Se endereza y me mira a la cara—. Algo está mal. Escúpelo. No le miento a Jungkook. No puedo. —Está bien, pero no te enfades.

Ahí va esa linda arruga en su ceja.

—Taehyung vino hace un rato y me preguntó si quería ir a la fiesta de Jamie esta noche.

—Está bien...

—Bueno, de algún modo lo abandoné anoche, así que me sentía mal y le dije que iría.

Sus cejas pasan de una arruga a alzarse hasta el cielo. —¿Tuviste una cita con Taehyung anoche?

—¡No! —Me desplazo sobre el sofá y agarro su cara, pero él se escabulle fuera de mi agarre—. En serio, Kookie, no fue así. En realidad conduje hasta tu casa para ver si saldrías conmigo.

Él aún no se relaja. —¿Se lo dijiste?

—¿Qué?

—Sobre nosotros, que estamos juntos.

Dejo caer mi mirada y sacudo la cabeza, tocando el tatuaje de mi muñeca. —Yo... lo intente.

Silencio. Como, un silencio demasiado largo. Se pone de pie, bajándose las mangas de la sudadera.

—¿Qué significa?

Su voz es suave. Ni enfadada, ni triste, sólo pasiva. Y apesta

—¿Qué significa qué?

Señala mi muñeca. —Tu tatuaje.

Me rasco la parte de atrás de la nuca, queriendo cerrar la distancia entre Kookie y yo, pero no puedo. No después de esta mierda.

—Te lo hiciste por él, ¿verdad?

Otra vez, nada de ira, ni tristeza, solo una actitud de "¿a quién le importa?".

—Fue hace tiempo, Kookie. Ya no es por él.

—Entonces, ¿qué significa?

Finalmente me descongelo, cierro la distancia entre nosotros y lo envuelvo en mis brazos. No me devuelve el abrazo. —Son símbolos de devoción — susurro en su pelo—. No quiero ser como mi... padre real. Prometí que nunca lastimaría a nadie como él hirió a mi madre.

—O como tu hermano hirió a Taehyung.

Lo dice contra mi pecho y trata de alejarse. No se lo permito.

—Por favor, Kookie, no puedo... simplemente no sabía cómo...

—Aún te gusta. —Se obliga a sí mismo a salir de mi agarre—. Sé que es así. Y por favor, no te disculpes o intentes convencerme de que no es verdad. No me arrepiento de nada de lo que hemos hecho. Me has dado mucho, Jimin. Eres un buen... amigo. Y eso es todo lo que esperaba de ti.

—No. —No. No. No—. Estás equivocado. Te amo a ti. —Lo veo en sus ojos. Se está cerrando. Está desapareciendo. Se está yendo. Y no puedo detenerlo. ¿Qué le digo para detenerlo? ¿Para hacer que se dé cuenta? ¿Para conseguir que entienda?—. No te vayas. No huyas de esto.

Sus ojos se estrechan y finalmente una emoción hace erupción en él. No es una buena, pero al menos es algo.

—¡Deja de mentirme! Deja de intentar hacerme creer que me has elegido por encima de él. No soy el chico tras el que van. Especialmente chicos como tú. Sabía eso. ¡Lo sabía! Y me permití enamorarme de ti de todos modos. Te dejé convencerme de que eras mejor que todos ellos, pero no lo eres. Eres igual.

Calor se dispara a través de mi pecho y ya no puedo soportarlo más. Estoy gritándole en respuesta mientras él va hacia la puerta principal. —No soy yo, Kookie. Yo he sido honesto. Te amo, pero no me permites hacerlo. Estás buscando formas de salir de esto porque es más fácil para ti. Cerrarte porque no quieres salir herido, pero, ¿sabes? Estás desperdiciando algo real. Tú. Yo. Nosotros. Esto es real. Deja de culparme a mí, a tu mamá, a tu peso, o a cualquier otro delirio que tengas sobre Taehyung y yo. Tú eres el único que nos mantiene separados. No yo.

Sus ojos están llorosos y quiero comerme todas las palabras que acabo de decir. Sorbe por la nariz y entre jadeos dice—: Yo... te... di... todo de mí. Confié en ti. —Sorbe por la nariz otra vez, abre la puerta y sale al porche—. Y ni siquiera puedes decirle que estás conmigo. No puedes hablarle a nadie sobre mí. Apuesto a que ni siquiera tu mejor amigo lo sabe. —Se detiene para limpiarse más lágrimas de su rostro. Lágrimas que desearía no haber puesto allí—. No eres capaz de dejarlo ir.

Se hace un silencio entre nosotros. No sé qué decir para hacerlo sentir mejor. No sé qué está pensando. Tiene razón. Él lo sabe. Pero yo también estoy en lo cierto.

¿Verdad?

—Hablaba en serio cuando dije que no me arrepiento de nada entre nosotros. Me has dado las mejores semanas de mi vida. Me alegra que fueras mi primer... todo.

Está diciendo adiós. No. No. No.

—Jungkook, no...

—Te mereces a alguien de quien puedas presumir ante tus amigos. Alguien con quien no te avergüences de estar. Alguien que te haga querer gritarle al mundo que lo amas. —Traga saliva—. Y ese no soy yo.

Antes de que pueda discutir, antes de que pueda hacer nada, él se da la vuelta y se marcha, acurrucándose en la sudadera con capucha que le di anoche.

Debería ir tras él. Eso es lo que quieren todos, ¿cierto? Siempre quieren que el chico los persiga, ruegue y suplique para que vuelvan.

En lugar de eso, caigo en los escalones del porche, entierro mi cara, y dejo salir las primeras lágrimas que jamás he llorado por un chico.

Razones por las que me enamore de mi amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora