٠ ꗃ ﹪ 𞥊ׅOne shots ‹‹ 💭 Bachisagi

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Meguru amaba el arte. Ya que se había criado entre lienzos y pinturas. Observando los hermosos cuadros que hacía su madre. Lo que más le gustaba de estos era el significado que se escondía en ellos.

Su favorito era su gran obra titulada "El Monstruo", que se basaba en el monstruo interior de la curiosidad de Bachira.

Bachira había realizado varios cuadros por su cuenta. Pero todavía no podía encontrar el ideal. Uno que tuviera un significado importante para él.

Había muchas ideas pero la que más lo convenció fue hacer un retrato de su tipo ideal de persona y lo que anhelaba tener en su vida. Una persona que no conocía y que quizás nunca conocería, pero que sin duda adoraría de todos modos.

Manos a la obra había comenzado con su pintura, se dedicó todo el día a trabajar en ella, permaneció así durante semanas hasta que finalmente la completó.

Estaba lo suficientemente satisfecho con su nuevo trabajo como para que se convirtiera en su favorito entre todos los que tenía.

Había retratado a un joven con cabello corto de color azul oscuro que tiende más al negro con flequillo en forma de V entre sus profundos y expresivos ojos azules.

Hoy debía comprar pinturas nuevas. Particularmente su madre le había pedido si podía ir a comprar unas porque las necesitaba y él aceptó sin problemas.

el curso fue normal, consiguió las pinturas, pinceles entre otras cosas que creyo que necesitaría para su propio uso.

Todo iba como esperaba hasta que sintió que alguien chocaba contra él levemente. La persona que lo había chocado no parecía estar prestando mucha atención en el camino ya que había estado escuchando música con sus auriculares y su teléfono celular. No lo iba a culpar, tampoco estaba muy atento.

Ese chico... ¿parecía familiar de alguna manera? No podía decir exactamente por qué, ni que alguna vez le había hablado antes, pero era innegable que lo recordaba de alguna parte.

-Lo siento, ¿estás bien? - Con tono preocupado, el de ojos azules preguntó dudoso después de disculparse sinceramente.

-No te preocupes, yo también estaba distraído. -Esos ojos dorados se abrieron con curiosidad.

"Te encontré" fue todo lo que pudo pensar mientras
Su mirada se iluminó. ¿Su gran obra de arte había cobrado vida? No estaba seguro de si eso era posible, pero si había algo que podía confirmar, era que allí frente a él había un chico que se veía idéntico al retrato en el que había trabajado durante tanto tiempo.