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Kageyama llorando salió de la casa de su hermana Miwa, él fue en busca de su esposo para recibir apoyo y poder aceptar lo que sucedió, pero...

Al parecer Miwa y Kei no eran los únicos que guardaban un gran secreto, pues Kageyama había estado llamando sin parar a Wakatoshi quien no le costentaba ninguna llamada, pero el GPS estaba encendido y no solamente el de Wakatoshi sino también el de Tooru y una gran concidencia extraña pues ambos estaban juntos. Kageyama busco ese lugar y se dió cuenta que era en una casa algo apartada de la cuidad, sabía que no debía ir debido a su estado, pero algo en su cabeza le gritaba que fuera a ver.

Y le tomo una hora poder llegar a ese lugar, había sido un gran recorrido, pero lo logró y con el corazón palpitando muy rápido y los ojos rojos e hinchados él decidió entrar. La puerta estaba abierta y entro sin hacer ruido, escuchó una suave música provenir del segundo piso y Kageyama camino hasta allá.

Caminaba con lentitud y al pendiente de ver a alguien, al llegar a una habitación observó ropa tirada y pudo reconocer la ropa que su esposo se había puesto esa mañana. Kageyama comenzó a llorar otra vez él ya sabía lo que iba a ver en ese cuarto, pero aún así se llenó de valor para poder entrar.

—¡Ushiwaka-chan! Mira —. Oikawa mostró un relajo negro hermoso, con la mano izquierda tenía agarrado la copa y al mirar por la entrada, Tooru pudo sentir como el alma se le salía en ese momento, como una vergüenza lo inundaba, Oikawa dejo caer la copa la cual se quebró y Ushiwaka se asustó.

—¿Qué sucede? ¿Estás bien?—. Wakatoshi salió desnudo de la tina y se acercó a Tooru. Quién tambien estaba desnudo.

—¿Tobio...chan?—. Oikawa agachó la cabeza y sus ojos se llenaron de lagrimas.

Ushijima estaba sorprendido y lentamente se giro para ver a su esposo que lo veía con gran decepción y tristeza, Kageyama no debía preguntar por algo tan obvio, salió corriendo de allí. Oikawa no pudo decir nada, solo comenzó a llorar.

Ushijima salió corriendo mientras se ponía la bata.

—¡Tobio! Espera debemos hablar.

Él mayor seguía al menor, Kageyama tropezó y cayó al piso, se levantó y nuevamente siguió caminando sin mirar atras, el de ojos oliva estaba asustado.

—¡Déjame explicarlo!—. Wakatoshi alcanzó al azabache y lo jalo con fuerza, Tobio que estaba mal termino cayendo al suelo —lo siento... No quise.

Kageyama golpeó la mano que Ushijima le brindaba, se levantó solo y miro con decepción a Wakatoshi, esto lo hizo sentir muy culpable.

—¿Desde cuándo?—. Preguntó mirando al mayor.

Wakatoshi no iba a mentir más.

—Ocho años...

Como si lo estuviesen ahorcando, Tobio sentía una dolorosa presión en su cabeza y perdió más fuerza en su cuerpo.

Kageyama comenzó a llorar.

—¿Por... Qué?—. Se veía destruido.

Él menor cubrió su rostro con sus manos y sentía un fuerte dolor, una desesperación, salió corriendo dejando atrás a Wakatoshi que le gritaba que se detuviera, Kageyama fue hasta su vehículo y subió, lo prendió y aceleró.

No sabía a dónde iba, pero se detuvo debido a que su vehículo iba en un zigzag, Kageyama bajo del vehículo y se sentó en el pavimento a llorar bajo el sol, su respiración agitada, una presión en el pecho, su mandíbula adolorida, debilidad en el cuerpo. Tobio sentía tantas cosas horribles que ya no quería.

Después de eso paso un mes, había escapado a una casa que había comprado hace mucho, todos esos años vivió en una mentira, todo era mentira y nadie lo amaba, Kageyama no quería seguir con lo mismo.

Se miro al espejo y se dió pena, camino lentamente hasta una mesa donde había un arma, Kageyama lo agarro y lo miro tristemente, después fue hacia la cama y se sentó, agarro el teléfono y lo prendió tardo unos minutos en encenderse, muchos mensajes y llamadas fue lo que vio, busco entre sus contactos a Hinata y le hizo una llamada la cual fue atendida de inmediato.

-¿Kageyama dónde estás?-. Se escuchaba la preocupación en la voz del enano y al fondo a Suga, Nishinoya y a los demás - Kageyama tienes que regresar ¿Si? Dime dónde estas e iré por ti, ¿Kageyama?—. Shoyo comenzó a llorar - Kageyama por favor no hagas nada, por favor regresa.

-Hinata...-. Hablo débilmente el azabache.

-Dime, habla dime lo que quieres -. Hinata estaba muy al pendiente.

-Hinata muchas gracias... Yo te enviaré la dirección -. Se escuchó un alivio por parte del enano -ven y luego hablamos.

-¡Si Kageyama! No te preocupes, ahora mismo voy a salir enviame la dirección-. Se escuchaba emocionado.

Kageyama cortó la llamada y luego envío la dirección, se levantó y busco un papel y un lápiz, cuando finalmente lo encontró se sentó en el piso y comenzó a escribir, el lloraba y se detenía en algunos momentos. Cuando la termino lo dejo en la mesa de noche, se sentó nuevamente en la cama y coloco el arma en su cabeza, su mirada estaba perdida y en sus ojos solo mostraba tristeza y desesperación. Kageyama cerró sus ojos y apretó el gatillo, su cuerpo cayó sin vida a la cama.

RupturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora