Dos pendejos encuentran una niña, que pendejos

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Hoy les traigo comida, gente. Después les hago uno angst por el tema de Matt de piedra. El poder del amor

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Días de diciembre: la brisa de la medianoche era igual de frío que el hielo de una nevera funcional. Las luces de los postes contrarrestaron esos lugares tan helados en las islas, que más que la costilla eran como las rodillas del Titán. A pesar de la ventisca un poco siniestra como su lugar de origen, el ambiente que tenía un matrimonio joven caminando en el sitio era cómodo. Su amor era raro según la gente: en vez de mimos y halagos empalagosos, se hacían bromas pesadas y juegos con sus nombres, añadiendo palabras como "bobo" o "tonto" a ellos.

Los dos estaban de viaje, algunos de sus típicos cambios de rutina para avivar su amor juguetón. Querían algo nuevo para experimentar en la noche, así que decidieron jugar con la nieve a su alrededor. Se reían al hacerlo, anduvieron en su festejo: corrieron, jugaron, conversaron, se rieron y después disfrutaron de los calurosos besos, llenos de sudor que hacían olvidar el frío invierno.

Iban a regresar a casa después, los abrigos que tenían ya les eran incómodos y regresar a su hogar era la mejor opción. Sin embargo, había una última cosa que hacer antes de que el amanecer apareciera: visitar la casa búho después de tanto tiempo.

En el camino a pie hasta allá, los dos jóvenes pararon por el centro de bonesburg. El mercado negro estaba tranquilo, de lo que puede decirse así de un sitio tan lleno de ruidos, bestias y, por supuesto, estafadores encargados de vender productos ilegales a los precios más caros que se podrían inventar.

—¿Qué buscas, Matt? -preguntó el joven de piel morena que lo acompañaba. La curiosidad asomaba en su voz mientras el otro busca-.

—Nada en específico -contestó-. Solo quiero ver si te puedo comprar algo bonito, como tú.

—Awww -respondió el chico moreno, dándole un dulce beso-.

—O algo tan genial como yo -continuó con su voz arrogante-.

—Entonces será fácil -Gus rió al decirlo-.

—¡Hey! -reclamó el de pelo castaño-.

—Lo decía porque aquí hay cosas muy geniales. Por ejemplo, ¡Mira esto! -Gus no aguantó mucho y agarró un collar que había en el puesto. Era de color verde brillante, que con tan solo verlo te quedabas hechizado por su belleza llena de brillos burbujeantes-.

—Quieto ahí -dijo el vendedor de cuernos con su voz seca-.

—Oh, lo siento, lo siento -dijo Gus algo apenado-.

—Si lo quieres tienes que pagarlo -continuó el vendedor, señalando el collar-. Son 200 caracoles.

—¡¿Qué?! ¡Eso es demasiado! -reclamó el de pelo castaño-.

—Ah, pero no es cualquier collar -dijo el vendedor, con una sonrisa confiada-. Es un collar de Lady Fortun, una conocida bruja del oráculo y vidente que desapareció hace unos días por cierto. Este collar en específico, te puede señalar algo importante que llegará a la vida del portador.

Aunque Matt Tholomule lo desconfiaba, Gus se quedó viendo el collar fascinado. Él sentía que ese color verde lo estaba llamando. Sus ojos oscuros que miraban el objeto brillaron por la emoción, que su esposo lo notó al instante, este suspiraba al aire helado. Sacó su billetera del bolsillo y le dio los caracoles sin ningún tipo de arrepentimiento.

—Nos lo llevamos -respondió el chico con voz confiada, que le arrebató el collar al instante al vendedor y se fue junto a su esposo del lugar-.

—¡Gracias, cariño! -dijo el adulto con total felicidad en su rostro, dando pequeños brincos como si de un niño pequeño se tratara. le dio un beso a la mejilla a su amante que este hizo que se sonrojara de un suave tono rosa en su piel bronceada por el calor de sus labios-.

·Odio mucho amarte· |Gustholomule Gus x mattholomule|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora