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Narra Max.

En ese tiempo era un día como cualquier otro.

-¡Alex, este es mi vestido favorito!- Grito Jarper mientras trataba de limpiar el jugo de su vestido.

-Perdón, ven vamos a que te cambies-

Fueron a la habitación de Alex mientras yo me limito a ver mi teléfono.
Era una tarde un tanto fría, ya que estamos en otoño, cosa que me agrado por que no me gusta tanto el calor, con excepción de ir a la playa.
Paso un rato cuando me aburrí de estar en la misma posición, así que decidí salir a dar una vuelta para que el viento frio me refrescará.

Al momento de salir del restaurante choque con la persona que seria la más importante para mi, pero no lo supe hasta tiempo después.

-Ten más cuidado- dije con tono molesto sin siquiera verla.

-Lo lamento no me fije- hablo una chica cosa que me hizo mirarla.

Al hacerlo puede ver que era una chica de más o menos mi edad, una cabeza más baja que yo, cabello rubio hasta media espalda sujetado por una trenza lateral. Iba vestida con unos pantalones de mezclilla, una sudadera color azul y unas Vans blancas.

-Enserio lo lamento, ¿te encuentras bien?- me vieron esos ojos que en ese momento me desagradarón.

-Si- escupí la palabra -No te me acerques-

Me di la vuelta y seguí caminando sin rumbo, hasta que unas palabras me dejaron estático.

-Ve y conoce a los vecinos, se amable y no causes problemas- sonreí divertido aun sin voltear -Pero no, tenía que toparme a un idiota-

Me quede quieto ante esa ultima oración ya que regularmente las chicas no me llaman idiota al contrario me piden mi numero o una cita sin siquiera conocerme. Al voltear y contradecir a la chica pude ver que ella entro al restaurante de mi familia, asimismo que preferí ir a ver que sucedía ya que no me gusta que me llamen idiota y menos una chica que estaba claro que ella había chocado con migo a propósito.
Entre y puede ver a 2 personas más la primera una señora con el cabello rubio y una sonrisa cálida, la segunda una chica que por lo visto de la misma edad de Justin y por último la chica que chocó conmigo. No hice ruido y solo me retranque en el marco de la puerta para ver la razón por la que mis padres están demaciado emocionados por la presencia de estás 3 personas.

-Carmen amiga, que bueno que estás aquí- Grita emocionada mi mamá y abraza la señora.

-No me digas que tú eres la pequeña y tímida Elizabeth- Mi papá abrazo a la chica mayor con una sonrisa. -Y tu debes ser la traviesa y sonriente Isabel - Abrazo a la chica con quien choque, ahora ya se su nombre, una ventaja más para mí.

Mis padres se percataron de mi presencia y me ordenaron cerrar el restaurante, para así poder tener privacidad. Realice sus órdenes pero al momento de dirigirme hacia ellos pude ver sorpresa y enojo en la mirada de la chica ahora llamada Isabel; sonreí y guiñe un ojo juguetonamente.

-¿Y bien, que las trae por aquí?- Pregunta mi padre sonriente.

-Vinimos a quedarnos una temporada, bueno si no les importa, claro- Dice contenta la señora Carmen mientras Isabel saca un pequeño libro de su sudadera y se puso a leer, mientras su cabeza estaba retrancada del hombro de su hermana.

Mis padres empezaron a hablar con la señora Carmen, mientras yo me senté en las escaleras viendo las notificaciones de mi celular, aunque en realidad estaba viendo cada acción que hacía Isabel. Me dirán acosador pero trato de buscar un error en ella para poderla molestar, ya que tengo entendido que se quedarán un largo tiempo aquí, así que, que más da si me divierto un poco con ella, podría ocupar un poco de magia para que piense que está loca y está empezando a imaginar cosas.
Segui con mi fantacia hasta que escuche a mi padre decir algo que me llamo la atención y arruinaría mi plan para sacar de quicio a Isabel.

-Por lo que tengo entendido, sus poderes están creciendo, ¿O me equivoco?- Pregunta mi papá mientras se sientan en una de las mesas.

-Asi es, Eli ya lo domina un poco más, pero a Isa todavía se le dificulta diferenciar los sueños con premoniciones- Comenta Carmen mientras mis padres junto con ella voltean a ver a las hijas de esta última.

Volteo en su dirección y puedo ver qué ambas hermanas están tranquilas inmersas en aquel libro pequeño ocasionando que ninguna se diera cuenta de las miradas de nuestros progenitores; ahora que las veo puedo ver qué tienen una marca de nacimiento o un tatuaje, la verdad no sé, Elisabeth tiene un sol en su costado izquierdo de su cuello, mientras Isabel una luna de su lado derecho. La primera sin ninguna pena mostraba con orgullo aquel dibujo a diferencia de su hermana menor que la cubría con el gorro de su sudadera, dejando a la vista una pequeña parte que te puede dejar a la imaginación que es lo que tiene en su cuello. Segui observando aquellas marcas sin percatarme de las risas de mis padres y Carmen.

-No son tatuajes- Me dice Carmen mientras sonríe. -Al igual que tus hermanos y tu y en algún momento tu padre, nosotras también somos magas.-

Sonríe cálidamente mientras de un movimiento de muñeca la pulcera que tenía se convirtió en una varita de color marfil, pude apreciar que tenía detalles plateados en formas de pequeña lunas y soles.
La mire con asombro ya que yo no podía modificar la forma de mi varita, simplemente para guardarla la ponia en mi tobillo o un bolsillo interno de mis chaquetas.
Carmen empieza reír mientras mis padres le siguen, me limito a fruncir el seño por la confusión que me ocaciono sus repentinas burlas.

-Discúlpame, no era mi intención burlarme de ti, simplemente me causo gracia la forma en que veías como cambie de forma mi varita-

-Max, todavía no llega a esos hechizos- Dice mi papá terminando de reir.

Levanté un ceja en forma de pregunta, pero una pequeña risa hizo que mirara, puede ver qué la que se reía era Isabel, guardo su libro y junto a su hermana se acercaron a su mamá mientras por mi parte me acerque a a los míos.

Tan diferentes e iguales a la vez Los hechiceros Waverly Place (Max Russo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora