Parte 1

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Gun siempre soñó con ser un gran artista, uno muy famoso que fuera apreciado por su talento y no menospreciado por ser un omega

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Gun siempre soñó con ser un gran artista, uno muy famoso que fuera apreciado por su talento y no menospreciado por ser un omega. Se esforzó mucho por cumplir sus metas y aún más por seguir su vida, después de que a los nueve años su primo Off se fuera y lo dejara abandonado.

Era solo un niño con un enamoramiento por su primo más grande. Ni siquiera sabía cómo se había dado el sentimiento, solo recuerda, después de diez años que su pasatiempo favorito era pasar el rato con su primo, que lo mimara y le dijera lo bonito que era.

Quizás sólo tenía nueve años, pero podía apreciar la belleza en las facciones de Papi pu, como le llamaba, sus ojos con la forma de los de un dragón, su sonrisa perfecta con hoyuelos y su bronceada piel brillante. Su aroma, el más delicioso que jamás había conocido y le hacía feliz dormir por las noches sintiéndolo impregnado en su ropa por causa de aquel abrazo que siempre recibía antes de que su primo se fuera a casa al anochecer. Diminutos detalles que eran los más grandes para un pequeño Gunnie, que nunca dijo nada porque sabía que eran familia y que la diferencia de edad era abismal. Solo se conformaba con jugar por las tardes con su primo, después que él salía del colegio y Papi pu del instituto.

Así era feliz.

Pero todo se fue a la mismísima mierda cuando su tío, —el papá de Off— murió repentinamente y su tía, se tuvo que ir al extranjero, llevándose con ella a su primo, su amor platónico, su Papi pu. Fue tan malditamente duro sentir la soledad de sus tardes al volver del colegio y no tener con quien jugar, porque aunque tenía dos docenas de primos, el único con el que jugaba y pasaba el tiempo era Off, el alto e intelectual alfa de dieciocho años que amaba en secreto.

Tuvo que aprender a vivir sin su presencia y su aroma que le fascinaba, pero también pensaba que era mejor así. Con el tiempo, su enamoramiento desaparecería y lo vería como lo que realmente y únicamente debía ser, solo su primo y eso si es que lo volvía a ver alguna vez. Además de que ni siquiera sabía si él sería un alfa, un beta o un omega. No se presentaría hasta los doce y para eso faltaban unos años.

Después de eso, una década había transcurrido. Un Gunnie de diecinueve años que se había convertido en un hermoso omega de hombros anchos y labios prominentemente grandes, escandaloso al reír y temperamental como él solo podía, se esforzó al mil por ciento para lograr sus metas y tocó muchas puertas antes de llegar a ONAN ENTERTAINMEN y ser bien recibido por los dueños de tan importante compañía. Ahí logró cumplir su sueño sin ser discriminado por su condición de género, como en otros lugares.

Lo que Gunnie nunca esperó, fue encontrarse precisamente ahí, en su lugar de trabajo, al que creyó olvidado después de tantos años y que, con solo verlo y olerlo, sentaría ese tirón en el pecho que le restregaba en la cara que eran nada menos que destinados. No era posible. Pudo haber vivido con su presencia y llevar una relación cordial con su primo favorito de no ser por el detalle de que sus almas estaban destinadas y eso sólo lo hacía sentir miserable, porque su omega interior arañaba por ser reclamado, pero su conciencia le recriminaba que era incorrecto.

Luego del primer encuentro, el día que fue presentado al personal de la productora musical, se dio cuenta que Off no lo recordaba y tal vez así, era mejor. Que Off no supiera quien era, le hacía más fácil tratar de ignorarlo, aunque también le dolía imaginar que había sido tan insignificante para él, que fue olvidado fácilmente.

Gunnie no había olvidado a su amor secreto, ni un sólo día en todo esos años ¿cómo podría?

Las siguientes semanas y por casi dos meses se las había arreglado para huir de su alfa, ni siquiera quería pensar en él como tal, pero es que así estaba escrito y le hervía la sangre maldiciendo al destino por burlarse así de él.

Pero en la junta general de la compañía, aunque se sentó lo más alejado posible en la gran mesa, Gunnie podía sentir como su primo se lo comía con la mirada y el aroma a lluvia y tierra mojada se intensificaba, aunque solo él podía percibirlo y eso le provocaba muy a su pesar una sensación de alivio y orgullo. Alivio porque no soportaría ver a otro omega o algún beta rondando a Off y orgullo porque sabía que nadie más que él, podía olerlo en cualquier momento, mientras estuvieran en la empresa, porque los inhibidores no ocultaban el aroma a los compañeros destinados.

Aquel día, salió rápido del auditorio mezclado entre la gente, porque sabía que Off lo seguiría. Caminó y se alejó lo suficiente para poder relajarse y siguió caminando, pero más lento y de manera distraída, que no se dio cuenta que Off lo había alcanzado.

Quizás en otras circunstancias, si no fueran lo que eran, Gun hubiese estado dispuesto, incluso a poner su carrera en segundo plano, por él, aunque sabía de sobra, que su Papi pu no le pediría tal cosa porque era un excelente alfa, que se merecía al mejor omega aunque por desgracia ese no podía ser él, no debía.

Tenía que respetar a su familia y Off era eso... familia.

Muy a su pesar.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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Destino inevitable (#3) - H.A #29Donde viven las historias. Descúbrelo ahora