Grumpy Weirdo

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—¿Por qué el ceño fruncido?— Barcode pregunta. Está esterilizando su equipo de trabajo, con las mangas arremangadas.

Bright aparta la vista de la abominación rosada que Win llama tienda. Está adornando con un hermoso arco de orquídeas en la entrada y poniendo globos rosas por todas partes. Está lleno de gente por dentro, y ha estado viendo montones de personas saliendo felices con intrincadas coronas y ramos de flores.

—No tengo el ceño fruncido.— Dice.

—Sí, lo tienes.— Resopla Barcode. —Has estado lanzando dagas a la nueva florería desde hace un tiempo.

Bright rueda los ojos.
Win es irritante.

Los primeros días, Bright  vio a través de la ventana como Win llegaba justo a las seis de la mañana. Solo porque él también llegaba temprano. Rociaba sus flores y limpiaba la tienda, poniéndose su delantal rosa sobre su ropa rosa. Sonriendo a cada cliente y entregando más de sus galletas que probablemente podrían inducirte a un coma diabético. Su sonrisa es como un puto sol. Está considerando comprar lentes incluso.

—Es molesto.

—Es adorable.— Dice Barcode. —Me dio una galleta el otro día. Estaba deliciosa.

—Solo míralo.— Exclama Bright ,mirando hacia la tienda de Win, quien actualmente se está despidiendo de uno de sus clientes, inclinándose graciosamente con su puta ropa rosa. —¿Por qué todo es rosa? Es como el peor color que existe. No puedo soportar verlo.

—Entonces deja de verlo, bicho raro.

Bright  se queja y se aleja de la ventana. Sabe que a Win tampoco le agrada. Ha visto la forma en que pasa frente a su estudio con la cabeza inclinada hacia arriba, con aires presumidos y resoplando mientras mira hacia otro lado, arrugando su pequeña nariz con aparente disgusto. Lo hace al menos dos veces al día cuando pasa por el café de al lado para tomar su obscenidad rosada que llama batido.

Aún así, mientras regresa al escritorio principal para comprobar sus citas del día, hay una parte de él que quiere volver a la ventana y mirar a Win un poco más.

Bright  se frota los ojos y mira sus dedos. Necesita retocar su esmalte de uñas negro.
Piensa en las uñas brillantes de Win, el esmalte transparente con purpurina.

Su día de trabajo pasa como una brisa. Es solo él, el zumbido de la aguja, y la profunda satisfacción que lo inunda una vez que termina una cita. La alegría que siente cuando ve lo contentos que están los clientes con su nuevo tatuaje es incomparable.

—Barcode.— Llama una vez que ha terminado de limpiar. Hoy cerraban temprano, porque al más joven le apetecían unas copas.

Barcode no responde y Bright  puede escuchar una conversación en la entrada del salón. Camina hacia allí sin vacilar, e inmediatamente se eriza cuando ve una mata de cabello rosado.

Barcode está apoyado contra la puerta, entablando una conversación amistosa con nada menos que Win Metawin. Parece estar demasiado emocionado por que sus labios se abren en una amplia sonrisa mientras le habla a Win sobre cuánto peso hizo ayer en el gimnasio.

Coqueto de mierda.

Bright se aclara la garganta y ambos lo miran.

La sonrisa de Win cae de inmediato, transformándose en un pequeño ceño fruncido. Bright piensa que es como un pequeño conejito, mientras mira la suave punta de su nariz roja por el frío.

—Oh, Bright.— Sonríe Barcode. —Estaba charlando con Win. Ya sabes, el dueño de la florería al otro lado de la calle.

—Oh, él sabe quién soy.— Sonríe Win, un poco forzado. —Te veré luego, Code. Recuerda pasar por las flores que necesitas antes de ir a casa.

Se da la vuelta entonces, con la cabeza inclinada hacia arriba, caminando de regreso a su tienda con un aire arrogante a su alrededor. No le dedicó ni una sola mirada a Bright .

—Ouch.— Se ríe Barcode.

Bright  frunce el ceño, todavía mirando la puerta abierta.

—Toda una reina del drama.— Murmura.

—No le agradas.— Barcode se ríe. —Lo invité a tomar unos tragos con nosotros y estaba tan emocionado de unirse que casi corrió para cerrar la tienda, pero se desinfló como un pequeño globo triste cuando mencioné que vendrías. Nunca había visto a alguien inventar una excusa tan rápido.

—¿Por qué eres tan amigable con él de todos modos?— Bright  se queja, de alguna manera sintiéndose amargado y un poco herido. Sabe que no tiene ninguna razón para estarlo, que él es indudablemente el imbécil en esta situación, pero está irritado por el hecho de que realmente le importa.

—Es lindo. Le he comprado flores todos los días de camino a casa. Mi apartamento huele a un maldito jardín. Es como el cielo.

—Es un jodido gremlin, eso es lo que es. Como esos pequeños gnomos que se esconden en las plantas y te chupan la vida.

—Si los gremlins fueran bonitos, tal vez.

—Cállate.— Le dice Bright . —Ayúdame a cerrar.

—Está bien, jefe.






—Está bien, jefe

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FOOL FOR YOU ლ [Adapt. BrightWin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora