—Lo siento. Sólo quiero dejar algunas cosas —le digo a Jungkook mientras estaciono en mi entrada—. ¿Quieres esperar aquí?
—¡Cielos, no! —Sonríe mientras desabrocha su cinturón—. Quiero un poco de gaseosa, si tienes.
Me río y rápidamente abro la puerta para él. —Por supuesto.
Está saltando mientras caminamos hasta el porche. Va a ser una buena tarde, ya puedo decirlo. No quiero arruinarlo invitándolo a salir, pero voy a hacerlo
Meto la llave en la puerta y doy un paso atrás para dejarla entrar primero. Me roza cuando pasa frente a mí y tengo el repentino impulso de tocar la parte baja de su espalda. Sólo para descansar mi mano allí.
—Maldita sea, amigo. No me hagas caso. Olvídate que estoy aquí. Hermano idiota.
—¿Qué mier...? —Ah, claro, Jungkook está aquí—. ¿Qué rayos estás haciendo
aquí?
Hoseok acecha la nevera, su trasero saliéndose de sus jeans. Lleva bóxers, pero
aún así no deja mucho a la imaginación. Jungkook aparta los ojos, como si la pared roja cercana a las escaleras fuera la pieza más interesante de una obra de arte que jamás ha visto.
—Estoy hambriento.
—Ve a comprar algo entonces.
—No puedo. —Abre la nevera y se sube los pantalones, que caen de nuevo hacia abajo—. A Yoongi no le pagan hasta el treinta.
—Consigue un trabajo.
Se ríe y pone un bloque de queso, mayonesa, y un tarro de pepinillos en el mostrador.
—Para eso tengo a Yoongi. Así no necesito un trabajo.
—Y aquí estás, robando la comida de tu mamá.
Tiene que irse de aquí antes que me enfurezca frente a Jungkook. Con sólo mirarlo me dan ganas de golpearlo en la entrepierna.
—Touché, hermanito. —Suelta su ahogada risa de idiota mientras mete la cabeza en el armario.
—Em —susurra Jungkook en mi oído—. ¿El baño?
Sí, no lo culpo. —Al final del pasillo, la segunda puerta a la derecha.
—Gracias.
Se ha ido, y estoy irrumpiendo en la cocina. Lucho con Hoseok mientras toma las cosas, y yo las pongo de vuelta.
—¡Amigo, relájate!
—¡Necesitas salir de aquí!
—Caray, ¿quién te molesto en el almuerzo? —Toma una bolsa de debajo del fregadero y comienza a guardar tanta comida como le es posible—.Te dije que olvidaras que estaba aquí.
—No puedes simplemente venir así después de diez meses de nada, excepto ser una completa mierda para mamá y papá. Y también está Taehyung...
—Oh, lo entiendo. —Levanta sus jeans, que de nuevo no le quedan bien—.
¿Todavía vas por mi ex?
Trago. —¿De qué estás hablando?
—Sabes de lo que estoy hablando. No te culpo, niño. Es malditamente sexy. Daba trabajo, pero era bueno en la cama. Digo que vayas por él si puedes. Pero no te molestes conmigo por cambiar a otro pescado más rico.
No puedo soportarlo más. Lo empujo contra la nevera, tomándolo por su estúpida camiseta de Korn. —Mejor cierras la boca antes que lo haga por ti.
Se ríe y lo aprieto más.
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Razones por las que me enamore de mi amigo
Ficção AdolescenteEs estúpido enamorarte del ex de tu hermano. Peor aún es reclutar a otra persona para que te ayude a ganarte a ese ex. Pero Jimin está desesperado y Jungkook, su compañero en el Lenguaje de Señas, está más que dispuesto a prestarle un par de consejos